■ Les suben la renta, cierran guardería y comedor comunitario y cancelan servicio médico
Se quejan jornaleros agrícolas de trato en un albergue de la Sedeso en Sinaloa
Ampliar la imagen Aspecto del albergue de jornaleros Isla del Bosque, municipio de Escuinapa, Sinaloa Foto: Irene Sánchez
Ampliar la imagen Una de las familias de jornaleros agrícolas que trabajan en la cosecha del chile. Para complementar sus jornales, confeccionan prendas típicas y elaboran otras artesanías Foto: Irene Sánchez
Escuinapa, Sin., 8 de junio. Jornaleros agrícolas que cada año llegan a este municipio para la cosecha de chile dijeron irse decepcionados por la mala atención que recibieron en el albergue de Isla del Bosque, perteneciente a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) federal, que aumentó de 50 a 70 pesos la renta semanal de un cuarto, cerró la guardería y el comedor comunitarios, además de que los obligó a comprar en la tienda interna, no les ofreció servicio de salud y además fueron extorsionados por policías municipales.
El albergue, construido en 1992, abre a las cuatro de la madrugada y cierra a las 22 horas. Consta de 72 cuartos de 16 metros cuadrados cada uno, guardería y comedor, así como baños, lavaderos y una tienda. El edificio está visiblemente deteriorado por falta de mantenimiento.
María del Carmen Berber, encargada de la tienda de abarrotes, comentó que la renta de los cuartos es de 70 pesos desde diciembre pasado y el dinero se destina al mantenimiento del edificio.
Algunos jornaleros se quejaron de que policías de Escuinapa entraron al refugio el fin de semana pasado y les hurtaron 4 mil 620 pesos, que el ayuntamiento restituyó a los perjudicados. Además, se sometió a 10 agentes a una investigación administrativa y la Comisión de Honor y Justicia de la Dirección de Seguridad Pública Municipal inició una investigación para encontrar al responsable del robo, informó el síndico procurador Hugo Enrique Moreno.
El funcionario señaló que el ayuntamiento apoya al albergue de Isla del Bosque con desazolve y limpieza de cisternas, pero el funcionamiento del edificio corresponde a la Sedeso.
Destacó que a raíz de la denuncia de robo que presentaron jornaleros contra policías, el municipio aplicará medidas para evitar atropellos.
María del Carmen Berber, quien además de atender la tienda cobra las cuotas del albergue, se quejó de que el refugio resulta insuficiente para los miles de personas que cada año llegan a los campos agrícolas, y comentó que habitantes del municipio rentan sus patios para que los jornaleros se instalen provisionalmente, lo que provoca graves problemas de insalubridad que las autoridades no atienden.
Valentín, indígena tepehuano de la comunidad Santiago Teneraca, municipio de Mezquital, Durango, considera injusto pagar 70 pesos a la semana por un cuarto, pues en esta temporada no ganó suficientemente en la cosecha.
Valentín y su familia llegaron hace cinco semanas a Isla del Bosque. Su esposa y sus dos hijos padecieron diarreas y calenturas que lo obligaron a pagar un médico en Escuinapa.
Jesús Valdez y su compañera María Flores llegan cada temporada. a los campos agrícolas de Escuinapa. Les pagan a destajo y ganan hasta 250 pesos diarios por trabajar de las cuatro de la madrugada hasta que se pone el sol.
Jesús, originario de Jalisco y jornalero desde hace más de 40 años, lamentó el incremento en la renta del albergue y sostuvo que no puede pagar los servicios, entre ellos las consultas médicas, que cuestan entre 300 y 400 pesos.
Alejandro González es un indígena huichol que, junto con su esposa y cinco hijos, fue enganchado por un contratista para laborar en los campos agrícolas de La Cruz, en Elota.
Cuando llegaron, la paga de cien pesos por laborar todo el día no bastó para mantener a la familia, y alguien les recomendó ir a Isla del Bosque, donde se paga más porque el trabajo es a destajo.
Sin embargo, el corte de chile en Escuinapa está por terminar y Alejandro regresará a su tierra.
En esta temporada sus hijos: Paulina, de 12 años; Carolina, de 10, y Alejandro, de ocho, no fueron a la escuela. Cada año viajan a los campos agrícolas y en sus tiempos libres elaboran artesanías.