■ Los de bachilleres, sin la “misma oportunidad” de los de CCH
De antemano sabemos quiénes van a seguir estudiando, dicen rechazados
Ampliar la imagen Estudiantes rechazados del sistema de educación superior durante una asamblea realizada el lunes pasado en el acceso a Ciudad Universitaria Foto: Cristina Rodríguez
Los jóvenes que no obtuvieron un lugar para estudiar alguna carrera en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) denunciaron que de antemano ellos saben quiénes van a seguir sus estudios y quiénes no lo harán, porque el sistema está hecho para continuar con las desigualdades y fortalecer las desventajas en que se encuentran ciertos sectores.
Alfredo Páez, de 17 años, narra que “por un mínimo de dos aciertos no me quedé ahora. La vez pasada, en el examen de febrero, fue por tres. Me preparé muy bien, pero tal vez me faltó más”.
Sin embargo, piensa que el examen es “tramposo”, porque “ya desde antes sabemos quiénes van a continuar y quiénes no. En el bacho (bachilleres 10) todos mis compañeros sacaron el mismo resultado. Y es que los que vamos a los bachilleres, a los Cetis o a los Conalep no tenemos las mismas posibilidades que los que van a las vocacionales, a los CCH y a las prepas”.
Así, expresa que, “por lo pronto”, se ha quedado sin escuela, porque él y su familia no pueden pagar una institución de alto nivel. De hecho, “yo tengo que aportar a mi casa. Soy el mayor de cuatro hermanos y desde que voy a la secundaria trabajo”.
En tanto, Yulian Cristina Gutiérrez, de 17 años, señala que egresó de la preparatoria 110 en Ecatepec: “Hice el examen para cirujano dentista, pero me faltaron 10 puntos y me sentí mal; más que nada tengo el sentimiento de decepción de mí misma”.
Dice que su opción es tratar de ingresar a una escuela de paga, “que no sea cara”, con el propósito de que el próximo año vuelva a presentar el examen.
Alexandro, Vázquez Gámez, de 18 años, cuenta que quería entrar a la carrera de relaciones internacionales, y aunque no lo logró, tiene ánimos de continuar sus estudios. Al igual que Yulian, hará el intento, una vez más, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Destaca que “está muy mal que el gobierno no respete nuestro derecho a la escuela, porque entre más gente culta, mejor será el país”.
Por su parte, Roberto López Santiago, de 18 años, expresa que ya lleva un año en el movimiento de jóvenes excluidos, “y lo que hace es darte una oportunidad nueva para entrar a la UNAM, porque nos integra con una beca completa a una escuela privada y después de un año nos pasa a la universidad”. Ahora, expresa con gusto, podrá estudiar en la Facultad de Contaduría de Ciudad Universitaria.