Usted está aquí: jueves 4 de septiembre de 2008 Cultura Llevan a escena el materialismo que avasalla los sentimientos

Clavigo Depredador, de David Hevia, se estrenará en el teatro Juan Ruiz de Alarcón

Llevan a escena el materialismo que avasalla los sentimientos

■ El dramaturgo, traductor y director escénico se basó en obras de Goethe y Hammerthaler

■ Hoy existe un extraño pragmatismo que nos hace decir: “aunque te quiero, no me convienes”

Carlos Paul

Ampliar la imagen Ensayo del montaje que busca reflejar la escisión entre lo que tenemos y debemos ser y lo que sentimos que podríamos ser Ensayo del montaje que busca reflejar la escisión entre lo que tenemos y debemos ser y lo que sentimos que podríamos ser Foto: Cristina Rodríguez

La eterna lucha entre los sentimientos y la razón; la escisión entre lo que tenemos y debemos hacer, y lo que sentimos que podríamos ser, delimitan la temática en torno a la puesta en escena Clavigo Depredador, basada en la obra de Goethe y en la pieza del también escritor alemán Ralph Hammerthaler.

Con traducción, dramaturgia y dirección de David Hevia, el montaje será estrenado este sábado en el teatro Juan Ruiz de Alarcón, del Centro Cultural Universitario.

El título hace referencia a dos obras escritas por dichos autores.

Los diarios personales de Beaumarchais, autor de El barbero de Sevilla, Goethe los retoma y se da ciertas licencias poéticas para su obra titulada Clavigo, “pieza en la que se perfilan los temas de su novela romántica Werther”.

Goethe, comenta Hevia, “era un señor bastante raboverde y tenía el problema, por ejemplo, de enamorarse de las mujeres de sus amigos, lo que le provocaba cierto romanticismo, pero también enorme sensación de culpa”, sentimientos que se ven reflejados en su obra.

El sacrificio de María

La anécdota de Clavigo “se basa en la relación de María Beaumarchais, quien vive en España y es seducida por un arribista editor español, crítico de la corona, quien luego de cumplir sus propósitos, la deja vestida y alborotada.

“El hermano de María, un traficante de armas y literato, tiene problemas con su ego y honor. Por ello arma todo un escándalo en España.”

En tal trama se aprecia “la eterna lucha entre los sentimientos y la razón, historia que ha sido trasladada a la época contemporánea, pues la acción se desarrolla en la terraza de un penthouse, donde el protagonista es aquí director de una revista para caballeros, pero ve en peligro su carrera por su compromiso con María, por lo que decide sacrificarla”.

En Clavigo Depredador “se trata de reflejar –destacó Hevia– que en una sociedad individualista, materialista, lo que importa es el interés, dejando a un lado los sentimientos. En la época contemporánea existe un extraño pragmatismo, mismo que se aplica a los sentimientos, el cual nos hace tomar decisiones al grado de decir: ‘aunque te quiero, no me convienes’”.

Esa manera de actuar y decidir hoy día, al parecer ocurre cada vez más, “es una lucha entre el sentimiento y la razón, entre el pragmatismo y la culpa”, consideró Hevia.

Vacío y pérdida de identidad

Por otra parte, la obra Depredador, de Ralph Hammerthaler, representante de la nueva dramaturgia alemana, es una pieza en la que “mediante un lenguaje aparentemente superficial, tras el lugar común de frases conocidas e iconos de la cultura occidental se hace una crítica a la manera de pensar y de sentir. Refleja de modo sarcástico, el vacío, la pérdida de identidad”.

En la obra de Hammerthaler aparecen personajes como “la campeona en representar a Marilyn Monroe, el campeón en ser Tarzán, otro en comer frituras; personajes y situaciones que se combinan con la historia de Clavigo.

“De la obra de Hammerthaler –señaló el también traductor–, sólo se retomaron ciertos textos que ayudaron a complementar al personaje protagonista, para acercarnos a su manera de pensar, a aquel que con su whisky en las rocas y con sus binoculares, ve desde su room-garden a la sociedad madrileña y a una sueca, encuerándose en el otro penthouse”.

Intento plantear, concluyó David Hevia, “la historia del individuo: la escisión entre lo que tenemos y debemos hacer y lo que sentimos que podríamos ser”.

Con escenografía, iluminación y vestuario de Edyta Rzewska, música de Alfredo González y 12 actores, reparto en el que participan alumnos del octavo semestre de actuación del Colegio de Literatura Dramática de la Universidad Nacional Autónoma de México, Clavigo Depredador se estrena el sábado 6 de septiembre a las 12:30 horas en el teatro Juan Ruiz de Alarcón, del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000). Funciones sábados y domingos a las 12:30 horas.

 
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