Usted está aquí: martes 20 de mayo de 2008 Política Justifica la PGR tardanza en atraer asesinato de dos triquis

■ Autoridades de Oaxaca ocultaron un mes qué armas se usaron

Justifica la PGR tardanza en atraer asesinato de dos triquis

■ La presión de la prensa “nos hizo reflexionar”, dice Castro Lozano

Alfredo Méndez

Juan de Dios Castro Lozano, subprocurador de Derechos Humanos, Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad de la Procuraduría General de la República (PGR), informó ayer que la instancia a su cargo tardó más de un mes en atraer la investigación sobre el asesinato de las indígenas triquis Teresa Bautista y Felícitas Martínez, porque las autoridades de Oaxaca se reservaron en todo ese tiempo la información respecto de que las jóvenes locutoras pudieron haber sido ultimadas con rifles AK-47, utilizados comúnmente por asesinos a sueldo.

Durante una conferencia de prensa en la que se habló sobre los avances de la indagatoria, el funcionario reconoció que la decisión de hacerse cargo del caso también obedeció a que diversos medios de comunicación no dejaron de informar sobre este crimen.

“Sí fueron, y no tengo empacho en reconocerlo (las publicaciones periodísticas), un factor que nos hizo reflexionar”, puntualizó. Sin embargo, el funcionario se sostuvo ayer en lo que dijo el pasado 21 de abril –cuando recibió a representantes de una docena de organismos internacionales que vinieron a México para indagar atentados recientes contra periodistas–: que hasta el momento no existen pruebas claras de que Teresa y Felícitas hubieran sido asesinadas en una presunta acción de venganza por su trabajo como comunicadoras, simplemente por el hecho de que no está claro aún si se les puede considerar periodistas.

Según el funcionario, basándose en declaraciones de familiares de las indígenas asesinadas, ellas no hablaban de investigaciones periodísticas incómodas, pues “solamente tenían como encargo dedicar las canciones que se transmitían a las personas que así se los solicitaban”.

Explicó que en el ataque en el cual perdieron la vida, las dos triquis no llevaban vestidos autóctonos, por lo que se “fortalece” la hipótesis del crimen “derivado de una confusión”.

En contraparte, los familiares de Teresa y Felícitas han asegurado a la prensa que el día del homicidio las mujeres llevaban el típico traje triqui, que es un vestido rojo bordado en telar.

A decir del subprocurador, las pesquisas no llegaron a la PGR por el hecho de que las ahora occisas fueran periodistas, sino porque se utilizaron armas de grueso calibre.

La información sobre el uso de armas largas en el atentado la ocultó el gobierno de Oaxaca a la PGR durante las primeras cinco semanas de investigación; Castro Lozano aseguró que desconoce el motivo por el cual actuó así el gobierno de Ulises Ruiz.

El homicidio de Teresa y Felícitas ocurrió el 7 de abril pasado en el municipio de San Juan Copala, Oaxaca. La procuraduría estatal apuntó desde un inicio que la principal línea de investigación del atentado señalaba a Francisco Vázquez, empleado del Registro Civil que conducía el vehículo en el que viajaban las jóvenes, como la persona contra quien se dirigían los asesinos.

Fue el 19 de mayo cuando la procuraduría estatal notificó a la PGR que en el lugar del atentado “se encontraron casquillos de rifle AK-47; eso no lo sabíamos antes. Ahora estamos a la espera de que se realicen peritajes a las ojivas de esas balas, que seguramente están alojadas en los cuerpos (de las dos indígenas) para determinar si, efectivamente concurre un delito federal”, manifestó ayer el subprocurador de la PGR.

Agregó que de no hallarse las ojivas de las balas que las mataron podría ordenarse la exhumación de los cadáveres, para saber con qué tipo de arma se les ultimó.

 
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