Usted está aquí: miércoles 18 de junio de 2008 Sociedad y Justicia Política agroalimentaria de largo plazo, reto del gobierno: expertos

■ Ajustada, la tabla internacional de oferta y demanda, advierten

Política agroalimentaria de largo plazo, reto del gobierno: expertos

Matilde Pérez U.

El reto del gobierno mexicano en la actual crisis alimentaria no es dar más apoyos, sino aplicar una política agroalimentaria a largo plazo que favorezca la inversión en la agricultura, pues su visión de importar alimentos para satisfacer la demanda interna será rebasada, ya que la tabla internacional de oferta y demanda está muy ajustada.

Sostuvieron lo anterior investigadores y especialistas durante el foro ¿Crisis alimentaria en México?, al que convocaron una veintena de instituciones académicas y el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria.

Joost Draaisma, del Banco Mundial, dijo que la nueva realidad de precios altos de los alimentos requiere una respuesta de política pública, y aunque México será uno de los países “moderadamente afectado en forma negativa”, tiene que dar respuestas inmediatas liberando la oferta, subsidiando la demanda y apoyando la producción agropecuaria, entre otras acciones.

Ante el público reunido en uno de los auditorios del edificio principal de la Cámara de Diputados, Juan Antonio Hinojosa, de la firma FCStone, expuso que el inventario mundial se redujo en 2.29 millones de toneladas, y actualmente se ubica en 17.1 millones –el nivel más bajo de la historia reciente–, que están más presionadas por el uso de un tercio de la producción mundial de maíz –más de 100 millones de toneladas– para la producción de etanol, la cual en Estados Unidos tiene un subsidio de 1.25 dólares por galón.

Puntualizó que a diferencia de las alzas en los precios de los alimentos ocurridas en décadas anteriores, “esta no es una situación atípica, sino una nueva realidad” a la que debe responderse con inversiones para la producción, conservación de los alimentos y en mejorar la comercialización.

José Antonio Murillo Garza, director de Sistematización de Información Económica y Servicios del Banco de México, comentó que los niveles de inflación en el país se han contenido en los últimos dos años, pero “se está bordeando la banda de la incertidumbre”, que la institución estimó en 3 por ciento, y actualmente es cercana a 5.

A partir del último cuatrimestre de 2006 –abundó–, los precios de los alimentos procesados mostraron una tendencia ascendente, que al primer trimestre de este año suman 9.40 por ciento, mientras que los productos agropecuarios se elevaron en 7.44, por lo que entre mayo de 2007 y el mismo mes de este año la inflació en el rubro se colocó en 8.80 por ciento, la cual es baja en comparación con dicho fenómeno en otros países latinoamericanos, posiblemente porque la dieta de los mexicanos está basada más en el maíz.

Dicha crisis, sostuvo por Roberto Ramírez Rojas, de la Fundación para la Productividad del Campo, también tiene su raíz en la migración. Por dicho fenómeno –señaló– se pierde 8 por ciento de la productividad nacional en un año, además de que está profundizándose la feminización del campo. Recordó que en seis años el país recibió 100 mil millones de dólares de remesas y que 62 por ciento de las mujeres son quienes las captan.

Por su parte, Armando Bartra, del Instituto Maya, y Jorge Calderón Salazar, académico de la Facultad de Economía, advirtieron de los efectos de la trasnacionalización de la producción y comercialización de los alimentos en el país. Este es el fin de los alimentos baratos y del término del espejismo de la abundancia, pero la salida no está en el agronegocio, porque “su racionalidad económica es especulativa”, sostuvo Bartra.

 
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