Usted está aquí: lunes 15 de septiembre de 2008 Economía Dinero

Dinero

Enrique Galván Ochoa
[email protected] • Foro: http://dinero.tv/mexico/index.php

■ La masacre de La Marquesa

■ La Cumbre de Seguridad, Iluminemos México

■ Profeco: las transas

La masacre de San Valentín fue un contrato a sueldo ordenado por Al Capone contra siete miembros de una banda rival en Chicago el día de San Valentín (14 de febrero) de 1929. Capone intentaba eliminar a su rival Bugs Moran, pero este llegó tarde a la cita y escapó, aunque gravemente herido. Los gángsters iban disfrazados de policías. Fingieron una redada para que no opusieran resistencia. Una vez contra la pared y cuando creían que iban a ser esposados, los gatilleros de Capone los desarmaron y abrieron fuego. Los que sobrevivieron a la primera ráfaga fueron rematados a sangre fría. Este episodio ha sido llevado al cine, a la televisión, a las novelas, se conserva en los anales del crimen como uno de los más sangrientos. Sin embargo, un país tercermundista lo superó el viernes: la masacre de La Marquesa, con 24 ejecutados, algunos, se dijo primero, decapitados, aunque luego se negó la versión. El escalofriante crimen ocurre en tierra de uno de los aspirantes priístas a la presidencia, Enrique Peña Nieto –su reacción se ha limitado a tratar de que el ventarrón no le despeine el envaselinado copete– apenas tres semanas después de que el gobierno lanzó la mayor campaña contra el hampa en la Cumbre de Seguridad Nacional y a dos semanas de la marcha Iluminemos México. Es la respuesta de la delincuencia, nada atemorizada. La Marquesa está a una hora escasa en automóvil de Los Pinos, tal vez el próximo tétrico mensaje será tirar un cargamento de cadáveres en el Bosque de Chapultepec.

Los intocables intereses

El presidente Calderón convocó al día siguiente –sábado– al llamado gabinete de seguridad. En algún momento hubo la esperanza de que destituyera al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y al procurador, Eduardo Medina Mora. Cero. No están claros los motivos por los que se empeña en sostener al primero, pero en el caso de Medina Mora es Vicente Fox quien lo mantiene en su cargo. Es la garantía para que no prospere ningún expediente contra el propio ex presidente, la señora Marta y los muchachos Bribiesca. Además, parece que es socio de gente importante de una cadena de televisión. Al final del sexenio el número de ejecutados –al ritmo de 2 o 3 mil por año que lleva actualmente– alcanzará la cifra de 12 mil o 18 mil, y continuará en su puesto.

Sigue la turbulencia

Abróchense el cinturón porque esta semana se ve turbulenta en Wall Street: 1) El destino de Lehman Brothers se ve incierto, después de que Barclays canceló su interés de adquirir la firma, una de las más antiguas: 158 años. 2) Bank of America y Merrill Lynch analizan una posible fusión; se trata de una operación que podría alcanzar la cifra de 40 mil millones de dólares. 3) American International Group –AIG– anunciará hoy un plan de restructura que incluye la separación de su división de leasing de aviones. Tiene una flota de 900, valuados en 50 mil millones de dólares. Es el principal cliente de Boeing y Airbus. Todas estas empresas tienen intereses en México.

e@Vox Populi

Asunto: Bancomer, problema resuelto

Enrique: te escribo para agradecer tu disposición de atender mi problema y publicarlo en tu columna. Te informo que ya pagué a Bancomer el adeudo, con un nada despreciable descuento sobre el saldo total. Les debía entre las dos tarjetas $43 mil y terminé pagando $16 mil 200 en total. ¿Cómo ves? Ahora sólo espero que me entreguen mi carta finiquito dentro de 60 días.

Javier Sánchez Cañas

R: ¿Cómo la veo? Mejoró mucho tu situación, recuerdo que temías un embargo. Celebro que el banco te haya ofrecido un plan accesible; no te vuelvas a endeudar. Aprovecho la ocasión para recordarles que pronto hará su debut nuestro portal dedicado a las tarjetas de crédito.

Asunto: el temor que nos invade

Escribo por la indignación que me causa que en la Secundaria Técnica número 12 me hayan exigido que les diera un número telefónico por si existía alguna emergencia con alguna de mis dos hijas. De muy buena fe lo di, entendiendo la magnitud de la solicitud. Desde 2005 recibo multitud de llamadas telefónicas de parte de una escuela de computación llamada CCPM. Me indigna que la Secretaría de Educación Pública (SEP) trafique con la información confidencial de mis dos hijas y la mía. El lamentabilísimo caso del joven Fernando Martí certifica la gravedad en el manejo de información confidencial. Quiero informarles que he decidido levantar un acta en el Ministerio Público, en donde se asiente que la SEP es responsable de cualquier incidente o atentado que suframos mis hijas o yo por otorgar información confidencial a una empresa como la escuela de cómputo CCPM.

Lic. Constanza Cortés/Distrito Federal

R: Lo que antes sólo era una molestia –recibir llamadas indeseadas– ahora es motivo de justificado terror. ¿Te imaginas el riesgo si la lista de telefónos cayera en manos de agentes policiacos, es decir, de potenciales secuestradores?

Asunto: Profeco

En diciembre pasado un amigo español y yo hicimos un viaje por algunas partes de este bello país, para lo cual rentamos un coche en Guadalajara, a la empresa AL AL (Alanis Alatorre). Se hizo un depósito con cargo a su tarjeta de $10 mil. Cuando devolvimos el coche, los cargos ascendían a mil 800, por lo que la empresa debía acreditar $8 mil 200 a la cuenta de mi amigo, cosa que nunca hizo. Acudí entonces a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), pero, ¡oh sorpresa!, resulta que van tres audiencias a las que no acuden los acusados. Ahora me dice Profeco que ya no puede hacer nada porque su labor es conciliatoria y lo siguiente es que yo acuda a los tribunales. ¿Alguien me puede decir para qué %$&$# sirve la Profeco?

Paz Lomelí Mena/Distrito Federal

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.