■ Karina se entrega a la policía y llama a Marulanda a dialogar y renunciar a la violencia

La guerrilla, “diezmada y resquebrajada”, dice combatiente al abandonar las FARC

Afp, Dpa y Reuters

Bogotá, 19 de mayo. Karina, una emblemática combatiente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuyo verdadero nombre es Nelly Ávila Moreno, afirmó hoy que la guerrilla está “diezmada” y “resquebrajada”, y llamó al líder de la organización, Manuel Marulanda, a que renuncie a la guerra y dialogue.

La combatiente, que se entregó el domingo a la policía colombiana en el municipio de Argelia, departamento de Antioquia, dijo haber tomado la decisión de abandonar la dirección del frente 47 de las FARC por la presión que recientemente ejerció el ejército sobre sus movimientos.

Este lunes, Alexander Moriano Ortiz, alias El indio Olbany, integrante del frente 48 de las FARC, también se entregó a la policía, informó la Armada.

Estas deserciones de las filas insurgentes se suman a la muerte de dos de los principales comandantes de las FARC, Raúl Reyes, abatido en un bombardeo el primero de marzo, e Iván Ríos, asesinado en marzo. Según el Ministerio de Defensa, unos nueve mil combatientes de las FARC se han entregado a las autoridades desde 2002, año en que asumió la presidencia Álvaro Uribe, cuyo padre fue asesinado por esta guerrilla en 1983, hecho del cual se distanció Karina.

En cuanto a la trama de la narcoparapolítica que en el último año ha dejado al descubierto los nexos entre narcotraficantes, paramilitares y legisladores –la mayoría vinculados a partidos derechistas aliados de Uribe–, las autoridades carcelarias informaron hoy de la pérdida de computadoras, archivos electrónicos y memorias de teléfonos celulares de varios de los jefes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

El director del instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, el general retirado Eduardo Morales, admitió que entre los datos perdidos se encuentra el registro de llamadas que realizaron varios de los paramilitares que a principios de este mes fueron extraditados a Estados Unidos y entre quienes se incluye el principal jefe de las ultraderechistas AUC, Salvatore Mancuso.

Los aparatos fueron puestos legalmente a disposición de los paramilitares como parte de los beneficios concedidos en la llamada Ley de Justicia y Paz de 2005, diseñada durante el primer cuatrienio de Uribe (2002-2006) para lograr la desmovilización de 31 mil combatientes de las AUC.

Las computadoras y las memorias telefónicas quedaron en custodia de las autoridades carcelarias desde el 13 de mayo, fecha de la extradición de 13 de 14 paramilitares enviados a Estados Unidos, pero según Morales nunca supo dónde quedó la computadora de Mancuso, bajo cuyo liderazgo las AUC asesinaron a miles de sindicalistas, políticos de izquierda, dirigentes sociales y activistas.

El vicepresidente Francisco Santos atribuyó la pérdida de los aparatos a Morales y recordó que el viernes pasado la fiscalía dijo que por lo menos cinco de los procesadores electrónicos fueron manipulados después que los paramilitares fueron extraditados.

La desaparición de las computadoras puede tener repercusiones negativas en las investigaciones sobre la narcoparapolítica. Uribe ordenó sorpresivamente la extradición de jefes ultraderechistas con el argumento de que no habían colaborado lo suficiente en la indagación de algunos delitos.

Varias organizaciones humanitarias –entre ellas la denominada Madres de la Candelaria– advirtieron que la extradición fue ejecutada sin que los jefes paramilitares hayan rendido cuentas sobre sus acciones en contra de civiles.

“Lo que ha hecho el gobierno es dificultar la consecución de la verdad acerca del paramilitarismo en el país”, dijo la semana pasada el legislador Gustavo Petro, del partido de izquierda Polo Democrático.