Usted está aquí: martes 13 de mayo de 2008 Cultura Sigue proyecto pedagógico de formación de compositores para arpa y flauta

■ El taller impartido por Mercedes Gómez y Salvador Torre marca el fin de otra etapa

Sigue proyecto pedagógico de formación de compositores para arpa y flauta

■ El curso fue el preámbulo para animar a los estudiantes a competir con piezas miniaturas

■ Después de muchos años muertos, el Conservatorio Nacional de Música recobra vida, dicen

Mónica Mateos-Vega

Ampliar la imagen Mercedes  Gómez (arpa) y Salvador Torre (flauta) durante una sesión del taller de composición para ambos instrumentos que impartieron en el Conservatorio Nacional de Música Mercedes Gómez (arpa) y Salvador Torre (flauta) durante una sesión del taller de composición para ambos instrumentos que impartieron en el Conservatorio Nacional de Música Foto: José Antonio López

Los buenos orquestadores “son como un chef que sabe perfecto que un toquecito de chile ancho en un postre de mango le va a dar el extra para que los sentidos viajen y vuelen”.

Ésas son algunas de las enseñanzas que los músicos Mercedes Gómez y Salvador Torre (el dueto Du-O) compartieron con sus alumnos en el taller de composición para arpa y flauta, impartido en el Conservatorio Nacional de Música, recinto que en su opinión ha cobrado vida luego de “muchos años muertos, en varios aspectos”.

Por un lado, dijo la arpista, el curso fue un proyecto didáctico, “pero pueden salir cosas buenas para ampliar el repertorio de arpa y flauta, además de que hicimos que los jóvenes compositores vieran que sí hay intérpretes interesados en piezas para estos intrumentos”.

Limitaciones y ventajas

A la par del taller, se convocó a un concurso de composición de piezas miniaturas para flauta y arpa, al que pueden concurrir todos los interesados sin que sea requisito haber participado en el curso impartido por Gómez y Torre, el cual concluyó la semana pasada.

Además de un premio de 5 mil pesos para el primer lugar, 3 mil para el segundo y 2 mil para el tercero, a consideración del jurado podrá integrarse la obra ganadora a un recital de Du-O, con fecha y sede por confirmarse.

“Siempre tuvimos inquietud por dar más vida al conservatorio, el cual tuvo años muertos en muchos aspectos. Ahora volvió Mario Lavista, y en la dirección Ricardo Miranda, musicólogo que sabe mucho de compositores y está apoyando los proyectos nuevos”, explicó Mercedes Gómez.

Agregó que el curso fue un pequeño preámbulo para animar a los estudiantes a participar en la competencia de composición; “estoy segura de que las piezas van a ser buenas y podremos conformar un bonito programa. Nos sorprendió la gran respuesta que tuvo el curso, no esperábamos a tantos alumnos, fueron más de 15.

“También hay interés por que impartamos el taller en el Conservatorio de las Rosas de Morelia, Michoacán. Les enseñamos, por ejemplo, las características de la construcción del arpa y lo que ésta puede hacer. Cuando se compone para el instrumento por lo general hay muchos errores, pues se suele tratar al arpa como un piano.

“A la hora de orquestar siempre hay pros y contras, cada instrumento tiene sus limitaciones y ventajas. Los grandes orquestadores, como Ravel y Puccini, lo sabían perfecto: a qué instrumento pedirle qué cosa y en qué momento.

“La combinación entre el arpa y la flauta es interesante porque pertenecen a dos familias diferentes, nada tienen en común, ni siquiera en cómo se cargan. La flauta hace mil cosas cromáticas, rapidísimo, y el arpa tiene que luchar con todos sus mecanismos, pero es un instrumento armónico”, aclaró Gómez.

La computadora no hace todo

El flautista Salvador Torre, a su vez, señaló que el curso permitió a los jóvenes constatar el valor de la relación entre el compositor y el intérprete; “eso fue muy importante, sobre todo en estos días en los que se piensa que la computadora puede hacer todo, y no. Se necesita que ambas personas trabajen juntas, la convivencia, el intercambio humano.

“La música es un material vivo en todos los sentidos. El arpa y la flauta son bastante afines, entablan un diálogo entre hermanos, inclusive más que la flauta y el piano. El arpa es más maleable.”

Mercedes Gómez puntualizó que ambos instrumentos son grandes generadores de color, “conforman una paleta bien rica, comenzamos a mezclar el verdecito de los armónicos de la flauta, con las cuerdas secas del arpa para dar otro azul. La resonancia del arpa es como una nube que abraza muy bien. Así hasta el infinito”.

La convocatoria para participar en el Concurso de Composición de Miniaturas para Flauta y Arpa vence el 20 de junio.

Los participantes requieren constancia de estudios de composición de alguna de las escuelas de música nacionales y carta de recomendación fechada en 2008 del maestro o maestra con quien cursan la carrera de composición.

La partitura debe tener una duración máxima de siete minutos, impresa con algún programa de computadora, pues no se reciben manuscritos.

Más informes en el Conservatorio Nacional de Música (avenida Presidente Masarik 582, Polanco), llamar a los teléfonos 52 80 63 47 y 52 80 74 71 o dirigirse al correo electrónico [email protected]

 
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