■ Acusan por corrupto al senador Ted Stevens y de desacato a Karl Rove, en otro golpe a Bush
Se derrumbará el Partido Republicano en las elecciones de noviembre, pronostican analistas
Ampliar la imagen El republicano Ted Stevens se defiende en el Congreso Foto: Ap
Ampliar la imagen El también cuestionado Karl Rove comparece ante la televisión Foto: Reuters
Nueva York, 30 de julio. El republicano de mayor antigüedad en el Senado, Ted Stevens, fue acusado ayer de múltiples cargos de corrupción nutriendo la depresión que cunde en el partido oficial, donde el consenso general es que en las elecciones federales de noviembre resultarán en una minoría más mínima en las dos cámaras para una organización política que hace poco controlaba todos los poderes en Washington.
Aunque la atención nacional e internacional sobre las elecciones en Estados Unidos se enfocan en el concurso por la Casa Blanca, en esos comicios también están en juego las 435 curules de la Cámara de Representantes y un tercio de los 100 puestos en el Senado.
Los demócratas gozan de mayoría mínima en ambas cámaras, pero si la tendencia se mantiene, demócratas, republicanos y observadores independientes coinciden en que los primeros aumentarán, tal vez por mucho, esa mayoría.
El cambio en la dinámica política está generando náuseas entre algunos republicanos. Decenas de legisladores de ese partido están optando por no buscar la relección –algunos creen que van a perder y otros no desean permanecer como parte de la minoría en el Capitolio– y se percibe una enorme vulnerabilidad republicana en distritos y estados que antes estaban firmemente bajo su control.
En tres elecciones “especiales” (fuera de ciclo causadas por muerte u otras razones) que se han realizado en los últimos meses, los republicanos fueron derrotados en distritos donde habían tenido el control en algunos casos durante décadas (en Luisiana una curul había estado en poder del Partido Republicano desde 1975).
Fue sólo hace dos años que Karl Rove, el más famoso estratega político y asesor personal del presidente George W. Bush, había declarado que los republicanos gozarían de una “mayoría permanente” en Washington.
El columnista conservador Fred Barnes afirmó eufórico después de las elecciones de 2004: “ahora parece que la hegemonía republicana en Estados Unidos podrá durar años, tal vez décadas”.
Pero las cosas han cambiado. El mismo Karl Rove fue acusado formalmente hoy de desacato por un comité del Congreso y podría enfrentar más investigaciones por posibles violaciones de la ley en su estancia en la Casa Blanca.
Y el ex presidente republicano de la Cámara baja Newt Gingrich advirtió que “sin un cambio podemos estar enfrentando una elección catastrófica este otoño”.
El Partido Republicano no sólo enfrenta las fechorías de algunos de sus legisladores, sino un clima extremamente adverso, empezando con su máximo líder, el presidente George W. Bush, con el nivel de aprobación más bajo, una guerra cada vez más impopular y una crisis económica que implica mayores costos de combustible y alimentos y menos empleo –hasta quedarse sin casa– para millones.
La noticia de que el senador Ted Stevens de Alaska ha sido acusado de siete cargos federales por fallar en revelar obsequios que recibió de una empresa de servicios petroleros en su estado –o sea, corrupción– fue otro golpe al Partido Republicano.
Con las manos en la masa
Stevens, de 84 años, es el republicano de mayor antigüedad en el Senado con un poder legendario y gran influencia sobre el gasto federal. Es acusado de no divulgar, como establece la ley, más de 250 mil dólares en regalos, incluyendo amplias renovaciones de su casa, una camioneta Land Rover y mucho más que recibió de VECO Corporation entre 1999 y 2006.
VECO era una de las principales empresas de servicios del sector petrolero, y su ex ejecutivo en jefe ya ha aceptado culpabilidad en el caso desde el año pasado.
Este caso, junto con otros donde varios legisladores republicanos están bajo investigación o en la cárcel por corrupción, cubre con una nube cada vez más oscura al lado conservador del Capitolio.
Los demócratas tienen 236 curules contra 199 en la Cámara baja y un frágil control del Senado por 51 a 49 (incluso dos independientes que tienden a votar con ellos).
Los expertos en elecciones legislativas pronostican que los demócratas aumentarán su mayoría en la Cámara baja entre seis y 20 y en el Senado entre dos y cinco.
En la Cámara baja, los republicanos tienen que defender más de 24 puestos que quedaron abandonados, además de los que buscan la relección. En el Senado los republicanos están defendiendo 23 puestos mientras que los demócratas solamente 12.
Entre las curules que están en juego y que los demócratas pretenden conquistar, está la de Stevens, que al parecer no regresará después de este año.
“La atmósfera política que enfrentan los republicanos en la Cámara este noviembre es la peor desde Watergate y mucho más tóxica de lo que era en 2006 (cuando los demócratas recuperaron la mayoría)”, dijo recientemente el representante Tom Davis en un memorando de advertencia a sus colegas, reportó el New York Times.
Tal vez no fue un error cuando el liderazgo republicano adoptó la consigna “el cambio que mereces” como lema para las elecciones legislativas de este año.
Resulta que es el lema registrado de publicidad para Effexor, droga antidepresiva y también para combatir la “ansiedad generalizada” y la “ansiedad social”, además del “pánico”. Sus consecuencias incluyen náuseas, apatía, fatiga, vértigo y disfunción sexual.