■ Asegura el líder de la Canacca que se ha ejercido 30 por ciento de 120 millones de pesos

Reclaman pequeños empresarios que se pongan en marcha apoyos anunciados

■ Las zonas cercanas a la frontera norte, las más afectadas por la devaluación, asegura

Erika Duarte

La Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto (Canacca) puso en duda que los recursos anunciados recientemente por el gobierno federal para el apoyo de pequeñas y medianas empresas (Pymes) se aplique en beneficio de este sector comercial, toda vez que, señaló, a dos meses para que finalice el año no se ha ejercido ni 30 por ciento de los 120 millones de pesos aprobados y autorizados por el Congreso para los centros de abasto.

El presidente de la organización, Alfredo Neme Martínez, comentó que es urgente que se canalice a la cadena productiva el apoyo anunciado por parte del gobierno para impulsar la producción y el comercio nacional que se han vistos afectados por el incremento de importación de productos básicos, así como por el contexto de crisis internacional, el aumento del dólar –que ha reducido las ganancias de los comerciantes–, además de una contracción en el consumo que se ha presentado en los días recientes.

Las medidas anunciadas el pasado día 8 por el Ejecutivo federal, en el sentido de destinar 2 mil millones de pesos adicionales a un programa extraordinario para el impulso de las Pymes, son necesarias, sin embargo “resulta difícil creer que se implementen nuevos programas, cuando no se han ejercido los anunciados a principios del año para nuestro sector”, dijo el líder gremial.

En entrevista, Neme Martínez puso como ejemplo el caso de Prológica, el programa de logística y competitividad dirigido al sector de las centrales de abasto y para el cual, dijo, fueron aprobados 120 millones de pesos, los cuales debían ser liberados a partir de marzo pasado. Sin embargo, la Secretaría de Agricultura “no ha bajado ni un solo peso de este presupuesto tan magnífico que se anunció y ya se está terminando el año. Aunque respaldamos la medida anunciada por el gobierno para impulsar la infraestructura, la economía interna y al sector de las Pymes, tenemos muchas dudas en que se pueda implementar”, acotó.

Neme Martínez indicó que para el sector del comercio tradicional no existe prácticamente financiamiento, por ello son los mismos comerciantes los que tienen que apoyar con recursos a los productores y promover proyectos de infraestructura, en los que este año se han invertido unos 800 millones de pesos.

Puso como ejemplo el caso de la central de abasto de Guadalupe, en Monterrey, donde se remplazaron las instalaciones viejas con un mercado con estacionamiento, con una inversión de 150 millones de pesos; en los municipios mexiquenses de Tultitlán y Ecatepec, dijo, se están invirtiendo 200 y 400 millones de pesos, respectivamente, en nuevas instalaciones con dinero de los propios comerciantes.

A la falta de apoyos del gobierno en infraestructura para el sector del comercio popular se suman factores como la aplicación de nuevos impuestos, aumento de gasolina, diesel y gas, entre otros, que encarecen los costos.

El alza por el tipo de cambio es un factor que está generando presión y disminuyendo ganancias, sobre todo en el sector importador, explicó Neme Martínez. Indicó que la semana pasada se intensificaron los efectos de la crisis internacional. “El programa de abasto solidario Vive había funcionado, estábamos recibiendo más clientes, sin embargo la última semana fue muy difícil. Se resintió tremendamente el nerviosismo en el consumidor, que retrajo mucho el gasto. Y creemos que todavía no llegan los efectos como pensamos que van a darse. El panorama no es muy alentador”, apuntó, al indicar que ante esta situación el sector de se vio en la necesidad de mantener, a costa de las ganancias, descuentos en diversos productos de consumo básico, a fin de apoyar a unos 2 millones de mexicanos que han visto reducido su nivel de ingreso por la inflación y por la pérdida de empleo.

Y aunque indicó que aún no se cuentan con estadísticas sobre la contracción del mercado, las zonas cercanas a la frontera con Estados Unidos son de las que han resultado más afectadas. Indicó que en el caso de Reynosa, Tamaulipas, la subida del dólar ha repercutido casi en 30 por ciento de las ventas.

El presidente de la Canacca explicó que el sector está implementando diversas medidas, a fin de paliar la difícil situación económica, además de mantener estabilidad en los precios, “estamos tratando de ser más eficientes, aplicar las herramientas de logística y tecnología que nos permita trabajar con mayor rapidez y a un menor costo”. Sin embargo, dijo, es necesaria una política de Estado que permita impulsar la modernización del comercio tradicional, compuesto por mercados públicos, sobreruedas, tianguis y tiendas de abarrotes, entre otros, a fin de que este sector pueda competir frente a las grandes cadenas de centros comerciales.