■ Aclara durante la homilía que la fe católica no pretende erigirse en juez de los demás
Dice Rivera que no callará ante abortos; una iglesia muda no sirve a nadie, señala
■ El arzobispo primado dedica al tema casi toda la misa
■ Fieles encienden velas en señal de duelo
Ampliar la imagen El cardenal Norberto Rivera ofició ayer su acostumbrada liturgia dominical, la cual dedicó casi en su totalidad a hablar sobre el aborto. Durante la misa, fieles encendieron velas para condenar su práctica Foto: María Luisa Severiano
Aunque muchos lo pidan, la Iglesia católica no callará ante los crímenes que se están legalizando, ni ante las faltas que cometen sus hijos, aseguró el cardenal Norberto Rivera Carrera. “Una iglesia muda no sirve ni a Dios ni a los hombres”, dijo.
En su homilía dominical subrayó que la Iglesia tiene el deber de alzar su voz. “Ante los grandes males de nuestro mundo no nos podemos encoger de hombros, no nos podemos paralizar, debemos mostrar nuestra solidaridad y nuestra corresponsabilidad levantando nuestra voz”, sostuvo el prelado, quien apeló a la responsabilidad de los fieles para actuar conforme a los principios dados por Dios.
Dedicada exclusivamente al tema del aborto, en la misa donde decenas de fieles recibieron y apagaron una pequeña vela en señal de duelo y dolor, el cardenal Rivera Carrera insistió en que la Iglesia no encogerá los hombros ante los grandes problemas nacionales, los crímenes cometidos en las calles y la falta de valores morales.
El también arzobispo primado de México retomó en su mensaje la figura del profeta Ezequiel “quien como centinela, después de la caída de Jerusalén, advirtió a los ciudadanos de los padecimientos que se avecinaban a pesar de la indiferencia de éstos” para concientizar junto con el pasaje que dice: “Si tú amonestas a tu hermano para que se aparte del mal camino él se perderá, pero tu salvarás tu alma”. Aclaró que la fe católica no pretende erigirse en juez de los demás, pero sí tiene la obligación de difundir las enseñanzas del Evangelio e inculcar en los hombres sus más preciados valores para evitar derramamientos de sangre, la pérdida de vidas y la inactividad de la sociedad ante los males que la aquejan.
El cardenal Rivera citó algunas de las palabras que la Madre Teresa de Calcuta pronunció en Estados Unidos, en las que decía: “señor presidente, no mate a los niños en el seno materno, démelos, yo los cuido”.
Al final de la misa se presentó el proyecto ¡No lo mates, dámelo a mí!, que por medio de la página catholic.net más de 59 instituciones están dispuestas para ayudar a que miles de niños no sean abortados sino dados en adopción; una familia católica de nueve hijos presentó el proyecto, y señaló que hay más de mil 610 matrimonios dispuestos a adoptar alguno de esos pequeños.
Al término de la misa, en la lectura de un pronunciamiento, la Asociación Unión de Voluntades, integrada por más de 50 organizaciones católicas, se comprometieron a trabajar en favor de la vida, no sólo con protestas, sino con alternativas viables como el proyecto citado por el cardenal. Carmina Moreno de Montero, del Instituto de Rehabilitación para la Mujer y la Familia, que ayuda a mujeres que han abortado, leyó el documento, en el que reprobaron la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de avalar el aborto en la capital de México.
Ante el prelado, la activista católica refrendó la decisión de las instituciones y feligreses que integran a la Unión de Voluntades para trabajar y seguir ayudando a madres embarazadas a fin de evitar la práctica del aborto. Y se comprometió: “cuente usted con nosotros para hacer todo lo que esté a nuestro alcance para proteger y cuidar al concebido en el vientre materno y para apoyar a las mujeres que han recibido el precioso don de la vida en su seno”.