■ La incautación, la mayor intervención del gobierno en ese ramo; monitorea a 117 más
Decenas de bancos podrían correr la malograda suerte del Washington Mutual
■ El retiro de depósitos de clientes preocupados por la estabilidad de la institución detonó el colapso
Ampliar la imagen Sucursal de Washington Mutual Bank en Solana Beach, California. Por otra parte, las acciones de Wachovia en la bolsa de valores de Nueva York perdieron 3.70 dólares, o 27 por ciento, para cerrar en 10 dólares Foto: Reuters
Nueva York, 26 de septiembre. Mientras toda la atención se enfocaba en la negociación de un plan de rescate para el sector financiero en Washington, anoche se anunció el fracaso bancario más grande de la historia de este país y todo indica que no será el último.
Washington Mutual fue incautado anoche por el gobierno federal –en la mayor toma de control de un banco por las autoridades– y vendido inmediatamente a JP Morgan Chase por mil 900 millones de dólares en un arreglo rápidamente realizado en secreto, ni la junta directiva del banco o su recién nombrado ejecutivo en jefe se enteraron hasta el anuncio, para evitar que el costo fuera una vez más trasladado a los cofres públicos (lo cual podría haber implicado más de 30 mil millones) justo en momentos muy delicados al negociarse los 700 mil millones para el rescate del sector financiero.
Fue así el fracaso más grande de un banco en este país –sus activos son de 307 mil millones– sobrepasando por mucho el colapso del banco Continental Illinois de 40 mil millones en activos en 1984, el récord hasta ahora.
El hecho de que el gobierno tuvo que intervenir una vez más y que no había un comprador antes de esta dramática movida, dicen expertos, es muestra de qué tan deteriorada está la llamada “confianza” en un sector que hace no tanto festejaba su prosperidad. El colapso de esta institución de ahorros y crédito –la más grande del país– fue detonado por una ola de retiros de depósitos de clientes cada vez más preocupados por la estabilidad del banco, el cual había apostado mucho al mercado hipotecario y otro tipo de crédito.
Los reguladores federales tomaron posesión del banco anoche y simultáneamente realizó la venta a JP Morgan Chase, y aunque esa empresa tendrá que absorber más de 31 mil millones en pérdidas, se convertirá en el segundo banco “de menudeo” (con servicio a clientes de cuentas individuales) en el país, al contar con las más de 2 mil sucursales que WaMu tiene por todo el país. También es la segunda vez que JP Morgan funciona como comprador de último recurso de un banco en apuros con el apoyo del gobierno federal –en marzo adquirió Bear Stearns, con un respaldo de 29 mil millones del gobierno federal.
WaMu estaba tambaleando desde hace meses por ser uno de los bancos más inmiscuidos con la crisis hipotecaria, y su situación continuó en deterioro mientras buscaba un comprador o apoyo para sostenerse. Para el gobierno su derrumbe implicaba decenas de miles de millones en costos potenciales, ya que una agencia federal creada en 1934 que asegura hasta por 100 mil dólares cada cuenta en sus bancos afiliados, tendría cubrir los saldos de las cuentas.
Con su venta a JP Morgan, el fondo del gobierno para asegurar cuentas bancarias (el fondo contiene 45 mil millones) evita tener que desembolsar potencialmente 30 mil millones en ese caso.
Y es que necesitará esos fondos en el futuro, si las cosas siguen igual. Ningún banco quebró en 2005 o 2006, pero en 2007, al estallar los inicios de la crisis financiera, siete bancos fracasaron y hasta la fecha en 2008, 12 más, con activos totales de 42 mil millones, colapsaron en lo que ya es la peor ola de fracasos bancarios desde 1992, reportó Bloomberg News.
Algunos pronostican que decenas de bancos más podrían desaparecer en los próximos meses y en 2009. La agencia de seguros de depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) tiene una “lista de observación” de 117 bancos que está monitoreando por sus situaciones potencialmente frágiles.
Si eso ocurre, el fondo federal se iría vaciando, y el Congreso tendrá que reponer esos fondos, lo cual incrementaría aún más el costo del paquete de rescate de 700 mil millones bajo negociación.