■ La obra, reflejo de la realidad sin fines didácticos ni documentales
Crack..., estilizada visión de la cotidianidad de un adicto
■ Comenzó su tercera temporada en el teatro Benito Juárez
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El montaje, dirigido por Martín Acosta, se presentó en los teatros Julio Castillo y El Granero como parte del proyecto Mural, teatro mexicano
Foto: Yazmín Ortega Cortés
La puesta en escena Crack... o de las cosas sin nombre comenzó una nueva temporada en el teatro Benito Juárez. Los temas: el narcomenudeo, la drogadicción y las relaciones que se tejen dentro de ese mundo cada vez más cotidiano.
Escrita por Édgar Chías, Crack… es un reflejo estilizado de la realidad sin fines documentales ni didácticos, señaló Martín Acosta, director de la obra. “Partimos de que el teatro no es la realidad como tal. Este es un texto brutal pero refinado; es una elaboración de la realidad. Si se es muy verista el teatro corre el peligro de ser un documental o un elemento didáctico.”
Ésta es ya la tercera temporada del montaje que se presentó en los teatros Julio Castillo y El Granero como parte del proyecto Mural, teatro mexicano, en el que también se incluyen Estado de secreto, de Rodolfo Usigli, y Susana y los jóvenes, de Jorge Ibargüengoitia.
A lo largo de estas temporadas, el público ha encontrado un reflejo trascendente, y de pronto se muestra muy interesado en saber por qué no vemos este mundo reflejado más en el teatro, dijo Acosta; subrayó que “necesitamos un teatro que refleje lo cotidiano, que no es el más esperanzador, y de saber por qué nuestro país vive en el día a día”.
Sólo un registro, sin juicios
La propuesta, de acuerdo con el director escénico, “es un teatro que apele a la inteligencia del espectador, y que no le diga cómo debe ser la vida, sino que se haga preguntas y analice el origen de la problemática”.
Crack... “es un lugar donde no discutimos si está bien o mal, sino que es algo que sólo es”.
La actriz Emma Dib, quien interpreta a Lupe, cuyo matrimonio padece la crisis del desempleo y se adentra en el negocio de las drogas, señaló que esta obra “es un texto doloroso, que estiliza la realidad, porque de lo contrario sería panfletario”.
Al respecto, Martín Acosta advirtió que presentar la obra “sin el contexto adecuado, sin escenografía y sin discurso estético en lugares como escuelas es peligroso. No estamos diciendo ‘no consuman drogas’”, sino presentando un tema que cada vez más forma parte de la sociedad, sin hacer juicios morales y utilizando el humor, no para las situaciones, sino mediante el lenguaje.
Las funciones de Crack... o de las cosas sin nombre son viernes, sábado y domingo hasta el 27 de julio en el teatro Benito Juárez (Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc).