■ El problema no es que el tricolor regrese a la Presidencia, sino que lo haga con Beltrones, señala
Nada justifica que Calderón dé trato de aliados a priístas: Espino
■ Critica a AN por recibir línea de Los Pinos y justifica haber cabildeado al michoacano en 2006
Ampliar la imagen Manuel Espino Barrientos, durante la charla con La Jornada Foto: Francisco Olvera
Manuel Espino Barrientos, ex dirigente del PAN, considera que si el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresa a Los Pinos con el senador Manlio Fabio Beltrones –a quien califica de se “un peligro para México”–, volvería al gobierno el priísmo autoritario y represor, luego de cuestionar que la administración federal haya concedido a ese legislador la calidad de “gestor poderoso y eficaz” que beneficia hasta a los que no son de su partido.
“A la mejor se hizo porque prometió que resolvería algunas de las iniciativas que interesan al Ejecutivo. Pero conforme transcurre el tiempo la expectativa de sacar la reforma energética va desapareciendo y si sale algo será muy disminuido. Por eso, creo que Beltrones está cobrando por adelantado servicios que no está dando al país”, afirma, y de paso, critica a sus correligionarios: “No es de panistas recurrir a los ‘arreglijos’, al ‘ayúdame y a cambio te doy y te concedo’. ¡Ése no es un método del PAN!, ¡no hay justificación para que se hagan esas cosas!”, exclama.
Actitud autónoma
Por otra parte, advierte que frente al poder público, Acción Nacional debe mantener una actitud de autonomía, pero al mismo tiempo de respaldo al Presidente, con responsabilidad. Eso implica dialogar y discutir con el poder para llegar a acuerdos y no que el partido acuda a Los Pinos para que le dicten la tarea o que a todo le diga que sí al Presidente, sólo porque es emanado del PAN.
Alerta sobre el riesgo de que en los gobiernos panistas se institucionalicen prácticas comunes del PRI, como la compra y coacción de votos para colocar a determinadas personas como candidatos o el uso de recursos públicos en beneficio personal o de grupo. Cita, por ejemplo, el caso del ex gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, quien otorgó un bono adicional a sus funcionarios por atender la tragedia que causó un huracán en Puerto Vallarta, cuando no deberían recibir nada a cambio, pues su trabajo es precisamente atender a la población, puntualiza.
En ocasión de la próxima presentación de su libro, Señal de alerta, Espino habla con La Jornada desde una posición que considera ajena a la política nacional y que califica de “los años sabáticos” que tendrá hasta 2012. Si bien reconoce que no es escritor, sino político, se ve satisfecho con un texto en el que aclara su actuación en el proceso interno para elegir al candidato presidencial en 2006 y da a conocer acciones cometidas por los calderonistas que contradicen las formas panistas desde el gobierno.
–¿Cuál es el objetivo de Señal de alerta?
–El libro pretende ser lo que está implicado en el título, es decir, una señal de alerta a tiempo, para advertir el riesgo de una posible regresión política. Con ello no me refiero a que pudiera regresar el PRI a Los Pinos, sino a que regrese con alguien como Manlio Fabio Beltrones, porque representa el PRI autoritario, represor, que no respeta la libertad de expresión, atenta contra los derechos humanos y controla las instituciones que no están bajo la autoridad del Ejecutivo, como el Congreso y el Poder Judicial. Yo comparto la tesis de que Beltrones es un hombre políticamente peligroso, no sólo por lo que me han dicho de él, sino por lo que yo mismo sé y he padecido.
–¿Como qué?
–Por ejemplo, las prácticas de espionaje de las que ahora se queja. Él es maestro. Tiene doctorado honoris causa en el arte de espiar. Creo que Manlio está jugando con ese tema.
–Esto del espionaje ¿no es un pretexto para que el senador deje de cumplir algo que pudiera haber prometido respecto de la reforma energética?
–Si Beltrones se comprometió a algo, que el gobierno se lo exija. Yo lo que le exijo es que sea un senador honesto, que no cobre favores a cambio de hacerse poderoso. Si hubo acuerdos o no, es asunto de ellos. Pero si los hubo se le han pagado muy alto.
–¿Cuáles son los privilegios que le ha dado el gobierno?
–Le han concedido el privilegio de ser un gestor eficaz, poderoso. Bueno, hay alcaldes y hasta gobernadores que para lograr el apoyo del gobierno federal a alguno de sus proyectos han tenido que tocar las puertas de Beltrones Rivera.
Espino Barrientos critica también que a otros personajes no gratos en la política y en el PAN se les concedan subsecretarías y dependencias importantes. Es el caso de la presidenta vitalicia del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo, y el dirigente de los petroleros, Carlos Romero Deschamps. Sobre la primera refiere que ningún acuerdo justifica que casi tenga el control de la Secretaría de Educación Pública, y por lo que hace al segundo, asienta que, si algo se le debe, tampoco justifica que se le dé tratamiento de aliado.
Representante de la derecha más conservadora, cuida cada una de sus respuestas; evade los temas comprometedores y de plano afirma que no va a hablar de determinados puntos. Eso sí, justifica acciones que tomó siendo presidente del blanquiazul, como el cabildeo con gobernadores del PRI para que promovieran el voto por Felipe Calderón en 2006. Asegura que no cometió ningún ilícito en ello. “No es delito pedirle a un priísta que vote por un panista, además yo fui a dialogar y convencer, no fui a chantajear, presionar o a ofrecer nada a cambio. No fui a hacer una negociación o un pacto”, destaca.
Se niega a dar a conocer los nombres de los gobernadores que apoyaron su iniciativa, con el argumento de que su objetivo “no era hacerlos famosos, sino que facilitaran el voto útil”, y considera que su partido nada debe al PRI, porque no dialogó con el partido, sino con personas en lo individual a las que manifiesta su agradecimiento.