Usted está aquí: jueves 8 de mayo de 2008 Cultura Tres especialistas perfilaron a Monsiváis como un “barroco contemporáneo”

■ El periodista recibirá el “Doctorado Honoris Causas Perdidas” en la UACM

Tres especialistas perfilaron a Monsiváis como un “barroco contemporáneo”

Arturo Jiménez

Tres reconocidas mexicanistas “monsivaisianas”, provenientes de diversos campus de la Universidad de California, exploraron y festejaron algunas regiones del amplio universo monsivaiano: desde su dominio de la cultura popular y las imbricaciones de ésta con la cultura universal, hasta sus enunciados crípticos y su rompimiento de estereotipos, y lo perfilaron como un “barroco contemporáneo” y un “crítico del lenguaje” desde el lenguaje mismo, es decir, desde el ejercicio creativo de éste.

Moderadas por Linda Egan, en una de las varias carpas instaladas en el patio central de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), campus Del Valle, para el coloquio por los 70 años de Carlos Monsiváis, tres mujeres dieron rienda suelta a su erudición sobre los estudios culturales y se revelaron como auténticas monsivaisistas: Claudia Parodi, Sandra Lorenzano y Sara Poot-Herrera.

Claudia Parodi dijo que como crítico y estudioso de la cultura mexicana, Monsiváis ofrece en su obra una larga y multifacética trayectoria donde el lenguaje y los juegos verbales ingeniosos, “a los cuales cabría denominar barrocos”, ocupan un lugar central.

Para la investigadora, por medio de paradojas, claves escondidas, alusiones implícitas y otros juegos lingüísticos, el mensaje de los textos de Monsiváis se presenta “de modo sugerente y velado”, planteando un reto continuo a la inteligencia y sensibilidad de sus lectores.

De ese y otros modos, agregó Parodi, el escritor “construye en el imaginario propio y ajeno la cultura de un México que podríamos llamar monsivaisiano”.

Te amo pero no puedo decirlo

Sandra Lorenzano, en un documentado desglose de los discursos cursis y amorosos del bolero y de la canción romántica latinoamericana, recordó que Monsiváis, como Umberto Eco, sabe que ya no se puede decir “te amo”, pero sí expresar a la persona amada: “Como dice Corín Tellado: te amo”.

Lorenzano habló del bolero como fuente de la educación sentimental, del kitsch, del amor cursi y hasta del amor revolucionario, aunque aclaró que con ambos “te sudan las manos”.

Y consoló a más de un culpígeno hiperracional cuando, de nuevo, recurrió a Monsiváis, quien sin pudor pero con liviandad ha aceptado: “¿Quién no dedica un rato de su agenda a ser romántico?”

Sara Poot-Herrera abordó los temas de la literatura policial y de la migración mexicana a Estados Unidos en Monsiváis, y planteó en torno a los modos de trabajar del propio escritor, de quien propone que debe hurgarse en sus frases.

“Monsiváis remeda, remienda, descoloca las frases y las coloca en otro lugar: ‘Sí, tampoco los muertos retoñan, desafortunadamente’. Ni se retoña, ni se vuelve al pasado, nada se repite. Entonces, en este festejo tampoco se trataría de repetir lo que dice Monsiváis, sino hacer algo con lo que dice. Él propone, sugiere. Un ejemplo, cómo celebrar los 200 años de la Independencia y, por si fuera poco, los cien de la Revolución Mexicana. Otro, y lo dijo en Los Ángeles, ‘hablar inglés, sí, pero con base en la primera lengua, en nuestro caso, el español’.”

Hoy concluye el coloquio en homenaje a Carlos Monsiváis y por la tarde el escritor recibirá el “Doctorado Honoris Causas Perdidas”.

 
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