■ Al final, los asistentes manifestaron sus reproches con silbidos
La actuación de los arqueros fue lo mejor del empate entre Toluca y Monterrey
Toluca, 14 de septiembre. Lo mejor del empate sin goles entre los Diablos rojos del Toluca y el Monterrey fueron los porteros, el local Hernán Cristante y el visitante Jonathan Orozco. Sin embargo, nada pudo evitar que casi a la par del pitazo final estallara la rechifla en el estadio Nemesio Diez, justo reproche y pago a los 22 hombres sobre la cancha que jamás encontraron la meta rival.
La danza futbolística se convirtió en un concierto de errores en el que ningún delantero encontró el norte, los remates y acechos carecieron de tino, mientras que en las porterías tanto Cristante como Orozco fueron ganando confianza ante las tibias o imprecisas arremetidas.
Durante los primeros 45 minutos hubo dominio alterno sin que ningún de los equipos pudiera inclinar la balanza a su favor. Titubeante y hasta falto de concentración saltó a la cancha el conjunto local, que en los primeros 15 minutos fue sometido por unos regios que tuvieron la primera oportunidad clara en los pies del chileno Humberto Suazo, pero el argentino Cristante salvó su meta con un atinado manotazo.
Diablos Rojos reaccionó y fue capaz de emparejar el ritmo del partido, el medio campo se convirtió en el centro de la lucha, la aduana que era necesario franquear para aproximarse hacia las metas.
Los de casa tuvieron chance de irse al frente en la pizarra, empero, Carlos Esquivel no aprovechó el haber quedado completamente solo frente a Jonathan Orozco y mandó su cabezazo a un lado del poste derecho, al minuto 18.
La respuesta de los norteños llegó siete minutos después en un centro por derecha de William Paredes a sector contrario, en el que el Chupete Suazo de botepronto sacó un disparo que pasó muy cerca del poste ante la mirada atenta de Cristante.
José Manuel de la Torre, estratega de los choriceros, sabía que necesitaba aprovechar su condición de local, ya que el empate no le ayudaba mucho, por ello decidió el ingreso de Antonio Naelson Sinha para dar un mayor toque de creatividad a su ataque. Además, también dio minutos a Santiago Fernández.
El argentino Ricardo la Volpe, por su parte, respondió con el uruguayo Gonzalo Choy y Arturo Alvarado, así como Joel Chícharo González para ayudar en la labor de medio campo.
Efecto casi nulo tuvieron estas modificaciones por parte de ambos equipos que se neutralizaron durante todo el segundo tiempo, el cual resultó poco brillante, con más fuerza que talento sobre el campo de juego.