■ Envía su propuesta en una misiva dirigida a cinco ex presidentes del sol azteca
Dirigencia transitoria hasta 2009, sin Encinas ni Ortega: Cárdenas
■ El ex candidato presidencial basa su solicitud en la “profunda crisis” interna en el PRD
■ Plantea además que el Consejo Político Consultivo determine quién encabezará el partido
Ampliar la imagen El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Imagen de archivo Foto: María Luisa Severiano
En carta enviada ayer a cinco ex presidentes nacionales del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano propuso hacer un llamado conjunto a los candidatos que contendieron en las elecciones del pasado 16 de marzo, aspirando a los cargos de presidente y secretario general, “para que renuncien a sus respectivas posibilidades de llegar y ejercer los cargos”, ante la “profunda crisis política” que vive este organismo y que “reclama de decisiones políticas para darle solución”.
De aceptar los candidatos esta propuesta, se convocaría a los integrantes del Consejo Político Consultivo para que acuerden quién debe presidir este partido en una etapa de transición, tomando en cuenta las propuestas que hicieran Alejandro Encinas, Dina Rocío Navarro, Jesús Ortega, Alfonso Ramírez Cuéllar y Camilo Valenzuela, los cinco contendientes por la presidencia perredista, pues consideró “grave que vayan a dejarse decisiones cruciales para el presente y el futuro del PRD en manos y cabezas ajenas al partido”.
Esta dirigencia tendría facultades plenas para el gobierno interno, la representación y conducción política, y asumiría el encargo de llamar a un congreso nacional que revise los documentos básicos y el reglamento de elecciones, y establezca los términos para convocar a una elección de los órganos del partido. Conducirá además la representación legal de este organismo en el proceso de elecciones de 2009.
A lo largo de casi tres cuartillas, Cárdenas Solórzano advierte que la falta de apego a la legalidad estatutaria por parte de “compañeros nuestros”, han llevado a este partido al borde “no sólo de una profunda e irreparable fractura, sino de su disolución y su desaparición de la vida pública”, al menos, apunta, como un instrumento útil para los sectores progresistas del pueblo mexicano en su lucha por el rescate y defensa de la soberanía nacional y para la profundización y el fortalecimiento de la vida democrática.
Se trata de la segunda intervención de Cárdenas en este sentido, luego de que el pasado viernes 21 de marzo asegurara –en otro escrito– que el proceso electoral al interior del PRD “ha llegado a grados tales de desaseo y confrontación, que exhiben lo extremo de su degradación y reclaman de sus miembros acciones drásticas y decisivas”, luego de considerar que “el Comité Técnico Electoral y la dirección formal del partido no tienen otro camino que declarar la anulación de las elecciones que se celebraron el pasado domingo 16”.
Alejandro Encinas y Jesús Ortega, candidatos punteros a la dirigencia del PRD, coincidieron con Cuauhtémoc Cárdenas en que la elección interna presentó irregularidades, sin embargo, ambos señalaron que éstas no son suficientes para anularla.
Dirigida a Amalia García Medina, Andrés Manuel López Obrador, Pablo Gómez Álvarez, Leonel Godoy Rangel y Leonel Cota Montaño, como ex presidentes del sol azteca –excluye a Porfirio Muñoz Ledo, quien ocupó este cargo entre 1993 y 1996–, la misiva señala que el PRD ha llegado al 19 aniversario de su constitución y reconocimiento formal como partido político nacional “sumido en la crisis más grave” que haya enfrentado en su historia.
“Creo poder afirmar que estamos conscientes, ustedes y yo, que se llegó a este aniversario con la imagen viva en la opinión pública del desaseo con el que se desarrolló el proceso para renovar los órganos de dirección, del incumplimiento de todos los plazos en los que debían darse a conocer los resultados oficiales del proceso, de la cuenta de los votos, hasta el día de hoy inconclusa, y de que el partido ha quedado descabezado al concluir formalmente el periodo de ejercicio para su presidente y secretario general, muestra clara, todo ello, de la pérdida total de la legalidad interna”, sostiene.
Cárdenas Solórzano añade que a todo ello debe agregarse la pérdida de toda autoridad moral del Partido de la Revolución Democrática en sus condiciones actuales, así como de su parálisis e incapacidad como entidad orgánica para la lucha política en la persecución de los objetivos para los que fue creado.
Para completar la visión sobre el partido, agrega, debe decirse también que se llegó al 19 aniversario en medio de una acre confrontación entre los candidatos y grupos que se han estado reclamando ganadores de las pasadas elecciones, confrontación que, dijo, ha llevado a los contendientes a adoptar actitudes triunfalistas y posiciones irreconciliables carentes de toda autocrítica, que han traído como consecuencia la división, difícilmente reparable, en la base social misma del partido, que se profundiza con el correr del tiempo.