■ Elogia el jurado su “espléndida literatura” y su defensa de la dignidad de las mujeres
Galardonan a Margaret Atwood con el Príncipe de Asturias
■ El premio es “un tributo al proyecto universal de construir una sociedad sensata y humana”, expresa la escritora canadiense
■ Aboga por los pueblos originarios de América
Ampliar la imagen Las escritoras Elena Poniatowska y Margaret Atwood en Ciudad Universitaria, en noviembre de 2002 Foto: Carlos Ramos Mamahua
Madrid, 25 de junio. La escritora canadiense Margaret Atwood (Otawa, 1939) fue galardonada hoy con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2008, en mérito a su trayectoria en novela, poesía, ensayo y crítica, pero también por su defensa del ecosistema, de la igualdad entre mujeres y hombres, así como del valor universal de la paz.
La obra y la vida de Atwood se pueden explicar mediante tres ejes: la literatura, entendida como ejercicio de reflexión y recuperación de la memoria; la reflexión en torno a la identidad canadiense y, por último, la denuncia permanente, en su obra literaria y con su comportamiento personal, de los dramas humanos y ecológicos que afectan al planeta, como las guerras intestinas, el hambre, la desigualdad social y la indiferencia de los países ricos.
El jurado decidió reconocer la obra de Atwood después de una larga jornada de deliberaciones, en la que se sometieron a votación otras candidaturas, como las del español Juan Goytisolo, el uruguayo Eduardo Galeano y el colombiano Gabriel García Márquez.
Finalmente se optó por la autora canadiense, de la que destacó que en su “espléndida obra literaria ha explorado diferentes géneros con agudeza e ironía, y en ella asume inteligentemente la tradición clásica, defiende la dignidad de las mujeres y denuncia situaciones de injusticia social”.
Crítica severa de la guerra
Instantes después de conocer la noticia, Margaret Atwood señaló con emoción que es “un honor” obtener un galardón que “es no sólo un gran tributo a la literatura, las humanidades y las ciencias, sino también al proyecto universal de construir una sociedad sensata y humana”.
Precisamente en su poema La soledad del historiador bélico, Atwood critica con crudeza una de las cuestiones que más la han obsesionado: la guerra.
La escritora añadió que el galardón “también es un reconocimiento para la literatura canadiense, ya que no es tan conocida en Europa y se nos confunde a menudo con los estadunidenses”.
Atwood añadió que le interesan los clásicos de la literatura escrita en español, como Miguel de Cervantes, y que de los autores latinoamericanos más recientes le interesan Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez.
Su preocupación por el sometimiento atávico de la mujer en la sociedad también está integrada a su obra literaria, como se muestra en su antología poética Juegos de poder y en su ensayo Second words (1982).
Entre las novelas más difundidas y traducidas de Atwood figuran El cuento de la criada (1985), El asesino ciego (2000), ganador del Premio Booker, Bodily harm (1981), La novia ladrona (1993) y Érase una vez (2007), entre otras.
Atwood también ha alzado la voz ante la situación de desprotección y acoso que viven los pueblos originarios de nuestro continente, desde su natural Otawa hasta el cono sur, al insistir en que el actual modelo de desarrollo, basado en un capitalismo voraz e insaciable, condena a estos pueblos a la desaparición.
El premio Príncipe de Asturias está dotado con una escultura de Joan Miró y 50 mil euros.