■ Novela de vicisitudes emocionales de Margarita y Laura Ruiz de Velasco
Calladita te ves más bonita, premio Juan Rulfo 2006, lista en librerías del país
Reinvindicar el derecho a la voz fue el principal factor que animó a las hermanas Margarita y Laura Ruiz de Velasco Padierna a emprender la escritura de un libro a cuatro manos con el que, a la postre, se hicieron merecedoras del Premio Juan Rulfo para primera novela 2006.
Se trata de Calladita te ves más bonita, contrastante relato de vaivenes emocionales que aborda la historia de una familia de clase media mexicana, en cuyo seno, el éxito, el poder que da el dinero, el desprecio hacia la mujer y la incapacidad de relacionarse y amar son cuestiones cotidianas en la vida de los personajes.
Publicado por AGT Editor, el volumen se encuentra ya disponible al público en las principales librerías del país; a propósito de ello, las autoras sostienen una conversación con La Jornada en la que revelan cuán complejo y liberador resultó la creación de esta obra conjunta, por estar sustentada en aspectos autobiográficos.
“Este libro es una suerte de reconciliación con nuestro pasado, o incluso de expiación; para nosotras es un trabajo liberador y catártico”, reconocen las hermanas, tras asumir que detrás de cada página se encuentra mucho de su vida.
Laura está convencida de que la obra de todo escritor resultaría imposible sin el concurso de las experiencias que han conformado su vida: “La escritura es un hecho necesariamente autobiográfico, porque nadie puede sacarse las cosas de la manga. Lo que se vive, lo que se oye, o una mezcla de ambos, permiten que la obra no se salga de las manos sin mantenerla dentro de los lineamientos de la veracidad”.
Agrega Margarita: “El asunto de un libro como éste no es si se trata de un tema autobiográfico o no, sino qué es lo que refleja: los valores, una forma de vivir y ver la vida de una clase social, en este caso la media alta –sobre la cual se ha escrito muy poco–, además del choque entre generaciones. Eso es para mí más importante que si se habla o no sobre la vida de uno”.
Entre los escasos aspectos en los que difieren las autoras está el de asumir la elaboración del texto como ejercicio de nostalgia, pues, mientras Margarita acepta que sí lo es, Laura sostiene lo contrario.
Apunta esta última: “No es nostalgia, porque ésta significa que vuelva lo que ya pasó, y francamente no es algo que yo desee. No somos de la idea de que tiempos pasados fueron mejores. Eso nunca”.
Margarita subraya que Calladita te ves más bonita queda a flor de piel; cuán culposa es la sociedad mexicana en lo que concierne a su incapacidad para liberarse de convenciones, aun cuando éstas vayan contra el individuo o la comunidad.
En particular se refiere a la relación padre-hijo: “Una de las más terribles cosas que he visto, y eso puede venir de la cultura judeo-cristiana, es que a fuerza, sin importar la clase social a la que pertenezcas, se debe querer al papá, sin importar si es borracho o golpeador; se trata de una figura que debe idolatrarse incondicionalmente, y si uno no lo hace, entonces el hijo es condenado por la sociedad.
“¿Por qué debe quererse de forma forzosa a un mal padre? Ese es un tema del libro que causará conflicto, sin duda, pero es tiempo de que nos atrevamos a liberarlo. Si la gente no ve con claridad esas situaciones y no es honesta consigo misma, nunca podrá liberarse”.
En opinión de otras escritoras y de allí el título de éste, su primer libro para ambas, es que uno de los más graves y extendidos problemas en México es el silencio, la falta de interés e incluso desprecio que existe por hablar y escuchar, por comunicarse.
“Nos han impuesto que calladitos nos vemos más bonitos, y por eso, como país, estamos como estamos: por la incomunicación y falta de honestidad”.
De acuerdo con Margarita y Laura Ruiz de Velasco, la elaboración de este libro a dos voces “es un proyecto acariciado durante largo tiempo. Teníamos ganas de escribir una novela juntas. Lograr que se apreciara que eran dos personajes y dos puntos de vista de un mismo hecho fue un aspecto difícil, porque tenemos que respetar la visión y las características de cada una; pero, a cambio, esto nos ayudó a dar mayor fluidez al tratamiento del tema en la historia”.