■ Inaugura hoy la exposición La Escuela Panamericana del Desasosiego, en la Casa del Lago

Descubre Pablo Helguera que el arte es igual en cualquier parte de América

■ Durante cuatro meses, el artista recorrió el continente, desde Alaska hasta Argentina

Fabiola Palapa Quijas

Después de cuatro meses de recorrer América, de Alaska hasta Argentina, como parte del proyecto Escuela Panamericana del Desasosiego (EPD), el artista mexicano Pablo Helguera concluyó que el arte es igual en todas partes y que existe una similitud entre los diferentes grupos culturales.

“La creatividad es la misma en lugares tan sofisticados como Nueva York que donde no existe infraestructura artística, como Nicaragua. Se comprobó que el arte no debe tener un fin en sí mismo.

“Me interesaba utilizar –explicó Helguera– las herramientas del arte para establecer nuevas visiones de lo que es la realidad de un país o de una localidad. El proyecto trató de probar o al menos consiguió mostrar que el arte puede ser muchas cosas a la vez y tener muchas funciones.”

Agregó que también existe una enorme diversidad de grupos y de culturas en Latinoamérica que no han sido vinculadas y que tienen mucho potencial. Descubrió que en lugares tan disímbolos como Anchorage (Alaska) y Mexicali (México), los intereses y preocupaciones de los artistas son los mismos.

“Los intereses de los artistas –explicó Helguera– tenían menos que ver con el país que con el entorno inmediato de la ciudad; por eso Mexicali y Anchorage mostraban similitudes, al tratarse de lugares específicos en el espacio natural, además de que como ciudades fronterizas tienen similitudes”.

Helguera recordó que el objetivo del proyecto era relacionar una gran variedad de públicos e involucrarlos en diferentes niveles mediante el diálogo, para crear una infraestructura que rompiera con las formas académicas tradicionales o con los formatos predecibles utilizados por el mercado del arte.

“No me interesaba enseñar para que la gente aprendiera arte, sino establecer vínculos; por ejemplo, en la plaza de Tegucigalpa no importaba lo que presentara, era un momento que adquirió importancia entre las diferentes comunidades, mientras que en Asunción me comentaron que era el primer artista extranjero que visitaba la ciudad en 10 años”.

Sin embargo, en Chicago se dio el caso de que no llegó nadie a la escuela del desasosiego, una estructura portátil que se instaló dentro de la camioneta, con la que el también director de programación del Museo de Arte Moderno, de Nueva York (MoMA), inició el viaje terrestre, el 19 de mayo de 2006.

“El proyecto generó una gran curiosidad entre diferentes públicos, quizá porque llegué en una camioneta con placas de Alaska a Managua, y este simbolismo alimentaba toda clase de proyecciones de lo que era el panamericanismo, de lo que era el arte actual en esos lugares”, explicó Helguera.

Explorar la cultura local y cómo se define un lugar ante el fenómeno de la globalización, motivó al artista para llevar la Escuela Panamericana del Desasosiego a 27 ciudades, gracias al apoyo de 40 organizaciones y más de 100 creadores, curadores y promotores culturales afiliados en América.

Helguera, que considera a las lenguas como la última frontera, en su periplo conoció a Cristina Calderón, conocida como La Abuela, indígena de la cultura yagana y última hablante de su lengua.

“Los indígenas yaganes poblaron Tierra del Fuego, al sur del planeta. Es la población más austera del mundo, para llegar ahí crucé en una lanchita hasta llegar a Puerto William. Fue interesante entrevistar a la persona que representa la memoria de ese lugar”.

Las ciudades que recorrió el artista mexicano, registradas en videos, así como textos que documentan el desarrollo del viaje y fotografías, se presentarán en la exposición La Escuela Panamericana del Desasosiego, que será inaugurada este jueves, a las 19:30 horas, en las galerías Del Bosque y Nacho López, de la Casa del Lago (Bosque de Chapultepec primera sección, acceso por la puerta principal del Zoológico, en Paseo de la Reforma). La muestra permanecerá abierta hasta el 5 de octubre de 2008 y posteriormente se exhibirá en Tegucigalpa, Honduras.