■ Clara Sánchez, autora de Presentimientos, su novela más reciente publicada por Alfaguara

“Soñar es fundamental para elaborar estrategias de supervivencia”, afirma

■ Las mujeres todavía no alcanzamos la independencia sentimental, dice la escritora a La Jornada

■ También explora la culpa en la pareja y el abuso demasiado arbitrario de la palabra verdad

Arturo García Hernández

Julia y Félix: un matrimonio común y corriente (¿feliz?). Tienen un hijo de seis meses. Están de vacaciones. Un apartamento de veraneo: olvidan la leche del niño. Julia sale a comprarla. La noche, la oscuridad: un accidente automovilístico. Ella queda sumida en un sueño profundo, otra realidad. El no sabe qué ha pasado con ella. La vida cotidiana se trunca: adiós comodidad, adiós seguridad, adiós certezas. Nada volverá a ser igual.

Este es el argumento de Presentimientos, la novela más reciente de la escritora española Clara Sánchez, que ha empezado a circular con el sello Alfaguara.

Cuando ya se tiene un poco de vida detrás y conoces ciertas cosas –habla la autora– “sabemos que estamos sumidos en una rutina, en una normalidad que necesitamos para poder vivir, pero también sabemos que inesperadamente, en cualquier momento, puede suceder algo que la cambie radicalmente, y te haga caer de una realidad en la que no pasaba nada a otra en la que pasan muchas cosas”.

Julia fue sustraída de su realidad habitual pero continúa viviendo en la realidad de su sueño, en el que “no sabe lo que ha pasado pero siente que ha perdido todo: sueña que sigue conduciendo pero ya no encuentra el apartamento, no encuentra a su esposo ni a su hijo, no tiene dinero. Sumida en este sueño Julia inicia una aventura en la que va a descubrir muchas cosas de sí misma. Soñar es fundamental porque mientras soñamos elaboramos estrategias de supervivencia que luego nos van a servir para afrontar la vida real.”

Secreto arrinconado

La protagonista de la novela lo pierde todo, y a través de ella, Clara Sánchez se ha preguntado: “Si en este momento de mi vida perdiese todo lo que tengo, mi familia, mi casa, mis pequeños logros, mi estatus social, el dinero, ¿qué haría? ¿Sería valiente para afrontar la vida y el mundo de otra manera? ¿Sería cobarde? ¿Cómo reaccionaría yo? ¿Tendría el coraje, por ejemplo, de robar, de matar, para alimentarme?”

Egresada de la carrera de filología hispánica en la Universidad Complutense, guionista de televisión, Sánchez estuvo en días pasados en la ciudad de México para participar en la Feria del Libro en el Zócalo.

Antes de Presentimientos ha publicado las novelas: Piedras preciosas (Debate, 1989), No es distinta la noche (Debate, 1990), El palacio varado (1993, Punto de Lectura 2006), Desde el mirador (Alfaguara, 1996), El misterio de todos los días (Alfaguara, 1999), y Últimas noticias del Paraíso (Alfaguara, 2000).

También es una novela sobre la culpa en las relaciones de pareja y de cualquier tipo: “Julia arrastra un secreto del que ni siquiera ella es consciente, que lo tenía arrinconado. Una de esas cosas que deseamos, que tenemos en nuestra vida, que ocultamos hasta olvidarlas, pero que en los sueños no se pueden disimular. En la vigilia nos pasamos todo el día fingiendo, incluso ante nosotros mismos, pero en los sueños sale todo.”

Por eso la escritora se vale del recurso de entrar en la mente de alguien que sueña y, que por lo mismo, “no me puede engañar”.

De esta manera, plantea otra de sus preocupaciones: “Las relaciones tradicionales y los valores tradicionales como la fidelidad, la lealtad, la amistad, el amor. En momentos de incertidumbre en los que todo está cambiando, las relaciones no pueden ser como hace 50 años. ¿O, por ejemplo, se puede dentro de la pareja seguir siendo fiel como hace 30 años? A lo mejor eso tiene que ser sometido a revisión porque la exigencia de fidelidad también recorta la libertad del otro”.

Este aspecto de la historia llevó a Clara Sánchez a concluir que “las mujeres estamos alcanzando la independencia económica –en la profesional nos falta pero ahí vamos–, pero lo que todavía no alcanzamos es la independencia sentimental. Ese asunto las mujeres lo seguimos resolviendo como en el siglo XIX. Pensamos que tenemos que estar siempre enamoradas porque si no nuestra vida no está completa. Es algo que he dicho a veces y sienta muy mal, pero es así: la mujer tiene una dependencia sentimental atávica”.

El poder de la mente

Por otra parte y dentro de su propio proceso vital en la novela, Félix se entera del secreto de Julia: “Enterarse de un secreto es una responsabilidad. Si no sabes nada, no pasa nada. Pero si tu mujer te ha estado engañando y te enteras, pues tienes que tomar una decisión: ¿Te das por enterado o no te das por enterado? Félix tiene el perfil de un hombre comodón que ha visto su comodidad rota por completo”.

Aquí entra el tema de la verdad: “Me he dado cuenta de que la verdad es una palabra muy fuerte, que usamos mucho y demasiado arbitrariamente. ¿Qué es finalmente la verdad y para qué sirve?”

Presentimientos también se refiere “al poder de la mente en el sentido de que cada uno construimos nuestra realidad con nuestro pensamiento. Cuando salgamos de esta entrevista, tú y yo tendremos una idea distinta de lo que ha pasado aquí. Lo que sucede es que se trata de un poder muy limitado, cosa que no siempre admitimos”.

Y a final de cuentas, en ésta como en novelas anteriores, lo que esencialmente interesa a Clara Sánchez es el presente: “Tengo la impresión de que vivimos con un pie en el futuro, momentos de cambios tan rápidos que no nos dan tiempo de adaptarnos. Entonces quiero atrapar lo que no entiendo, lo que se me escapa del mundo actual, lo que los tiempos traen”.