■ Celebran en Praga primera conferencia global sobre el uso de metanfetaminas
Se extiende en el mundo consumo de “cristal”, aseguran expertos
■ Es el estimulante “más extendido en el orbe después de la cannabis”, señalan especialistas
■ El mercado de drogas sintéticas representa casi 65 mil millones de dólares anuales
Praga, 16 de septiembre. Tras el nombre “hielo/ice” o “cristal/crystal” en español o inglés y “Pervitina” en checo, se esconde el boom de la metanfetamina, una droga de diseño que ha sustituido a cocaína y a heroína en muchos países y preocupa a médicos, trabajadores sociales y policías del mundo entero.
Esta droga fácil de fabricar a partir de medicamentos que se venden sin receta médica es “la más extendida en el mundo después de la cannabis”, tal y como lo han subrayado los expertos reunidos esta semana en Praga en la primera conferencia global sobre el tema.
El “cristal” no se produce a partir de una planta concreta sino de productos químicos disponibles “sin restricción geográfica”, lo que facilita la proliferación de “laboratorios improvisados en cocinas”, según indicó el ministro de Interior checo, Ivan Langer en los debates.
El hecho de que esta droga “se pueda producir fácilmente con productos corrientes y equipos improvisados” y que su fabricación no requiera “ninguna educación o formación particular” son las razones de su “rápida expansión por el mundo”, según expertos de la DEA (Agen- cia antidrogas de EU, por sus siglas en inglés).
En consecuencia, el uso de este estimulante que se puede engullir, fumar o inyectar “ha aumentado a escala mundial más que cualquier otro tipo de droga”, sobre todo entre los jóvenes, según Louisa Deghenart, del Centro australiano de investigación sobre las drogas y el alcohol.
De Estados Unidos a China, pasando por Georgia, Australia o Arabia Saudita, más de un centenar de países ven aumentar el consumo de esta droga que puede causar problemas mentales como esquizofrenia o paranoia y contribuye a la propagación del sida, según los estudios médicos presentados en Praga.
Aunque el “cristal” está más extendido en Asia y en América del Norte que en el continente europeo, su accesibilidad y su bajo costo de fabricación han favorecido su reciente aparición en países pobres como Ucrania: por el precio de una dosis de un opiáceo, los drogadictos prefieren comprar los ingredientes que les permiten fabricar entre dos y 12 dosis de “hielo”, según los trabajadores sociales locales.
De esta manera las autoridades se encuentran desarmadas ya que el perfil y los motivos de consumo cambian según las regiones del mundo: en Vancouver, los que más consumen son los indigentes y los marginados; en San Francisco, los amantes del sexo; en Sudáfrica, son principalmente adolescentes los más afectados.
En Estados Unidos se hizo popular a finales de los años 60 entre las bandas de motoristas llamadas Ángeles del Infierno, y el endurecimiento de las penas en las leyes no ha tenido éxito para detenerlo, ya que la tasa de consumo ha aumentado 127 por ciento entre 1995 y 2005, según los servicios de salud estadunidenses. En California el meth supera incluso al alcohol entre los motivos de tratamiento de dependencias.
Tomada por los supuestos estímulos sexuales, su consumo por inyección también es responsable de un tercio de los nuevos casos de contagio de sida en los ambientes homosexuales de San Francisco, según un estudio publicado en Praga.
La metanfetamina también se ha convertido en la droga más tomada por las mujeres embarazadas tratadas en Estados Unidos por dependencia, al mismo nivel (25 por ciento) que el crack hace dos décadas, según un estudio.
En Canadá, las autoridades la consideran como “una de las drogas potencialmente más peligrosas de todas las sustancias ilegales conocidas”.
En el mundo, el número de personas que han consumido al menos una vez estimulantes anfetamínicos en los pasados 12 meses ronda los 34 millones, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (ONUDC).
Se estima que el mercado global de drogas sintéticas representa casi 65 mil millones de dólares de la venta al por mayor y al detalle, según la ONUDC.