Dinero
■ Gasolina: otro aumento
■ Pemex: ¡átenlos!
■ Vuelve la troupe
Para los mexicanos del otro lado de la frontera hay buenas noticias: después de que la gasolina permaneció durante los dos últimos meses arriba de los cuatro dólares el galón –alrededor de 11 pesos el litro–, esta semana bajó algunos centavitos, cuatro o cinco pennies, y volvió al nivel de los tres dólares y pico. Es la más barata, sin plomo, la que uno mismo se sirve de la bomba, la self service dicen allá. En cambio, en México a principios de semana volvió a subir sigilosamente: un centavito el litro, en sus dos variedades, Magna y Premium. Mucha gente anda con la ventolera de las vacaciones, llegó al expendio de Pemex, cargó 50 litros y tal vez ni siquiera se dio cuenta pero le cobraron 50 centavos más que la última vez. Con eso de que el encargado de contener los precios, el kafkiano gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, ya dijo que es necesario desaparecer el subsidio –¿cuál?–, o sea, aumentar las tarifas, los conductores de la economía nacional han de pensar que de granito en granito se va llenando el buche. Fíjense ustedes: el último día del año pasado el litro de Magna costaba 7.01 pesos, hoy vale 7.24, ha subido 23 centavos… y pasado mañana habrá otro incremento, el del primer día de cada mes, ese que nos vienen asestando desde tiempos del presidente Zedillo. Lo nuevo es que aparte del mensual, ahora ya inventaron el quincenal. Tal parece que la intención es aumentar escalonadamente los precios de los energéticos a escala internacional. Argumentan que de otro modo se desequilibrarían las finanzas públicas. La idea podría no ser tan mala si fuera acompañada por el contrapeso: subir los salarios a nivel internacional. Porque sólo los de los altos funcionarios crecen al ritmo de los países ricos. Ahí está el caso de los ministros de la Suprema Corte: ganan más que los justices del país norte. Cuando se retiren serán supermillonarios.
¡Átenlos!
El asunto no fue divulgado en uno de los costosos espots de Pemex, pero apenas el pasado febrero la petrolera mexicana tuvo que pagar 70 millones de dólares a uno de sus proveedores, KBR –iniciales de Kellogg Brown & Root–, acatando el fallo adverso de un panel internacional de arbitraje. ¿Y eso qué es? Cuando se firma un contrato, las partes pueden convenir que en caso de conflicto, en vez de llevarlo a un tribunal del Estado, lo someterán a árbitros privados –el panel. Tal vez hubiera resultado ligeramente embarazoso para Reyes Heroles informarnos del grave quebranto. Un mes antes, en enero, había firmado el controvertido negocio por valor de 683 millones de dólares con Halliburton, la compañía ligada al vicepresidente Cheney, para perforar y finalizar 58 pozos en tierra. Según algunos expertos que participaron en el reciente foro del Senado, un contrato de esa naturaleza es inconstitucional, aunque, para enderezar el entuerto, don Beltrone, en el clon de la iniciativa de Felipe Calderón, propone que se legalicen mediante un cambio en normas secundarias. Ustedes pensarán que la empresa que le ganó 70 millones a Pemex es distinta a Halliburton. Pues sí y no, ahí está lo embarazoso: KBR, al menos hasta fecha reciente, era parte de la empresa del poderoso político estadunidense. Bueno, ya pasó, ¿qué son 70 milloncejos? Simplemente Pemex debe aprender la lección y en el futuro someter sus tratos a la jurisdicción de jueces nacionales. Para nada. Las iniciativas siamesas proponen el arbitraje privado como el camino a seguir. El abogado general de Pemex, Néstor García Reza, sostuvo en la última sesión del foro que “no hay nada” en el sometimiento a tribunales privados que contravenga el derecho mexicano y la soberanía nacional. ¿Será que resulta cómodo dejarse ganar en lo oscurito y luego repartir las indemnizaciones? Tímidamente, el auditor sacatón de la Federación, Arturo González de Aragón, decía ayer que hay que amarrarle las manos al director de Pemex. ¿Será tan ingenuo en suponer que puede firmar un contrato de 683 millones, como el de Halliburton, sin recibir luz verde?
En ascenso
La UNAM ascendió ocho posiciones en el ranking mundial de universidades, al pasar del lugar 59 al 51 en los últimos seis meses. Se mantiene como la mejor de Iberoamérica. Son los primeros seis del rector, José Narro, y ya hay buenos resultados. Es una pena que el dinero del petróleo se dilapide y la universidad tenga que cerrar las puertas a miles de aspirantes.
e@Vox Populi
Asunto: mi frivolidad…
Aunque soy un profesionista debo confesar mi frivolidad. Yo siempre empiezo a leer los periódicos por los monitos (tiras cómicas), caricaturas, cartones editoriales, columnas… después las noticias. Me cayó como patada de mula enterarme que Calderón (a secas) abdicaba a favor de Fox. Algo trágico, pero en el fondo de mi frívolo corazón brilló la alegría de volver a oír o leer a Don Burrén… comiquísimo. Eso es ser frívolo.
Docror Carlos V. Colorado/ Distrito Federal
R: Esto ya se iba poniendo muy serio, con decenas de decapitados, aumentos de gasolina, solemnísimos foros senatoriales. No es desdeñable la nota de humor que añade Calderón. Regresa la troupe completa: la Zebra, más rayado que nunca, la señora Marta y sus redondeos, ahora para financiar las campañas de los candidatos, y los Bribiesca Brothers con nuevos trucos de ilusionismo.