■ Hija de plagiados uruguayos inicia juicios para saber quiénes asesinaron a sus padres
Aprueban diputados argentinos retirar el fuero al ex represor Luis Abelardo Patti
Buenos Aires, 24 de abril. Ante decenas de familiares de víctimas de la pasada dictadura la Cámara baja votó por amplia mayoría retirar el fuero al ex subcomisario Luis Abelardo Patti, quien fue electo diputado en 2005 por su partido de ultraderecha y es considerado uno de los emblemas de la impunidad.
La decisión se tomó en la madrugada de hoy, en un Congreso con palcos atestados de miembros de Madres y Abuelas de Plaza Mayo e hijos de desaparecidos, entre otros organismos de derechos humanos, algunos de los cuales se mantuvieron en los alrededores esperando la resolución, que aclamaron entre llantos.
Después de que la Corte Suprema, en forma dividida, había decidido su libertad la semana pasada, el juez federal Alberto Suáres Araujo solicitó a la Cámara de Diputados que desaforara a Patti, quien es juzgado por secuestros, torturas y desapariciones.
El ex subcomisario había evadido una y otra vez la justicia, y estuvo preso en al menos dos ocasiones, pero logró mover en los amparos de la impunidad.
También por primera vez en la Cámara se alzó la voz de la joven diputada Victoria Donda, hija de desaparecidos apropiada por los militares y recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo.
“Quiero hablar de la justicia y la impunidad. Una impunidad estructurada del Estado que construyó un muro para que las víctimas y el pueblo no puedan tener justicia. Debe haber juicio al torturador y asesino Patti, como para los responsables que hicieron que hubiera miles de desaparecidos”, dijo en el discurso más emotivo de la larga jornada de debate.
La misma Cámara de Diputados que en esta ocasión votó con 196 votos por el desafuero, nueve en contra y 11 abstenciones, había desaforado a Patti hace dos años en sesión histórica. El ex subcomisario quedó a disposición de una justicia que lo espera en varias causas; esta mañana un fiscal rechazó un pedido de eximición de prisión pedido por los abogados de Patti y ordenó su detención.
También por estas horas se conoció la decisión de Victoria Julién, hija de desaparecidos uruguayos en Argentina, de iniciar juicios aquí y en Uruguay para saber quiénes secuestraron y asesinaron a sus padres.
El 26 de septiembre de 1976, fuerzas armadas uruguayas y argentinas secuestraron en Buenos Aires al matrimonio de Roger Julien y Victoria Grisonas, militantes del Partido por la Victoria del Pueblo de Uruguay, junto a sus dos niños, Anatole y Victoria.
Se conoce que en octubre de 1976 los niños fueron llevados a Uruguay y entregados al Servicio de Información y Defensa. A finales de noviembre fueron trasladados –no se sabe por qué– en avión a Chile y los los dejaron en una plaza de Santiago, donde fueron recogidos como niños perdidos y luego adoptados por un matrimonio al que ellos también adoptaron como familia y de los que recibieron ayuda para conocer la verdad.
Victoria comenzó ahora a buscar parte de esa verdad en Buenos Aires. Vino para hablar con los vecinos de la casa donde fueron secuestrados y visitar el centro de detención Automotores Orletti, por donde pasó la mayoría de los uruguayos desaparecidos aquí.
Otra historia de las tantas que ha dejado el paso de la dictadura está hoy en el debate. El equipo de antropología forense acaba de determinar la identidad de la joven, que figuraba con el nombre de Evelyn Vázquez y cuyos padres desaparecidos son Susana Pegoraro, de origen italiano, y Rubén Bauer, descendiente de alemanes. Los estudios de ADN dieron 99.9 por ciento de certeza.
Es un caso diferente a la mayoría de los casi 90 niños recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo, porque la joven se negó a hacerse los exámenes de sangre desde 2000 y la justicia intervino llevándose algunos objetos como peines, cepillos de dientes y otros para establecer la identidad.
Estaba anotada como hija propia por el suboficial retirado de la marina Policarpio Vázquez y su esposa. Vázquez sostuvo en 1999 que la niña le fue entregada en 1978 cuando trabajaba en el edifico central de la marina y se la llevó para evitar que la mataran.