■ Empezaron a encenderse “luces amarillas” en el sector, advierte Banamex
Frenón en la construcción de casas y departamentos en el país
■ Pierde impulso el dinamismo del crédito hipotecario; en el primer semestre creció a menos de una cuarta parte que hace dos años
■ Hay signos incipientes de sobreoferta de viviendas
Uno de los sectores de mayor dinamismo en los últimos cinco años, la construcción de viviendas, encendió “luces amarillas” de alerta. Las causas del frenón en esta actividad están relacionadas con el hecho de que la economía comienza a perder impulso. La semana pasada fueron divulgadas evidencias de que las grandes obras, las relacionadas con la infraestructura, marchaban con retraso respecto de lo previsto. Ahora toca el turno a las compañías dedicadas a la edificación de casas y departamentos.
Los factores de mayor riesgo en la construcción de vivienda en México tienen que ver con la posibilidad de que ocurra una profunda y más larga desaceleración de la que actualmente se anticipa, el deterioro del mercado laboral y el menor ingreso disponible de las personas, de acuerdo con expertos en el sector.
“A pesar de que el primer semestre mostró que el sector de la vivienda permanece sólido y que las perspectivas macro aún tienen señales positivas, algunas luces amarillas empezaron a encenderse”, reportó Acciones y Valores, la casa de bolsa de Banamex.
El dinamismo en el crédito hipotecario, que junto con la política de fomento del gubernamental Instituto del Fondo para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), contribuyeron a impulsar el auge en la construcción y venta de viviendas, comenzó a perder impulso. Información del Banco de México y de los propios intermediarios financieros mostró que el financiamiento hipotecario de la banca comercial creció en el primer semestre de este año a una tasa de 18 por ciento anual, menos de una cuarta del ritmo registrado hace dos años, de 82 por ciento anual, y menor al incremento de 20 por ciento reportado en diciembre anterior.
La competencia entre bancos y sociedades financieras de objeto limitado (Sofoles) contribuye a mantener las tasas de interés hipotecarias prácticamente estáticas desde el tercer trimestre de 2006, en un promedio de 12 por ciento para el llamado Costo Anual Total (CAT), que además del rédito incorpora los costos por comisiones e impuestos. El Infonavit mantiene financiamientos con un costo de 4 a 9 por ciento anual. En México, los créditos hipotecarios son negociados a tasas fijas.
Los analistas de Banamex advirtieron que el segundo semestre de 2008 y la primera parte de 2009 aumentarán las dificultades en esta industria, como consecuencia directa del cambio de entorno de la economía mexicana en cuanto al crecimiento, generación de empleos y comportamiento de la inflación.
“Han surgido algunos factores que podrían traducirse en una menor demanda, mayor competencia y una posible presión en márgenes (ganancias), sí como mayores requerimientos de capital de trabajo para el sector en general”, indicó. Enumeró entre esos factores de riesgo una más profunda y prolongada desaceleración de la que se anticipa; inflación creciente; tasas de interés en aumento, y signos incipientes de sobreoferta de vivienda.
Si la desaceleración en México fuera más profunda y prolongada de lo esperado, “el mercado laboral se deterioraría y esto tendría un impacto directo en la demanda de viviendas, así como también podría causar de manera indirecta que la cartera vencida se elevara”. Mientras, una inflación creciente podría poner presión en el ingreso disponible de las familias y, añadió, eventualmente podría afectar los márgenes si el precio de los materiales continúa en aumento.
“Para el segmento de interés social, la inflación podría ser un mayor problema, dado que los compradores tendrían un menor ingreso disponible para destinar a la hipoteca. Los diferentes agentes financieros, incluido el Infonavit, requieren en promedio que el pago mensual de la hipoteca no exceda 25 por ciento del ingreso mensual del acreditado”, agregó.
La semana pasada la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción redujo de 4.5 a 2.7 por ciento su pronóstico de crecimiento de la industria en 2008, por una menor edificación de obra de infraestructura, que atribuyó a un retraso en la asignación de recursos para realizarla.