■ Debe el instituto diseñar un plan para que los ciudadanos acudan a las urnas

Preocupan al IFE la inseguridad y la baja participación en los comicios intermedios

Alonso Urrutia

En un contexto social en el que la inseguridad es una preocupación, el Instituto Federal Electoral (IFE) debe asumir un papel más “proactivo”, con el propósito de garantizar el ejercicio del derecho al voto y alentar una mayor participación ciudadana ante una situación compleja, sostuvo el presidente de la Comisión de Organización Electoral y Capacitación del organismo, Marco Antonio Baños.

Refirió que cumplir con este propósito no debe ser sólo un objetivo institucional, sino que involucre a varias instancias.

Entrevistado sobre los principales retos que tiene el IFE en materia de organización electoral, reconoció que el organismo no puede abstraerse de esta preocupación que comparten los partidos políticos, como quedó de manifiesto en la integración de la mesa de negociaciones entre ambas partes y que constituye, dijo, un primer paso para analizar alternativas para enfrentar esta situación de suyo “compleja y complicada”, pues a nadie escapa “que estamos viviendo hechos inéditos y relevantes” en este ámbito.

Sin embargo, acotó, este problemática trasciende la sola actividad del IFE para garantizar el ejercicio del voto ciudadano, pues involucra otras instancias que comparten responsabilidades en materia de seguridad nacional. Baños aseveró que a la comisión “el tema le preocupa igual que a todos aquellos que estén involucrados en la tarea electoral”.

Advirtió sobre una de las principales preocupaciones que tiene el IFE, que se asocia al comportamiento recurrente de las votaciones en comicios intermedios. Regularmente, subrayó, estas elecciones registran una sensible caída en la participación, como se reflejó en el proceso de 2003, cuando sólo participó 41 por ciento de los electores.

“El IFE debe establecer como objetivo el diseño de una estrategia que permita alentar la participación ciudadana y que los electores se acerquen a las urnas”, dijo. En el instituto, añadió, se tiene claro este fenómeno, atribuible al hecho de que comúnmente las elecciones para la Presidencia de la República logran atraer mayor participación electoral.

A pregunta expresa sobre el efecto que tendrán en el ámbito de la capacitación las numerosas inconsistencias en las actas de cómputo, el presidente de la comisión destacó que se ha estado trabajando en el diseño de papelería electoral que sea más didáctica y accesible a los funcionarios de casilla.

Cuestionado sobre posibles errores en la capacitación electoral durante 2006, el consejero desestimó esta posibilidad, precisando que los “errores aritméticos” se presentan en todos los procesos.

Reconoció que la reforma electoral hace más complejo el proceso de cómputo de votos, dada la nueva modalidad para ejercer el sufragio. Conforme a las nuevas disposiciones, ahora se podrá votar –en los casos en que haya coaliciones– por más de un partido y el voto se considerara válido para el candidato, aunque no sea computable para los partidos.

No obstante, desestimó que esto pudiera traducirse en mayores errores aritméticos, ya que el procedimiento de cómputo en estos casos se realizaría en los consejos distritales, con la participación ya de la estructura del instituto.

Sin reconocer que la capacitación de funcionarios haya sido un factor que incidió en los polémicos comicios de 2006, Baños señaló que uno de los factores que juegan en esta fase de la organización electoral tiene que ver con el nivel de estudios promedio de los ciudadanos de casilla, ya que, de acuerdo con una cifra que hace tiempo se difundió, éste era de quinto grado de primaria.

El funcionario indicó que esto es inherente al proceso de selección de funcionarios de casilla establecido en la legislación, y se asocia a otros factores, como al hecho de que los ciudadanos que contribuyen con el proceso electoral deben llenar hasta 17 formatos diferentes de papelería electoral.