Usted está aquí: martes 30 de septiembre de 2008 Ciencias Cucarachas, monarcas del planeta

■ Supervivientes, llevan en el planeta 350 millones de años: Julieta Ramos Elorduy

Cucarachas, monarcas del planeta

■ Portan 40 bacterias que pueden provocar la muerte a un ser humano o animales

■ Sirven para experimentos, remedios curativos y, quizá, en un futuro, sean alimento del hombre

De la Redacción

Las cucarachas son las monarcas del planeta, pues lo habitan desde hace 350 millones de años; son supervivientes y han desarrollado vías evolutivas que, prácticamente, las han hecho invulnerables a los fenómenos ocurridos en las distintas eras geológicas por las que ha atravesado la Tierra.

Además, su éxito reproductivo las convierte en plaga nociva, pues contienen 40 bacterias en el organismo, que pueden provocar la muerte del ser humano o animales. No obstante, son utilizadas para experimentos, remedios curativos y, quizá, en un futuro sean el alimento del hombre, dijo la investigadora del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, Julieta Ramos-Elorduy Blásquez.

Son omnívoras, pues necesitan poco alimento y pueden consumir todo lo que encuentran a su paso, como polvo de concreto, pegamento y hasta herrumbre de fierro; “son perfectas, aunque la gente las odie”, agregó.

Además, dijo, la bolsa en donde depositan sus huevecillos, la ooteca, es una estructura dura, que contiene feromonas de repulsión, para evitar que otros animales se acerquen, y tiene capacidad hasta para 50 crías, dependiendo de la variedad.

Existen unos cuatro mil 500 tipos, la mayoría de campo, de distintos tamaños y colores; comúnmente se alimentan de plantas o frutos. Sin embargo, 12 especies citadinas son una plaga nociva, por el medio contaminado en el que se desarrollan, pues deambulan entre desechos putrefactos.

Las cucarachas comunes que habitan en las urbes representan 0.5 por ciento del total; las más frecuentes son la Periplaneta Americana, Blattella Germánica y Blatta Orientalis Linneo. Éstas tienen alrededor de 40 bacterias patógenas en el organismo, y pueden causar la muerte del ser humano, reiteró la especialista.

Foco de infección

Por su parte, el también  investigador del IB, Enrique Mariño Pedraza, abundó que entre las enfermedades que provocan se encuentran la disentería por Shiagella, abscesos causados por Staphylococcus, infecciones entéricas por Salmonella, inoculación urogenitales por Escherichia coli; lepra por Mycoba- cterium leprae, y peste por Pasteurella pestis.

Algunas también fungen como hospederos intermediarios de ciertos helmintos (gusanos) y de huevecillos de este tipo de parásitos, entre ellos la Taenia saginata, Ascaris lumbricoides y Ancylostoma duodenale.

Estos insectos suelen caminar sobre los alimentos, dejando detritos; además, tienen la costumbre de regurgitar la comida parcialmente digerida, o de secretar sustancias por medio de glándulas odoríferas. No obstante, para ser consideradas dañinas deben habitar en grandes grupos, puntualizó.

Cuentan con un poderoso aparato bucal masticador, con mandíbulas grandes y filosas; la Periplaneta americana, ejemplificó el investigador, puede arrancar un pedazo pequeño de carne y deja la zona llena de microbios.

Todas las especies tienen alas, pero algunas no suelen utilizarlas, pues no las necesitan y son menos desarrolladas, resaltó.

Pueden presentar el fenómeno de partenogénesis, es decir la fertilización de los huevecillos sin la presencia del macho, como un mecanismo de defensa, prevención y sobrevivencia. Tienen tigmotaxia o tendencia a permanecer en contacto, así se sienten seguras. Otra cualidad es que excavan y anidan en la tierra y, por ello, aunque se elimine a los ejemplares adultos, perduran las ootecas.

Resistentes y adaptables

Son tan resistentes que pueden permanecer 15 días en el refrigerador, con una temperatura de menos cuatro grados centígrados y “cuando se les saca siguen vivas, después de 20 minutos empiezan a mover sus antenas, las patas, se enderezan y huyen”, detalló Ramos-Elorduy.

La capacidad de adaptación les permite vivir sin comer dos o tres meses y se mantienen en un estado de diapausa (detención de desarrollo); pueden permanecer un mes sin tomar agua, pues absorben la humedad de los alimentos. Por si fuera poco, sobreviven dos semanas sin cabeza.

“Comen lo que sea, pues en el tubo digestivo tienen simbiontes que les ayudan a digerir los alimentos; como todos los insectos, secretan antibióticos en su cutícula (exoesqueleto), así que no son atacadas por ningún hongo o bacteria”, abundó.

Su periodo de vida es de seis u ocho meses, y su resistencia se debe, en gran medida, al mismo uso de insecticidas, así que para eliminarlas “no hay nada mejor que un buen pisotón; otra solución es la limpieza escrupulosa en lugares donde se almacenan alimentos, principal causa de congregación”, expresó la académica.

Pueden ser benéficas

Sin embargo, también se deben reconocer sus beneficios. Hace un año, se realizó un experimento ruso, en el que se envió al espacio una cucaracha para analizar los efectos de la microgravedad; de igual manera, serán utilizadas para saber si hay vida terrestre en otros planetas, por medio de robots que tienen la apariencia de estos bichos; asimismo, su anatomía ha sido utilizada para experimentos de robótica.

Julieta Ramos-Elorduy ha recorrido, junto con un grupo de académicos, comunidades del país, para registrar los remedios curativos fabricados a partir de esta especie, analizarlos y registrarlos en tablas su uso medicinal.

 
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