■ Rinden homenaje al escritor, primer ciudadano ilustre del Mercosur
Llama Galeano a una AL unida para revertir “el miedo y la resignación”
Montevideo, 3 de julio. El periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano fue homenajeado hoy aquí por su vida, obra y trayectoria como el primer ciudadano ilustre que reconocen los países integrantes del Mercado Común del Sur (Mercosur), en un acto emocionante, en la sede de ese organismo.
Poco después de la lectura de adhesiones, que incluyeron las de los presidentes Evo Morales, de Bolivia; Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil; Cristina Fernández de Kirchner, de Argentina; Hugo Chávez, de Venezuela; Michelle Bachelet, de Chile, y otras personalidades regionales, apareció en el lugar una delegación encabezada por el presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, lo que conmocionó a los concurrentes.
La presencia de Lugo rompió con la formalidad y emocionó visiblemente a Galeano, una voz con la que el olvidado Paraguay siempre pudo contar.
El presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, el argentino Carlos Chacho Álvarez, hizo la presentación y cedió la palabra a Lugo, quien leyó un texto que partía desde una leyenda guaraní, que de alguna manera parecía arrancada de las páginas de los libros de Galeano.
Fue conmovedora también la intervención del historiador uruguayo Daniel Vilart.
Las paradojas de América Latina
Galeano eligió comenzar con las paradojas de esta América Latina, donde siempre encontró las magias que su lenguaje desenredó para entregar a todos.
Así, con su estilo, viajamos por Brasil, Bolivia, Paraguay. Evocó a figuras como Simón Rodríguez, y ya estaba emocionado cuando habló de Salvador Allende en Chile, y pidió que se cambiara en ese país el nombre de la calle 11 de septiembre que sigue estando y recordando el golpe de Estado de 1973”¿No sería hora de llamarle calle Salvador Allende, en homenaje a la dignidad de la democracia y a la dignidad de la palabra” dijo Galeano.
También abordó la figura del Che Guevara para sembrar la idea de la coherencia y la dignidad del hombre.
Más adelante, diría: “Sólo siendo juntos seremos capaces de descubrir lo que queremos ser, contra una tradición que nos ha amaestrado para el miedo y la resignación y la soledad y que cada día nos enseña a desquerernos, a escupir al espejo, a copiar en lugar de crear”.
La belleza de su texto Collar de historias nos hizo caminar los mapas “del alma que no tienen fronteras” y donde él se ubicó como” patriota de varias patrias”
Ese fue el momento del final de su lectura, donde evocó al general José Gervasio de Artigas, héroe de Uruguay y de América Latina. Releyendo un texto que escribió hace años, como una carta a Artigas, su voz se quebró. Recordó al prócer de la independencia en la lucha y el exilio, cuando dejaba “su tierra “ que se queda sin aliento”.
Y sin aliento quedó toda la sala, donde confluían funcionarios, amigos y todos aquellos que habían aprendido a amar a América Latina en la voz de Galeano. Fue un acto inusual, pero también abría las puertas a un Mercosur cultural, que siempre está queriendo nacer, pero no nace.