■ El marco legal ha mejorado, asegura la CFC; el crédito, de los más bajos del mundo
La falta de competencia en la banca perjudica a consumidores
■ Baja penetración del servicio y elevados costos; las ganancias no se originan en la eficiencia
■ Se caracteriza por tener una estructura oligopólica y acceso diferenciado a su infraestructura
La Comisión Federal de Competencia (CFC) aseguró que en los servicios financieros el marco legal ha mejorado; sin embargo, persiste una falta de competencia que perjudica a los consumidores y repercute en un bajo crecimiento de la economía mexicana.
En un diagnóstico sobre la competencia del sector bancario se afirma que en México sigue registrándose una baja penetración de la banca junto con precios elevados de sus servicios respecto de sus costos, lo que ha llevado a los bancos a obtener una alta rentabilidad, pero sin bases en ventajas de eficiencia.
El estudio de la CFC, presidida por Eduardo Pérez Motta, reconoce que México registra un rezago “preocupante” en términos de crecimiento económico, pues mientras se espera que el crecimiento promedio a nivel mundial sea de 3.7 por ciento en 2008 y 3.8 por ciento en 2009, en el país se espera que registre un crecimiento de apenas 2.0 y 2.3 por ciento, respectivamente.
Este dinamismo económico estimado para México es el más bajo comparado con diversas regiones del mundo e incluso por abajo del promedio esperado para América Latina en 2008 y 2009, previstos en 5.0 y 3.6, en ese mismo orden.
Eduardo Pérez Motta afirmó: “La competencia en el sistema financiero no depende nada más del número de jugadores que haya ni del número de operadores de bancos o instituciones no bancarias que compitan en el sector, sino que también depende del conocimiento que tengan los usuarios, los consumidores, sobre los servicios financieros y que puedan comparar claramente quién les ofrece las mejores condiciones para que se puedan cambiar al banco que les dé las mejores condiciones en materia de precios y calidad”.
Explica que la competencia favorece el crecimiento económico por medio de una mejor y mayor asignación de los recursos, por medio de la inversión de largo plazo en educación, salud y capital que puede expandir las posibilidades de producción.
“Un factor fundamental del rezago en competitividad y crecimiento de la economía mexicana es la escasa competencia, que inhibe la eficiencia en los sectores regulados, de impacto horizontal en la economía” y agrega que “en servicios financieros, el marco legal ha mejorado; sin embargo, persiste una falta de competencia que perjudica a los consumidores”.
La CFC reconoció que en los últimos años, se han tomado medidas para modernizar el marco regulatorio del sector bancario, pero en México sigue registrándose una baja penetración de la banca junto con precios elevados respecto a costos y alta rentabilidad de los bancos, sin bases en ventajas de eficiencia.
Adicionalmente, el crédito al consumo otorgado por la banca como proporción del producto interno bruto (PIB) es de los más bajos en el mundo, pues mientras que en países como Australia representa 10.8 por ciento; en Irlanda, 10.3; Francia, 8; España, 7.6; Estados Unidos, 5.7, en México es apenas de 3.9 por ciento, solamente por encima de Italia, que otorga sólo 2.9 por ciento .
En materia regulatoria, la CFC ha identificado serios retos porque en los servicios bancarios todavía existe una gran diferenciación de productos; costos de cambios; estructura oligopólica y acceso diferenciado a la infraestructura bancaria.
Por ello, la CFC recomendó mejorar la transparencia; facilitar la movilidad de los usuarios; reducir las barreras de entrada al mercado de nuevas instituciones y garantizar acceso no discriminatorios y para ello será necesario introducir productos básicos de captación y medios de pago estandariz
Además, es necesario establecer contratos marco para productos más comunes y dotar de mayores facultades a los reguladores para requerir transparencia en la información.
Adicionalmente, se deben establecer reglas que faciliten el traspaso de depósitos por nómina y reducir el capital mínimo para abrir un banco, y una mayor supervisión de comisiones interbancarias, entre otras.