■ Estafa casi medio millón de euros a corporaciones bancarias
Activista catalán monta gran fraude para denunciar el “depredador sistema capitalista”
Madrid, 18 de septiembre. Enric Duran, un activista catalán de 32 años, es el protagonista de una de las estafas más espectaculares de los últimos tiempos. Las víctimas: las grandes corporaciones financieras, de preferencia los bancos hegemónicos que dominan con mano de hierro el orden internacional. El método: una vertiente rudimentaria de la ingeniería financiera con la que logró expropiar casi medio millón de euros en 68 operaciones. Los motivos: denunciar el carácter “depredador” e “injusto” de un sistema capitalista que “nos está llevando al caos y a crisis humanitarias y ecológicas sin precedente”, y dar a conocer la alternativa de los movimientos y las redes sociales que pueden “cambiar las cosas desde abajo”.
El pasado miércoles en distintos puntos de Barcelona aparecieron de forma repentina centenares de voluntarios que entregaban gratuitamente un periódico desconocido hasta entonces, Crisis (www.17-s.info), en el que aparecía en portada el cuerpo incompleto de un hombre con unas monedas en la mano, con el titular: “¿Crees que la banca te roba?”
En las páginas interiores una confesión de Enric Duran: “He robado 492 mil euros a quienes más nos roban para denunciarlos y construir alternativas de la sociedad”. Salió a la luz pública una “acción” –como le llama el propio activista– planificada con celo y precisión matemática.
En entrevista con La Jornada, en “algún lugar del mundo virtual” y fuera de España, Duran explicó los prolegómenos de una iniciativa que muchos sitúan dentro de la tradición de los actos más recordados de anarquistas históricos catalanes como Durruti o Salvador Puig Antich. “Esta acción la inicié hace tres años –pues quiero decir que hace mucho tiempo que dedico mi vida al activismo social– y pensé que era momento de actuar para ser cada vez más consciente de que el poder nos está llevando a un camino sin salida, que se demuestra en las diversas crisis abiertas en estos momentos en el mundo: energéticas, climáticas, económicas, humanitarias y bélicas. Además quería denunciar el control que se ejerce a través del sistema bancario”, explicó el activista.
La estrategia de Duran se asemeja a los métodos que utilizan las grandes corporaciones o los inversores para acumular riqueza: la ingeniería financiera. Para llevar a cabo esta estafa subversiva, Duran pidió unos 68 préstamos en 39 bancos, cajas de ahorro y empresas de prestamistas (“los nuevos usureros”), para lo que creó dos empresas fantasmas. Sus herramientas para falsificar documentos, declaraciones de impuestos, actas notariales y demás documentos públicos exigidos por los bancos fueron “una fotocopiadora, una impresora, tijeras y celo (diurex)”. Entre los bancos estafados destacan American Express, Grupo ING, BBVA, BSCH, Citibank y Deutsche Bank, entre otros.
“Los principales o
Invirtió los 492 mil euros en financiar movimientos y redes sociales, sobre todo de los numerosos grupos diseminados en Barcelona que defienden la idea de que “otro mundo es posible”. Una parte, 15 mil euros, fue para financiar el periódico y unos nueve mil más para que sobreviva durante su exilio voluntario, que podría durar “uno o dos años”.
“El mensaje que quiero transmitir con esta acción es doble: por un lado conocer cuáles son nuestras cadenas, pues creo que nadie es más esclavo que el que falsamente se cree libre. Así que conocer nuestras cadenas es conocer cómo controlan el sistema económico los bancos y cómo se crea el dinero. También me preocupa cómo se va a gestionar desde el poder la situación de escasez que estamos viviendo hoy en día, ya que creo que puede derivar en un nuevo fascismo y para que no sea así tenemos que cambiar a la sociedad desde abajo”, explicó.
El segundo mensaje que quiere dar al mundo el activista catalán es que “las alternativas a este modelo existen, y son, entre otras, los movimientos sociales, tejer redes, fortalecer la acción colectiva y llevar a cabo proyectos concretos, que existen, son muchos y representan una forma de vida de mucha gente. Y esto se está demostrando también con mi acción, además de que la gente puede convencerse de que no hay cosas imposibles si realmente creemos en ello”, añadió el activista que puede enfrentar hasta 10 años de cárcel.
“Cuando decidí llevar a cabo esta acción, asumí que podía ir a prisión, así que estoy dispuesto a defender desde una celda los motivos por los que lucho”.