■ Centroamericanos que cruzan el país son retenidos hasta que pagan rescate, detalla
Proteger a los inmigrantes de las mafias de secuestradores, demanda la CNDH
■ Denuncia que ex policías forman parte de las bandas; algunas autoridades las encubren, agrega
Ante el incremento de denuncias sobre el secuestro de migrantes indocumentados, sobre todo de procedencia centroamericana, con el fin de ser extorsionados, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) demandó a las autoridades tomar medidas que mejoren la seguridad, protección y derechos de los migrantes, e insistió en que atiendan los casos que les han sido presentados.
La CNDH alertó sobre el incremento en el número de casos de secuestro de centroamericanos por bandas de delincuentes, “de las que frecuentemente forman parte ex agentes policiacos o grupos delictivos que cuentan con la tolerancia o complicidad de agentes en los estados de Tabasco, Veracruz, Oaxaca y Chiapas”.
La CNDH subrayó en un comunicado de prensa que los migrantes indocumentados de Centroamérica son “privados de su libertad para posteriormente extorsionar a sus familias. Después de que son detenidos, los llevan a casas de seguridad y se exige rescate por ellos”.
En momentos en que la sociedad enfrenta una crisis en los esquemas de la seguridad pública, la CNDH afirmó que resulta importante no perder de vista la difícil situación que enfrenta un grupo social tan vulnerable como el de las personas migrantes, afectado por la acción incontrolada e impune de bandas del crimen organizado.
El organismo nacional de defensa de los derechos humanos apremió a las autoridades a desarrollar actividades específicas en la materia, a que cumplan con su responsabilidad e inhiba la creciente actividad de los grupos delictivos; recordó que “es obligación del Estado garantizar seguridad y justicia para quienes se encuentran en territorio mexicano”.
La CNDH señaló que ha recabado testimonios directos y que ha recibido otros datos de casas de ayuda a migrantes, sobre los casos de secuestro, en especial de los procedentes de los países centroamericanos. Inclusive, “algunos han sido extorsionados hasta en tres ocasiones”.
Abundó que es frecuente que los centroamericanos afectados prefieran no presentar denuncias formales ante el Ministerio Público, “por el temor a ser llamados a comparecer, a ser detenidos, asegurados o expulsados, y porque su prioridad es continuar su viaje hacia Estados Unidos”.
Personal de la CNDH ha asistido a los migrantes en la presentación de sus denuncias que se encuentran radicadas en Tenosique, Tabasco; Coatzacoalcos y el puerto de Veracruz, Veracruz; en Oaxaca capital, y en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
La CNDH refirió que, de acuerdo con los testimonios de las víctimas, los delincuentes ubican, sorprenden y secuestran a los viajeros indocumentados en las cercanías de las casas de ayuda a migrantes, en estaciones de autobuses y hoteles, así como en los denominados “caminos de extravío”, en vías y estaciones ferroviarias; tras atraparlos, los llevan a casas de seguridad, les quitan sus pertenencias, los amenazan y golpean para que proporcionen números telefónicos de sus familiares.
Otra modalidad de esta forma de secuestro es que los delincuentes se presentan como polleros y ofrecen trasladar a los migrantes centroamericanos hasta la frontera con Estados Unidos. “Al llegar a un estado fronterizo, los privan de la libertad y los obligan a gestionar con su propia familia el pago de un rescate. Si la persona intenta escapar recibe un escarmiento ante sus compañeros, para inhibir cualquier intento de fuga.
“El cautiverio puede durar varias semanas o incluso meses, tiempo en el que los secuestrados duermen en el piso, reciben muy escasa alimentación y las mujeres suelen ser víctimas de abuso sexual”, denunció la CNDH.
El organismo informó que los testimonios de los migrantes centroamericanos que ha rescatado de estos cautiverios forzados “son del conocimiento de las autoridades”.
La comisión encontró casos de secuestro que afectan desde una sola persona hasta 100 en un mismo evento, y obtuvo información que evidencia un importante número de pagos de rescates que se realizan desde Estados Unidos “por amigos, paisanos o familiares” de las víctimas.
En algunos casos, los pobladores tienen datos valiosos de identificación de los secuestradores, características de los vehículos, ubicación de sus casas de seguridad, pero temen denunciar por desconfianza o miedo a las represalias.
Los lugares específicos donde se ha efectuado la mayor parte de los secuestros de migrantes son Balancán y Tenosique, en Tabasco; Coatzacoalcos y Tierra Blanca, en Veracruz; Ixtepec, Oaxaca; Huixtla o La Arrocera, Pijijiapan, Arriaga, Tuxtla Gutiérrez y Palenque, en Chiapas.
Asimismo, apuntó la CNDH, se tiene conocimiento de casos en Ciudad Juárez, Chihuahua, y en las afueras de la capital de San Luis Potosí, así como en lugares inmediatos a la frontera, en Sonora, Tamaulipas y Coahuila.