■ De 22 especies que hay en el país, 20 están en riesgo de extinción, señalan ambientalistas

Instan al Ejecutivo a publicar reforma de ley que protege a pericos y guacamayas

■ La modificación prohíbe la extracción de esas aves con fines de subsistencia o comerciales

Angélica Enciso L.

Organizaciones ambientalistas confiaron en que el Ejecutivo Federal publique la modificación que hizo el Senado a la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), que prohíbe la extracción de pericos y guacamayas, ya que de las 22 especies que hay en el país, 20 están bajo protección especial por estar en riesgo de extinción. Las poblaciones se han reducido en 90 por ciento y se estima que quedan en la vida silvestre alrededor de 10 mil ejemplares.

Teyeliz, Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Comarino y Defenders of Wildlife informaron que el 22 de abril el Senado aprobó por 66 votos en favor y ninguno en contra la adición del articulo 60 BIS 2 a la LGVS que prohíbe el aprovechamiento extractivo con fines de subsistencia o comerciales de las especies de pericos y guacamayas así como la exportación, importación o rexportación de estas especies nativas del país. Hace un año, la Cámara de Diputados aprobó la misma reforma por 300 votos en favor

Juan Carlos Cantú, de Defenders of Wildlife, dijo que con esto se aprueba el final de una práctica de explotación de loros y guacamayas mexicanos que existe desde tiempos precolombinos y que se convirtió en un saqueo sin control en décadas recientes. La regulación permite el aprovechamiento extractivo con fines de conservación o investigación científica.

De acuerdo con el informe que hace un año hicieron Defenders of Wildife y Teyeliz, denominado Tráfico ilegal de pericos en México, este comercio afecta a 19 de las 22 especies y anualmente el saqueo es de entre 65 mil y 78 mil 500 individuos. El 77 por ciento de los pericos capturados muere antes de llegar al comprador.

El documento refiere que el comercio legal es usado como “sombrilla” para encubrir el tráfico ilegal y se ha demostrado que la actividad ilícita es mayor con las especies para las cuales se dan autorizaciones de captura que para las que no lo tienen. “Para los capturadores y vendedores es más sencillo hacer trampa con estas especies ya que pueden utilizar un mismo permiso varias veces, capturar en lugares indebidos y los individuos que deseen”, señala.

De acuerdo con este estudio, indicó María Elena Sánchez, de Teyeliz, al año mueren entre 50 mil y 60 mil pericos por la captura sin control, “con una mortalidad tan grande, no es posible decir que la captura de pericos sea un aprovechamiento sustentable. La reforma terminará con esta inaceptable masacre de especies supuestamente protegidas”.

Por su parte, Gustavo Alanís, del Cemda, sostuvo que la política ambiental de manejar a las poblaciones silvestres a través del aprovechamiento extractivo no funciona, ya que no hay forma de controlarlo. “Lo mismo ocurrió con las tortugas marinas hasta que estuvieron a punto de desaparecer. No fue sino hasta que se estableció una veda total que éstas especies se empezaron a recuperar”.