■ Es uno de los mexicanos, junto con Eugenio Polgovsky, en la Mostra de Venecia
Conciliar el cine de festivales con el público, lo ideal: Gerardo Naranjo
■ El realizador guanajuatense presentará su cinta No voy a explotar en la sección Horizontes
■ Guillermo Arriaga se estrena como director con The Burning Plain, por el León de Oro
Sigue la presencia de cineastas mexicanos en festivales internacionales. Ahora, en la edición 65 de la Mostra de Venecia, que se efectuará del 27 de agosto al 6 de septiembre, el guionista y productor Guillermo Arriaga (Los tres entierros de Melquiades, Amores perros, Babel) se estrena como director con la cinta The Burning Plain (drama familiar protagonizado por Kim Bassinger, Charlize Theron y José María Yazpik,) mientras el novel Gerardo Naranjo (quien ya exhibió en Cannes su opera prima, Dramamex) presentará No voy a explotar, producida por Canana. Asimismo, en la sección de documentales se exhibirá Los herederos, de Eugenio Polgovsky.
Arriaga único director de habla española que participa en la sección oficial del festival, concursará por el León de Oro, mientras Naranjo entra en Horizontes, no menos importante. El escritor de cine, anunciaron hoy las agencias de noticias desde Roma, se medirá con realizadores como Takeshi Kitano, Darren Aronofsky y Jonathan Demme. Muy a su estilo de entrelazar historias que se desarrollan en diferentes partes, pero que convergen en una, el mexicano crea la de una joven que intenta establecer una relación con sus padres tras una turbulenta infancia.
En tanto, Gerardo Naranjo y su Voy a explotar –filme completamente en Guanajuato– que es protagonizada por María Deschamps, Juan Pablo de Santiago, Daniel Giménez Cacho y Rebeca Jones, narra “la fuga romántica de Román y Maru, dos adolescentes problema, que comienzan una rebelión imposible contra el mundo adulto”.
En entrevista, el guanajuatense Naranjo afirmó: “Para mí lo más importante sería poder conciliar este cine de festivales, con el público; que no existan tantas realidades contradictorias, o sea, que afuera digan que tu producto está a todo dar y que en México, el reino de la telenovela, comenten que el cine nacional es difícil de promover”.
Abundó: “Lo más importante, y lejos de echarle la culpa al distribuidor o exhibidor, los medios sólo dan lo que el público quiere, pero la que tiene que cambiar es la sociedad, todos, inclusive los que hacemos cine. No digo que no se hagan telenovelas, pero sí que se trate de filmar mejores historias, mejorar el entretenimiento en nuestro país. De todos modos estoy contento de ver la luz al final del túnel… de cuatro años de hacer esta chamba. Inclusive este proyecto era anterior a Dramamex (que se hizo en nueve meses). Esta historia necesitaba más recursos y requirió tomas más complicadas. Es una responsabilidad ir a estos festivales, porque ser director (en México) está lejos de que lleves una vida glamorosa o de lujos. Supongo que los que hacen comerciales sí ganan dinero. Los festivales son reconocimientos que te obligan a seguir por el rumbo que vas”.
El realizador cuenta que desde un inicio dijo no a la publicidad, y “es la decisión más grande que he tomado; vivir de ser director de cine tiene limitaciones. Pero ve, en dos años tengo dos películas, es un toma y daca, y lo bueno es ver tus cintas exhibidas.
“El cine es un arte del director. Dejamos de dar buen cine a los mexicanos desde los años 70 (con el de ficheras). Hay cineastas de primera en México y el público se nos está yendo.”
Híbrido de aspectos documentales
Considera que los seleccionadores de Venecia escogieron su cinta porque es “un experimento. Un híbrido de aspectos documentales, pero que tiene elementos de cine clásico, como un score que no se vería en un documental. Tiene diálogos internos, puntos de vistas de adolescentes, percepciones subjetivas, hay varias apuestas que espero funcionen”.
Los grandes estudios de Hollywood tendrán poca presencia este año en el Festival de Venecia, con lo que se abrirá espacio en la competencia al cine estadunidense independiente, las producciones italianas y los filmes japoneses de animación.
El director del festival, Marco Mueller, señaló que la baja presencia hollywoodense se debe, en parte, al retraso de algunos estrenos, causados por la huelga de guionistas, que duró 14 semanas y que culminó en febrero.