Usted está aquí: domingo 1 de junio de 2008 Cultura Aprueban asistentes cambio de formato del Foro Internacional de Música Nueva

■ Lamenta su director, Javier Álvarez, apatía de jóvenes autores

Aprueban asistentes cambio de formato del Foro Internacional de Música Nueva

Ángel Vargas

El problema es añejo y, al mismo tiempo, parece un enigma imposible de resolver: ¿cómo lograr atraer al público?

Fuera de ese lastre-desafío, el cambio de formato que el Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez adoptó en ésta, su trigésima versión, es calificado en términos generales como provechoso y positivo por la comunidad asidua al mismo.

A punto de llegar a la mitad de su programación, compositores, intérpretes, estudiantes de música y melómanos consideran “sumamente favorable” que las actividades se hayan acotado a dos semanas y que éstas se realicen dentro de un mismo espacio físico –una semana en el Centro Nacional de las Artes y la otra en Morelia–, durante el transcurso prácticamente de todo el día hábil.

También valoraron el regreso al espíritu académico con el que este encuentro fue concebido originalmente por el fallecido compositor Manuel Enríquez, luego de que este año fueron reincorporadas al programa conferencias y cátedras.

Lo cuestionable, según algunos participantes, es la escasa presencia de figuras consagradas de la composición mexicana, mientras que por la parte organizadora se critica la apatía y la falta de interés de los jóvenes compositores.

En tanto, algunos compositores, entre ellos Diego Martínez, subrayan la necesidad de afinar los criterios de selección de las obras, con el fin de evitar que el foro pueda convertirse de nueva cuenta en un espacio en el que no siempre privan partituras de buena factura.

De entre el público que asiste sin estar relacionado con el medio musical, sólo uno que otro se expresa inconforme o en desacuerdo con el nuevo formato que se emprendió este año.

Uno de ellos es Manuel Cervantes, de 27 años, quien define como “una verdadera tontería” que se ofrezcan actividades todo el día, entre conciertos y conferencias, ya que es un formato que impide asistir a todo lo que se quiere o interesa, “como si no tuviéramos responsabilidades u otras cosas qué hacer”.

Espacios de reflexión

Director artístico y encargado de la curaduría de esta 30 versión, para el compositor Javier Álvarez el balance de la misma, a cinco días de iniciada, es satisfactorio. En números fríos, aclara, eso se traduce en un promedio de 130 personas a cada uno de los conciertos y 250 visitantes diarios a las dos instalaciones sonoras, una del mexicano Manuel Rocha Iturbide y la otra de la francesa Caroline Grivellaro.

Por su parte, datos de la Coordinación Nacional de Música y Ópera del Instituto Nacional de Bellas indican que hasta este viernes por la mañana, una vez realizados ocho conciertos, asistieron a éstos alrededor de mil personas en total, mientras que a las conferencias se contabilizaron 500.

“Un aspecto importante del formato comprimido es que, al tener las conferencias en la mañana, se abre un espacio de reflexión, lo cual permite no sólo escuchar los conciertos, sino que los interesados –compositores, intérpretes, estudiantes y público en general– puedan aprovechar para conversar, realizar intercambio de ideas y resolver dudas e inquietudes, lo mismo que sucede con las cátedras por las tardes”.

De acuerdo con Javier Álvarez, pocas son las cosas negativas que encuentra en la dinámica del foro. Entre ellas, le gustaría ver mucho más participación de jóvenes, “porque es un festival para ellos; hay mucha electrónica, mucho material de gran interés para estudiantes de las diferentes escuelas de música.

“Me encuentro aquí con una arista: no sé de dónde viene esa apatía, esa falta de interés de los jóvenes autores. A lo mejor, asocian al foro con lo que hacemos los más grandes, y no es así. Estoy buscando la manera de acercarlos. Tiene 30 años y ahora, en su madurez, debe dirigirse a quienes somos los mexicanos: en su mayoría gente joven”.

Un aspecto que le gustaría ver más al músico es que la mayoría de los compositores asistiera a más conciertos que sólo a aquel en donde se interpreta su obra, porque “luego se van y se quejan de que el foro es tal y tal. Si no vienen entonces mejor chitón Pérez (que guarden silencio)”.

Por su parte, el compositor Diego Martínez destacó el aspecto positivo del nuevo formato del encuentro, porque, según él, fomentará el diálogo, la reflexión y el intercambio entre más compositores y ayudará así a definir qué es lo mexicano hoy día.

En su opinión, “es una lástima que no se cuente con la participación de muchos de los más importantes creadores de México”, aunque asume que ello puede explicarse por la historia de altibajos que tiene el foro, lo cual los alejó: “Era muy triste escuchar obras de alta calidad con otras realmente malas”.

El clarinetista Fernando Domínguez, quien ha participado durante los recientes ocho años en este encuentro, asume que la falta de una difusión adecuada ha propiciado que prácticamente no asista otro público que aquel que está relacionado de manera directa o indirecta con la música contemporánea.

El foro, rubrica, “se mantiene fuerte, no ha perdido validez ni vigencia. Sin duda es referencial para todos aquellos que nos dedicamos a la música nueva en México”.

Las actividades de este encuentro internacional se mantendrán hasta el 8 de junio, cuando será clausurado con un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional en el Palacio de Bellas Artes. La próxima semana cambiará de sede, a Morelia.

 
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