■ Desmiente la versión de que los secuestradores habían exigido 3 millones de dólares
Silvia Escalera pide a captores de su hija que la entreguen si continúa viva
■ Demanda a los medios de comunicación que no distorsionen la información sobre el caso
“Quiero que sepan las personas que se la llevaron, que la tienen, que si a ellos no les salieron las cosas y Silvita ya estuviera con Dios, entonces que me digan dónde la dejaron, para nosotros ir por ella y ya estar en paz, no sobreviviendo”, suplicó al borde del llanto la señora Silvia Escalera, ex esposa de quien fuera titular de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) durante el sexenio foxista, Nelson Vargas.
“Pero si mi hija estuviera con vida, pues entonces que me la devuelvan. Yo creo que ellos tienen a quien querer y alguien que los quiera; que recuerden que son hijos de Dios (…) aún están a tiempo, gánense el cielo, devuélvanme a Silvita”, añadió.
Durante una entrevista radiofónica con Joaquín López-Dóriga, la mujer aseguró que los plagiarios que se llevaron a su hija Silvia Vargas el pasado 10 de septiembre nunca le exigieron una cantidad en dólares por el rescate de la joven de 18 años, como informaron ayer dos diarios de circulación nacional.
Los secuestradores exigieron inicialmente 3 millones de pesos a la familia de la víctima, pero durante los acuerdos posteriores “se pactó una cantidad infinitamente menor a esta”, puntualizó Escalera.
Peligra toda la familia
“En estos momentos, cuando algunos medios de comunicación han puesto en peligro a la familia, pues publicaron que se ofrecían 2 millones de dólares por Silvia (…) me veo en la necesidad de aclarar que la cantidad solicitada por las personas que se la llevaron fue de 3 millones de pesos, no de dólares.
“Estas cantidades inexactas y estas cosas no oficiales no salieron de nuestra boca; no distorsionen la información porque todo esto se empantana y pone en riesgo no solamente la vida de Silvia, sino también de toda la familia”, aclaró.
Más tarde emitió un comunicado de prensa en el que indicó: “Es impreciso que actualmente se ofrezca una recompensa por la cantidad de 2 millones de pesos, como han difundido algunos medios”.
Antes, durante la entrevista radiofónica, Escalera no pudo responder con precisión cuando el comunicador le preguntó por qué razón la familia hizo público el plagio de su hija 11 meses después de ocurrido el mismo. “Hasta ahorita no sé por qué lo hicimos, pero ahí vamos en el barco todos navegando en contra de la tormenta y la corriente. Yo no sé si la situación, el hoy, el momento, nos llevó y dijimos: ‘vamos a gritar, qué hacemos, cuáles son los pros, cuáles son los contras, a qué apelamos’”, indicó.
El pasado lunes, Silvia Escalera inició una campaña en medios de comunicación y en anuncios espectaculares para que cualquier persona que tenga información sobre el paradero de su hija se ponga en contacto con la familia, y/o para que los secuestradores retomen las negociaciones con los padres de la joven, mismas que suspendieron 17 días después de que ocurrió el plagio.
La investigación sobre el caso de Silvia Vargas la realiza, desde hace 11 meses, una célula especializada de la Agencia Federal de Investigación (AFI), con la estrecha colaboración de la Policía Federal Preventiva (PFP)
Entre los testimonios que fueron anexados a la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIS/238/ 2007, que se inició en septiembre pasado a partir del plagio de la joven, destaca la declaración de una persona cercana a Silvia.
Fuentes gubernamentales revelaron que este testigo –cuyo nombre no se da a conocer para proteger su identidad– aseguró que días previos al secuestro Silvia le dijo que había percibido que un vehículo la seguía durante el trayecto de la escuela a su casa.
Inicialmente la PGR se enfocó en dos hipótesis. La primera, un probable autosecuestro, y la otra, un plagio presuntamente planeado por alguno de los compañeros de estudio de Silvia. Ninguna de esas líneas de investigación prosperó.
Varios estudiantes, trabajadores y la propia directora del colegio Alexander Bain –donde estudiaba la joven– fueron interrogados por elementos de la AFI y por agentes ministeriales de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).
Luego la PGR abrió otra hipótesis en torno al hecho de que alguna banda de secuestradores –valiéndose de información proporcionada por algún empleado de las empresas de la familia Vargas Escalera– hubiera sido la que planeó y ejecutó el rapto.
La investigación se complicó debido a que en menos de un mes los plagiarios suspendieron toda negociación, lo que redujo las posibilidades de que la AFI recolectara pistas que ayudaran a dar con el paradero de la joven y de sus captores, indicaron las fuentes consultadas. Las pesquisas continúan a casi un año de ocurrido el secuestro de Silvia Vargas Escalera.