■ Vuelve la calma a la capital de Líbano

Hezbollah empieza a retirar milicianos del oeste de Beirut

Dpa, Reuters y Afp

Beirut, 10 de mayo. Tras cuatro días de combates que arrojaron un saldo de 35 muertos, la calma volvió hoy a la capital libanesa cuando milicianos del movimiento islámico chiíta Hezbollah comenzaron a retirarse de la región oeste de Beirut, ocupada por la fuerza para rechazar una serie de medidas del gobierno de Líbano, que intenta neutralizar su poder en el país.

El repliegue comenzó poco después que la jefatura del ejército libanés decidió mantener en su cargo al jefe de seguridad del aeropuerto, Wafik Chukair, considera cercano a Hezbollah.

Las fuerzas armadas anunciaron además que Chukair conservará el control de la red de telecomunicaciones del movimiento, que el gobierno de Fuad Siniora considera ilegal, para que “no afecte el interés público y la seguridad” de Hezbollah, que en 2006 enfrentó con éxito 34 días de invasión israelí, cuyo objetivo era acabar con la organización liderada por Hassan Nasrallah.

Las decisiones del ejército, que esta semana se mantuvo al margen de los choques entre chiítas y sunitas en el oeste de Beirut, fueron dadas a conocer después de que el primer ministro Fuad Siniora pidió a los militares que impusieran el orden en la capital.

“No hemos declarado la guerra a Hezbollah y no lo vamos a hacer. Pero sus milicias y las de Amal (otro movimiento chiíta) han invadido casas y barrios de Beirut y no lo vamos a tolerar”, dijo Siniora en su primera declaración desde que comenzaron los enfrentamientos entre chiítas y sunitas, los más intensos desde la guerra civil de 1975-1990.

Hezbollah considera que la red de telecomunicaciones es vital para enfrentar el acecho de Israel, que junto con Estados Unidos considera que Siria e Irán le dan apoyo. Según Beirut, el movimiento chiíta supervisa ilegalmente el tráfico aéreo con un sistema de videocámaras, lo que motivó la destitución de Chukair.

Siniora también ha intentado desarmar a Hezbollah, pero Nasrallah ha rechazado cualquier intento en ese sentido. El jueves, el líder del movimiento calificó de “declaración de guerra” las decisiones gubernamentales en su contra y los combates arreciaron en el oeste de la capital.

Antes de que Hezbollah comenzara por la noche el repliegue de su milicia en la costa oeste del mar Mediterráneo, los combatientes chiítas habían logrado establecer puntos de control en sitios estratégicos de la zona occidental, de población mayoritaria sunita.

Al menos 16 personas murieron en enfrentamientos en diferentes puntos del país, incluidos Beirut y Trípoli, lo que elevó a 35 la cifra de fallecidos.