■ Celebra 20 años de su documental Un toque de rock, que se exhibirá mañana en UNAM
Soy pobre, pero libre; hago cine por simple placer: Sergio García
■ Cuando veo los presupuestos del Imcine no lo puedo creer. Cómo puede ser que 5 millones de pesos sean para una película... mis cintas me cuestan alrededor de mil pesos , afirma el realizador
Ampliar la imagen Sergio García filma a Guadalupe Miranda (hoy día documentalista) en Un toque de rock
En el medio cinematográfico mexicano lo conocen como El súper 8, debido a que fue uno de los realizadores que desde los años 70 ha usado este tipo de formato. Es fundador de la productora Taller Experimental de Cine Independiente, que es referente en la forma de hacer cintas políticas, sociales y culturales al margen de lo establecido. Lleva más de 35 años haciendo películas como outsider. Pero lo que más llama la atención es que Sergio García es un cineasta, a quien sólo le bastan una cámara y una idea para filmar. Hace cintas de menos de mil pesos.
“Cuando veo los presupuestos del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) no lo puedo creer. Cómo puede ser que alguien gaste 5 millones de pesos en una película; yo con eso haría 30. En mis 97 cintas no he gastado ni un millón de pesos”, comentó el realizador en entrevista con La Jornada, con motivo de que este viernes se exhibirá su reciente docu-ficción, Be Bop a Lula, Comandante Espacial, y el documental Un toque de rock (sobre los primeros conciertos de la banda Three Souls in My Mind) –que ahora cumple 20 años–, en la sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De hecho, este video se puede conseguir en tiendas como Blockbuster y Mixup. “No ha perdido actualidad”, dice García, quien con su corto El fin, filmado en súper 8, obtuvo el premio Luis Buñuel, otorgado en el primer Concurso de Cine Independiente.
El realizador comentó sobre lo que diría a los egresados de escuelas de cine que ven un panorama oscuro para producir porque no hay condiciones en el país. “mis películas me cuestan alrededor de mil pesos. No pago a actores, sólo gasto en casets y en vestuario. Nadie lo podría creer, pero se puede, entonces no es cosa de pretextos”.
–¿Hay alguna materia en las escuelas de cine de cómo hacer películas con poco dinero?
–No, pero deberían asistir a mis talleres de cómo hacer cine con mil pesos. Mediometraje o cortos, pero son películas. Inclusive he filmado documentales de hasta dos horas y me salen más baratos.
Analfabetismo cinematográfico
En las dos décadas que tiene Un toque de rock, el director ha sido testigo de “retrocesos. He visto y enseñado a tres generaciones y ahora veo que ha disminuido el nivel cultural e informativo de los chavos; cada vez saben menos. Hay analfabetismo cinematográfico, la gente ya no sabe leer imágenes. Cuando ven algo de ritmo lento no atienden, como si les hubieran fraccionado el cerebro. Eso se debe a la tecnología empleada, como la televisión, la computadora y la red, de la cual puedes obtener información que muchas veces no es buena. Hay pereza mental para aprender, también hay que mencionar que el sistema no ofrece nada a los jóvenes, quienes no saben qué van a estudiar”.
Público para cineastas locos
No obstante, el realizador aseguró que sigue habiendo público para estos trabajos hechos por cineastas “locos” como él. “Mis alumnos me han llevado copias piratas de Un toque de rock, lo cual me enorgullece, porque significa que hay público. Estoy por llegar a mi trabajo 100 y siempre hay audiencia. Todo empezó en 1970 con el súper 8. En ese tiempo íbamos cargando nuestro proyector y laa películas, a proyectar a salones de clases de los CCH, de las facultades de la UNAM, de casas de cultura e inclusive en cárceles”.
García se aferra a resistir ante lo establecido, porque ama su “independencia”. Dijo: “Soy pobre, pero hago lo que quiero, nada me va a detener. Soy libre. Nunca he visto el cine por el lado industrial, porque no me dejarían hacer lo que pienso. Cuando hice Un toque de rock estaba seguro de que no me la hubieran producido, porque cuando mostré el guión a nadie le interesó. Me siguen viendo como bicho raro, aunque me respeten como un pinche loco, pero eso me alimenta”, concluye.
Afirmó que a la gente le gustan sus videos porque tienen que ver con la música y porque los hace “por simple placer, como su docu-ficción Be Bop a Lula, Comandante Espacial (T
Estas cintas se exhibirán a las 18:30 horas en la sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario, en Insurgentes Sur 3000.