■ Una testigo dijo haberla visto en Amsterdam; no le hicieron caso
Hacen pública información del caso Maddy McCann
■ Cadena de graves errores de las autoridades policiacas portuguesas
Ampliar la imagen Imagen de Madeleine McCann en Liverpool en marzo de 2007, dada a conocer por su familia el 4 de mayo siguiente Foto: Ap
Londres, 6 de agosto. Los titulares de los periódicos británicos parecen todos escritos por la misma persona: “Me llamo Maddy”, encabezan el Daily Mirror, el Sun, el Daily Mail y otros, que a continuación detallan tal cantidad de desatinos en las actas policiales portuguesas sobre el caso de la niña Madeleine, que hacen que la crítica sea implacable.
El dato que más llama la atención es el descubrimiento de una testigo ocultada no sólo a la opinión pública sino incluso a los padres. Sólo tres días después de la desaparición de Maddy el 3 de mayo de 2007, la mujer afirma que una niña le pidió ayuda en una tienda de Amsterdam.
La pequeña se parecía mucho a la desaparecida y en inglés sin acento le dijo a la vendedora Ana Stam, de 41 años: “Me llamo Maddy”.
Luego le preguntó dónde estaba su madre, y cuando Stam le respondió que estaba allí en el negocio de artículos para fiestas, la niña le dijo que no, que esa era una extraña y que la habían arrancado de su lado.
Las actas hechas públicas el lunes incluyen más de 30 mil páginas de la investigación más amplia y cara de la historia policial portuguesa. Al parecer esconden tanto potencial explosivo que el caso Madeleine seguramente sacudirá a la opinión pública aún durante meses.
Los padres de la niña, los médicos Kate y Gerry McCann, levantan graves acusaciones contra los investigadores, por supuestamente haberse guardado para sí indicios clave en las primeras semanas tras la desaparición de la pequeña de la casa en la que pasaban sus vacaciones en Algarve y que creen que hubiesen sido decisivos en su búsqueda.
¿Pudo ocurrir por incompetencia, negligencia o acaso a propósito? El portavoz de los McCann, el experimentado periodista televisivo Clarence Mitchell, pide una respuesta. En su opinión es “trágico” e “indescriptiblemente frustrante” que los padres de Maddy se enteren de información importante 15 meses después de su desaparición.
La tienda Ballonnerie De Ballondrukkerij, en Amsterdam, cuya vendedora dijo el 18 de junio de 2007 haber visto a una niña “que se parecía mucho a Madeleine”, es ahora uno de los muchos indicios que siguen los detectives contratados por los padres.
Los investigadores privados, a los que se les paga con fondos procedentes de donaciones, tienen en sus manos además dos retratos hablados de sospechosos.
Fueron elaborados con base en testimonios sobre dos hombres que se comportaban de forma extraña en el resort de Praia da Luz donde desapareció Madeleine. Parece muy raro que esas imágenes no hayan sido hechas públicas en aquel momento, cuando los McCann inundaron medio mundo con llamados de ayuda y hasta fueron recibidos por el Papa.
Tampoco se entiende por qué la policía no reveló grabaciones de una cámara de vigilancia que muestran a una niña junto a una mujer un día después de los hechos en la localidad portuguesa de Albufeira.
¿Podría ser la misma que después apareció con la niña en Amsterdam? “Kate y Gerry tampoco vieron esas imágenes”, según su portavoz. “¿Se siguió estos rastros de forma exhaustiva y se descartaron como falsos? Sencillamente no lo sabemos”.