■ Se reconoce la labor de ambos personajes en favor de la difusión de la lengua española
Carlos Fuentes y Lula da Silva recibieron el Premio Internacional Don Quijote
■ Cervantes nos heredó a “autores y lectores” imaginación, palabra y acción, dijo el narrador
■ El escritor mexicano es un ciudadano de La Mancha, expresó el presidente del gobierno español
Ampliar la imagen Luis Inacio Lula da Silva, presidente de Brasil, y José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, flanquean una escultura del Quijote, ayer, en Toledo, durante la entrega del galardón Foto: Ap
Madrid, 13 de agosto. El escritor mexicano Carlos Fuentes y el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, recibieron hoy en la ciudad de Toledo el Premio Internacional Don Quijote de la Mancha, en la primera versión de un galardón que reconoce la labor de personajes e instituciones en favor de la difusión del español.
Fuentes, quien este 2008 cumple 80 años, destacó que Cervantes nos heredó a “autores y lectores” imaginación, palabra y acción.
En el Museo de Santa Cruz, presidido por el rey Juan Carlos y por el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, Fuentes y Lula da Silva fueron reconocidos por distintas razones: el novelista mexicano por su infatigable labor en la difusión del español, en general, y de la obra cumbre de Cervantes, en particular; y el mandatario brasileño por impulsar la asignatura de enseñanza del español en la red pública de educación de su país.
El premio, dotado con 25 mil euros y una escultura del artista español Manolo Valdés, es patrocinado por el gobierno de Castilla La Mancha y por la Fundación Santillana, perteneciente a la multinacional española de la edición y los medios de comunicación, Grupo Prisa.
El autor de Aura destacó que la obra de Cervantes es reconocida por buena parte de los escritores contemporáneos como la mejor novela en la historia de la humanidad. “Cruzando el Atlántico, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Thomas Mann escogió El Quijote como la lectura que le permitiría a un tiempo despedirse de Europa y asegurarse a sí mismo el regreso a un continente devastado, pero salvado acaso por la permanencia de unas cuantas obras de arte.
“Mann le decía no a un mundo que en sí mismo era una negación. Pero le decía sí al mundo de Don Quijote. Imagino que Thomas Mann rescató un ejemplar, uno solo, de Don Quijote a punto de incendiarse para siempre en la fogata con la que el régimen totalitario quería convertir en cenizas cuando llegase su poder. ¿Y por qué sería Don Quijote el libro a rescatar de las llamas? Acaso porque a partir de El Quijote se puede recrear al mundo; como si el mundo estuviese siempre a un paso de la catástrofe y sólo la palabra pudiese salvarlo, la imaginación sostenerlo y la acción proyectarlo”, dijo el escritor mexicano.
En su discurso, Rodríguez Zapatero dijo sobre Fuentes que es un ciudadano de La Mancha y que “pertenece a la estirpe de los herederos de Cervantes y del Quijote, trabajando desde la literatura, confiando en la crítica, la comunicación y el diálogo como medios esenciales para desfacer entuertos, para luchar en favor de la paz.