■ Tenía mucha necesidad de crecer artísticamente, afirma la cantautora que vive en EU
Nueva York me exige un nivel muy alto de hacer jazz: Magos Herrera
■ Ofreció un adelanto de su nuevo disco Stay Closser, en su concierto en el Lunario del Auditorio Nacional
■ Fue una noche de jazz a beneficio del proyecto Amigos del Palacio de Bellas Artes
Ampliar la imagen Magos Herrera se escuchó mágica en el recinto de Reforma Foto: Arturo Cruz Bárcenas
“Estar en Nueva York definitivamente ha sido un proceso paulatino de crecimiento. Lo que me ha dado es justamente exponerme a un nivel de exigencia muy alto, radical y concreto. No he tenido otra cosa que hacer que apretar las tuercas, pero estoy estudiando mucho”, comentó la jazzista mexicana Magos Herrera en entrevista en su camerino, al finalizar el concierto que ofreció este fin de semana en el Lunario del Auditorio Nacional. Esta presentación fue el contexto en el que Herrera ofreció un adelanto del que será su nuevo disco, que se titulará Stay Closser y que saldrá a la venta a principios de 2009.
“Como mexicana no me queda más que incorporar mi propio lenguaje. Me siento afortunada porque tengo una carrera muy grata en nuestro país, pero tenía mucha necesidad de crecer artísticamente. Siempre será mi casa y vengo a actuar una vez al mes, porque creo que la escena jazzística en México está creciendo, decididamente”, agregó la cantautora.
La voz mágica y versátil de Magos Herrera refleja muchas horas de ensayo, en armonía con el talento en la guitarra de Lionel Louke, como invitado especial, en un concierto, una gala internacional, con el que la jazzista defeña actualmente radicada en Nueva York se sumó al proyecto surgido hace 13 años para llevar a los niños al máximo recinto cultural del país, el Palacio de Bellas Artes, para que rompan el miedo a cruzar umbrales y vivan la experiencia de entrar al lugar.
Amigos de Bellas Artes se dieron cita para oír jazz y boleros jazzeados en el Lunario del Auditorio Nacional, con el grupo de Magos, que además estuvo integrado por el contrabajista Ricardo Rodríguez, el baterista Alexadre Kautz y los coros de Ingrid y Jennifer Beaujean.
La melancolía permeó el ambiente
Acompañado de una copa de vino, el respetable escuchó la mayor parte del tiempo en silencio cada una de las interpretaciones, aunque no faltó quien aplaudiera para seguir el ritmo. Si un tono predominó fue la melancolía, quizá porque la mayoría de las piezas hicieron referencia a la distancia, a las separaciones que enfrenta el ser humano.
“La columna vertebral del jazz que trabajo es una armonía estilizada, con posibilidad de improvisación y de la interacción colectiva, pero siempre tomando repertorio original y de otros compositores”, afirmó Magos. “Eso es lo que hacemos en Nueva York. Lionel Louke es ahorita la pauta del jazz contemporáneo, que es como world music combinado con jazz”.
En la ciudad de los rascacielos, Magos asiste a muchos museos, según comentó, por lo que haber colaborado en la causa de Amiguitos de Bellas Artes fue para ella algo satisfactorio. “La idea es hacer espacios vivos, que esos edificios no se conviertan en construcciones de cuatro paredes, sino en algo cultural vivo.”
El programa fue abierto por Louke, quien superó unos problemas de sonido y mostró su virtuosismo. Se llevó un gran cúmulo de aplausos como reconocimiento. Magos cantó Todo puede inspirar, New Song, Rencuentro y Tus ojos, de su autoría, así como Vera Cruz, de Milton Nascimento; Retrato en blanco y negro, de Vinicius de Moraes; Dindi, de Tom Jobim; Alegría, de Magos y de Marcos Paiva, y Delirio, de César Portillo de la Luz.
Todo puede inspirar es un jazz que no es digerible a la primera; cada vez que se escuche se descubrirá algo nuevo, un matiz en la voz. Contó que llegó a pie al Lunario, caminando por Reforma, y que se preguntó si sus amigos, Lionel y Rodríguez, pensarían que México es así siempre: caótico, con marchas, un tránsito pesado. “¿No, verdad?”, incitó a la concurrencia. Algunos mejor callan.
Pero ahí se oyó jazz y algunas melodías fueron sumamente tranquilas, para reflexionar y creer que vale la pena vivir la vida, sea como sea. Fue el ritmo de la ciudad, afuera; adentro, el ritmo de Magos.
New song, una canción ya conocida, pero con otro arreglo, en el cual el contrabajo se oye poderoso. Todo decanta en Rencuentro, con la que Magos habla de las distancias que se acumulan en la vida y la idea optimista de hallarse con los otros o con uno mismo. Hasta Dindi, de Jobim, que hace referencia a la vida y su fluir.
Invitación
Fue una noche de jazz para los Amigos y Amiguitos de Bellas Artes, para que visiten el palacio, sus pinturas y escuchen sus conciertos.
Miriam Narváez Santana, fundadora de Amigos de Bellas Artes, expuso que el objetivo del concierto fue recabar fondos para el proyecto Amiguitos de Bellas Artes, del cual es directora Janet Shein. “Es totalmente altruista. Buscamos el acercamiento del público a las actividades artísticas.
“Amigos de Bellas Artes lo integran aproximadamente mil personas. Somos 25 voluntarios en el Comité Ejecutivo. Donamos nuestro trabajo para cumplir el objetivo del proyecto.”
Shein explicó que Amiguitos de Bellas Artes nació casi a la par que Amigos de Bellas Artes. “El giro fue cuando decidimos llegar a sectores con menos recursos y acceso a la cultura. Trabajamos mucho con escuelas públicas y el propósito es que esto se vuelva parte de su cotidianidad. Inclusive establecemos contacto con niños en condiciones de calle para que asistan al teatro, a la música, a los museos. Cada fin de semana llevamos entre 40 y 80 niños”, añadió Shein.
Miriam Narváez adelantó que se prepara la presentación de Humanicorp.
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