Número 144 | Jueves 3 de julio de 2008 |
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La Conferencia ¿El elefante llamado Conferencia Internacional será capaz de mover la tablita en la que naufraga la respuesta oficial mexicana en materia de sida? Yo lo dudo. Va a la deriva merced a otras fuerzas: los vientos sexenales que derriban lo construido y pervierten la dirección. La tablita no flota en las prístinas aguas de la voluntad ilustrada sino en el cieno del conservadurismo y la desidia. El paquidermo que carga a científicos, activistas, educadores, personas afectadas y una fastuosa caravana de miembros de la burocracia internacional pasará, qué lástima, sin pena ni gloria por el ombligo de la luna, México-Tenochtitlán. Nunca ha habido, ni existirán recursos para el mal de los homosexuales. Este es, para empezar, sólo el indicador más visible de la tragedia. Se ha etiquetado plata para la prevención a nivel de calle. Sin embargo los resultados son pobres, quizás porque no hay manera de medirlos, quizás por el caos institucional. Quizá porque parte de ese dinero va más bien dirigido a callar el ruido de fondo de las molestas ONG. ¿Cómo explicar el sospechoso silencio de tantos activistas ocupados en los subsidios del gobierno? La educación sobre el sida y sus correlatos es tierra baldía. No crece ni el más mínimo brote de estrategia nacional dirigida a niños y adolescentes. Esto no es sólo una infamia si no una culpa con la cual muchos nos iremos a la tumba. Donde gobierna la mafia de maestros indolentes no germina ni la compasión. El condón apenas se menciona por lo bajo en las campañas oficiales. La Conferencia sobre el SIDA en México es un hecho histórico, fruto de batallas libradas en el pasado por héroes ya olvidados, pero nada ni nadie ha logrado ni logrará que las farmacéuticas dejen de lucrar con el derecho a la vida de millones. Los lujosos stands obsequiarán chucherías en los pasillos de la Conferencia, baratijas para lavar la cara sucia de los consorcios multimillonarios que no sueltan la presa. El mundo ya no se divide entre positivos o negativos. El mundo de hoy se conforma por quienes apenas sobreviven y aquellos que ya se jodieron. No soy aguafiestas, simplemente he vivido demasiados congresos para hacerme ilusiones o tragarme la propaganda sin hacer gestos. La acción contra el sida en México sufrirá un vuelco formidable con este foro mundial, seguro que sí. Pasada la fiesta todo va a cambiar para quedar igual… o peor. Ahí se ven. |