■ El Zócalo, escenario del concierto organizado por el GDF, dentro del programa Prepa, sí

Con rock, más de 50 mil bachilleres exigen su derecho a la educación

■ Los de Abajo, Víctimas del Dr. Cerebro y La Cuca, entre las bandas que hicieron el slam

■ Al final, la SSP-DF detuvo a 20 jóvenes, la mayoría menores de edad, por vandalismo

Arturo Cruz Bárcenas

“¡Prepa, sí!”, una y otra vez, se escuchó en el Zócalo capitalino, ayer, donde se reunieron más de 50 mil jóvenes bachilleres para sacar su energía, el poder que les da la vida ante una sociedad que les cierra las puertas del progreso. Durante más de ocho horas cantaron, eslamearon, volaron sobre cabezas y hombros, ambientados por algunas de las bandas de rock que han hecho suyas.

Desde las diez de la mañana fueron llegando desde los puntos de la ciudad donde son estadística, números en el registro de población. No la tienen fácil y saben que estudiar ya no es garantía de seguridad económica. Hay desempleo, y siete de cada diez desertan de la preparatoria, informó en entrevista Javier Hidalgo, director general del Instituto de la Juventud del Gobierno del Distrito Federal (GDF).

Mientras Hidalgo platica con La Jornada suenan Los Estrambóticos, que llevan el concierto a un nivel alto con Herida, de las más conocidas, al grito de “¡a comerse este puto país!” Las palabras fuertes son su cotidianidad, y que el vocalista las grite es de lo más normal. Hidalgo explica que el concierto tuvo como objetivo alentar a “los jóvenes de educación media superior a seguir sus estudios.

“El programa Prepa, sí inició en agosto de 2007 para apoyar a los jóvenes. De diez sólo tres terminan. Siete desertan, la mayoría en el primer año por razones económicas. Está por acabar el ciclo escolar y hemos cubierto metas con 180 mil jóvenes beneficiados que reciben al año de 5 mil a 7 mil pesos”, añadió.

Ser joven en el Distrito Federal

En la ciudad viven más de 2 millones 300 mil jóvenes. “Los define la diversidad. Hay de todos los gustos, y el aspecto más delicado relacionado con ellos es el de la educación, pero además enfrentan problemas de trabajo, recreación, cultura, deporte.

“Ser joven, según la Organización de las Naciones Unidas, comprende de los 15 a los 29 años, pero hay países que lo consideran hasta los 35 años. Hoy nos podemos jactar de que Prepa, sí es el programa más importante en su tipo en América, incluyendo a Estados Unidos. Y no somos un gobierno federal. Además de los jóvenes beneficiados por Prepa, sí, que son 180 mil, hay que añadir 9 mil que están becados en el Instituto de la Juventud y mil 200 que el próximo martes comienzan el programa de empleo juvenil de verano. También están los programas Jóvenes Talento y Creación Joven.

“Así como Jóvenes en Situación de Riesgo, que viene desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Eso hace un abanico con la gestión de Marcelo Ebrard. Prevemos pagar hasta 210 mil becas. La cuestión es que los muchachos se registren. Buscamos que en 10 años el promedio educativo de la ciudad sea de 12 años”, expuso.

A las 12 horas comenzaron a brincar esos jóvenes. Ocho bandas no profesionales pusieron muchas ganas, pero los reyes de la histiamina –o sea los jóvenes, vestidos con sus pantalones de mezclilla, ellas a la cadera; decenas con sus máscaras de luchadores, miles con sus playeras oscuras y los ojos chispeantes– querían oír a los más famosos.

El sol caía a plomo y exigían que se les diera agua o un Jumex, cuyos logos se veían en varios puntos. Cuando acabaron Los Estrambóticos, quienes les dijeron que vayan a la escuela no porque los manden sus papás, sino para que ejerzan un derecho, Daniel Lara, quien apoyó en la organización y no acabó la prepa, dijo que este concierto es un premio para quienes siguen sus estudios. Los muchachos se pasaban naranjas y compartían agua, algunos algo más... La presión humana venía del fondo. Una ola de gente sofocó hasta chispar a unos estoicos, que eran salvados de esa masa humana. Siguieron Víctimas del Dr. Cerebro, con los que continuó el slam dance.

Los de Abajo tocaron, entre otras, Rojos y Escápate. La tocada subió de tono. Vladimir, de los abajeños, expuso: “a este público ya lo conocemos; es energizante y rebelde”. El Mac dijo: “Esta gente difícilmente tiene dinero para ir al Auditorio Nacional. Estos conciertos llevan la cultura a los de abajo en el centro más importante del país”.

Mauricio, sax, dijo que “una de las cosas que los chavos deben de cuidar más es la unidad, como jóvenes y estudiantes. Las artes y la música son una forma de cohesión”. Yoku, baterista, añadió que “los gobiernos panistas, Calderón, Fox y todos esos güeyes que han hecho mierda la educación, deben saber que las prepas de gobierno son importantes porque llegan a gente que no tiene recursos, que son rechazados, que no pueden pagar la Ibero o el Tec.

“Las prepas tienen buenos planes de estudios. Los gobiernos panistas no han hecho nada y sólo han buscado cómo sacar dinero. Los chavos que están aquí vienen de lugares muy lejanos. Hay una prepa que está hasta arriba del Ajusco, donde jamás un gobernante panista iba a poner ahí una escuela, menos pública, menos gratuita. Que Carstens envíe ahí a sus hijos, ¿a ver?”

Chispeó la lluvia y La Cuca la hizo en grande. Reventaron el Zócalo y las 50 mil gargantas corearon todas. El toquín acabó temprano. El Mac, de Los de Abajo, comentó. “En esta ciudad hay gente que puede vivir 80 años y nunca ver a un pobre”.

Cuando acababa La Cuca llovía a cántaros y se sintió un temblor que a nadie asustó.

Zacapela por senos al aire

Al término del concierto, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) informó que 20 jóvenes fueron detenidos, la mayoría menores de edad, por protagonizar actos vandálicos en diferentes puntos del primer cuadro de la ciudad.

En un comunicado estableció que dos granaderos resultaron lesionados “por golpes contusos”, y uno requirió hospitalización por un botellazo.

De acuerdo con la SSP-DF, la gresca comenzó luego de que un “grupo de mujeres”, que se encontraba en una habitación del Hotel Majestic, mostraron sus senos desde el balcón, lo que provocó que decenas de adolescentes se congregaran en la esquina de Madero y la plancha del Zócalo capitalino.

Luego de que las mujeres regresaron a la habitación, los jóvenes comenzaron a lanzar proyectiles, lo que dañó restaurantes cercanos, mobiliario urbano, autos particulares y vehículos de la policía. Los detenidos fueron trasladados a la agencia del Ministerio Público número 57, especializada en el menor. Se contabilizaron más de 20 semáforos y cortinas de negocios dañados, así como decenas de vidrios rotos.