■ Ya estoy aquí y con esperanza para lo que viene, expresa en su retorno al CDOM

Paola Espinosa no se conforma y desea hacer historia, como Joaquín Capilla

■ Escribo mis anécdotas porque me servirán para ser mejor persona en los momentos difíciles

Rosalía A. Villanueva

“No quiero ser una medallista olímpica más que se conforma con lo que le dan. Yo sí quiero trascender, para ser como Joaquín Capilla, y convertirme en la máxima ganadora femenil en clavados”, expresó Paola Espinosa, quien habla de que ha tomado con seriedad su papel como figura pública desde su actuación en Pekín.

Lejos del glamour, de las sesiones fotográficas en infinidad de entrevistas que ha concedido, así como de los compromisos institucionales y privados, luego del bronce logrado con Tatiana Ortiz en los 10 metros sincronizados de Pekín 2008, la bajacaliforniana, de 22 años, estuvo ayer en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), para comenzar el lunes sus entrenamientos, con un caudal de retos que espera concretar en Londres 2012.

Relajada y más tranquila por lo vivido en los recientes dos meses, la clavadista comenta que “ya se pasó un poquito la fiebre” y va a empezar de nuevo, aunque admite que la vida le ha cambiado para bien en todos los aspectos y desea devolver con “gratitud y humildad” el cariño y el reconocimiento de la gente, porque quiere ser un ejemplo para ella.

Sin maquillaje y con extensiones en el cabello que la hacen ver de más edad, el rostro de Paola se ilumina, porque ya cumplió uno de sus objetivos, que era ganar una medalla olímpica, después de 13 años de que ingresó a esta disciplina.

“La verdad, me siento satisfecha conmigo misma, pero tengo la ilusión de trabajar mucho más fuerte, porque sé que puedo ganar una medalla individual en plataforma y trampolín tres metros. Ahora que regresó mi entrenadora Ma Jin me siento segura de alcanzar esa meta”, dice sin poses.

Pese al poco tiempo que dedicó a sus familiares y amigos en las semanas de asueto, la oriunda de La Paz asegura que tuvo momentos para la reflexión de lo que significó esa medalla de bronce, que espera mejorar en la cita veraniega británica.

“Esos juegos (los de Pekín) me dieron un gran aprendizaje, muchas cosas que no creí me pasaron y las he apuntado en un cuaderno, porque no quiero que se me olviden. Es algo muy importante para mí; se me quedará grabado para toda la vida y me ayudará para ser mejor persona, mejor deportista y poder desarrollarme a futuro como la gran atleta que quiero ser.

“No es un libro, sino las anécdotas de lo positivo que he encontrado en el deporte. Escribo de mis triunfos y también de cuando me ha ido mal, porque me serán de gran ayuda para tenerlas presentes en el momento en que las necesite”, explica.

–Eres medallista olímpica de clavados y el único que ha repetido podios ha sido Joaquín Capilla.

–Tengo la esperanza de repetir una más: quiero ser campeona olímpica. Sé que estoy muy cerca, cada vez me supero, los jueces ya me conocen, mi entrenadora está muy entusiasmada de que nos va a ir bien en Londres y, por qué no, ser la primera mujer de México que haga historia en los clavados.

“Ese bronce me gustó mucho, me subió al cielo y las estrellas, porque es una medalla olímpica que no cualquiera tiene, pero ya estoy de vuelta, ya estoy aquí y seguiré soñando para lo que viene”, concluye Paola, no sin antes resaltar que los premios económicos que ha recibido por su medalla servirán para labores altruistas.