■ El mexicano presentará hoy su segunda película en Cannes
Los bastardos, cinta rara, pero interesante y extrema: Escalante
■ Con tinte autobiográfico, aborda el tema de los migrantes hacia EU
■ Entregan Palma de Oro al realizador portugués Manuel de Oliveira
Ampliar la imagen La italiana Monica Bellucci en el estreno en Cannes de la película Une Histoire Italienne, de Marco Tullio Giordana Foto: Reuters
Cannes, 19 de mayo. Con su primera película en Cannes, Sangre, Amat Escalante regresó a México con el premio de la crítica FIPRESCI. Mañana el realizador mexicano volverá a vivir la tensión de la primera función cuando presente en el certamen francés su segundo largometraje: Los bastardos, drama sobre la migración mexicana hacia Estados Unidos.
“Salió una película rara, pero interesante y extrema”, dijo Escalante en entrevista. Este trabajo tiene un punto autobiográfico al ser él “hijo de un matrimonio ‘ilegal’”, según sus palabras.
“Mi padre cruzó la frontera ilegalmente antes de que yo naciera y se encontró con mi madre en California”, relató el cineasta, que proyecta la cinta en la sección Una Cierta Mirada, la segunda en importancia del encuentro francés.
“Crecí con historias de migración y cruces del desierto muy fuertes dentro de mi familia”, explicó Escalante, quien de adolescente trabajó con migrantes en Texas para ganarse la vida.
“Siempre supe que Los bastardos iba a salir de mí tarde o temprano y espero aportar ambigüedad al tema”, dijo sobre la película. La cámara de Escalante pasa 24 horas con dos trabajadores mexicanos que viven indocumentados en una gran urbe de Estados Unidos, donde un hombre perturbado les hará una oferta para matar a su ex esposa, colocándolos ante un dilema moral en una existencia marcada por el instinto de supervivencia.
Escalante es uno de los realizadores que se suman al grupo de exitosos autores que pasean al cine mexicano por los grandes festivales del mundo. Trabajó de asistente de dirección en Batalla en el cielo, de su compatriota Carlos Reygadas, quien a su vez lo amparó por medio de su productora Mantarraya en sus dos largometrajes.
En Los bastardos, Escalante vuelve a colaborar con actores no profesionales que encontró “literalmente en la calle”.
Los protagonistas
Jesús Moisés Rodríguez y Rubén Sosa son los protagonistas. “A Rubén lo encontramos poco antes de iniciar el rodaje, luego de que a otro muchacho le entró miedo y no quiso trabajar con nosotros”, contó.
“Jesús Moisés –continuó– es un obrero de Guanajuato que mi hermano Martín (también coguionista) encontró en un callejón de la ciudad cuando tomaba cerveza con sus amigos. El proceso de pasarlo a Estados Unidos fue duro.”
Pese a tratarse de su segunda película, Escalante no sintió ninguna expectativa de nadie. “Sólo un poco más de voluntad en apoyo de la gente, que tal vez no les habría interesado tanto sin yo haber hecho un largometraje antes que tuvo algo de éxito”, explicó.
Esta segunda película “fue mucho más difícil de hacer que la primera, pues el reto fue mucho más grande”, resumió el director, quien finalmente está “muy contento con el resultado y la experiencia”.
“Con Sangre procuré que todo fuera lo más fácil posible en términos de producción. Con Los bastardos me solté un poco más y creo que se nota bastante”, agregó.
Homenaje a decano de los cineastas
Por otro lado, el “decano de los cineastas”, el portugués Manoel de Oliveira, que cumplirá cien años en diciembre próximo, fue homenajeado el lunes por el festival, que le otorgó una Palma de Oro por toda su carrera, la primera que recibe, en presencia de los miembros del jurado y de Clint Eastwood.
Oliveira recibió la Palma de manos del francés Michel Piccoli, uno de sus actores predilectos. “Estoy muy emocionado por esta Palma de Oro que recibo finalmente”, declaró malicia el cineasta, provocando la risa de los asistentes.
El realizador portugués obtuvo el Premio del Jurado en 1999 por La carta y el Premio de la Crítica Internacional en 1997 por Viaje al principio del mundo, pero Cannes no coronó nunca con la Palma de Oro ninguna de sus películas. “Aprecio enormemente recibirla de esta manera, porque no me gusta la competencia con mis colegas. Es la mejor manera de recibir un premio”, agregó.
Considerado el “decano de los cineastas en actividad”, Oliveira nació el 12 de diciembre de 1908 en Oporto, y él mismo se considera el último sobreviviente de los “buenos viejos tiempos del cine mudo”. Fue recibido con un caluroso aplauso.