■ La UdeG desarrolló la Evaluación Neurosicológica Infantil, la primera dirigida a hispanos
Elaboran prueba para detectar trastornos en el neurodesarrollo
■ Ayudará a identificar con precisión alteraciones, como déficit de atención y dislexia
■ Permitirá conocer el efecto de la escolarización y la alfabetización, destacó Esmeralda Matute
Especialistas en neurosicología y neurolingüística de la Universidad de Guadalajara (UdeG) diseñaron la primera Evaluación Neurosicológica Infantil (ENI) para niños hispanos, única herramienta disponible en el mercado para facilitar el diagnóstico y caracterización de trastornos en el neurodesarrollo, como déficit de atención, dislexia, hiperactividad o discalculia (dificultad en el aprendizaje de las matemáticas).
Esmeralda Matute Villaseñor, directora del Instituto de Neurociencias del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UdeG, e integrante del equipo pionero en el diseño de la prueba, destacó que también permite conocer el efecto de la escolarización y alfabetización de los menores en su desarrollo cognitivo, el cual depende tanto de la maduración del sistema nervioso central del individuo como de la estimulación de su entorno social y ambiental.
La prueba, que ya se ha aplicado a menores de cinco a 16 años en México y Colombia, así como a población hispana en Estados Unidos, también puede identificar habilidades en el desarrollo de lenguaje oral y escrito, al presentar un perfil neurosicológico del menor, por lo que “cualquier sicólogo o terapeuta tendrá una herramienta mucho más precisa para detectar, a temprana edad, trastornos asociados al neurodesarrollo y actuar a tiempo para evitar secuelas más agudas”.
Matute Villaseñor destacó que tras varios años de investigación sobre el desarrollo cognitivo de los educandos, “en 2007 presentamos la prueba estandarizada para niños de cinco a 16 años de habla hispana, ya que no existía ninguna herramienta de evaluación neurosicológica que atendiera las características de este sector de niños, pues hasta entonces no teníamos parámetros de cuándo un niño puede hacer algo, y ahora podemos tener una visión mucho más precisa sobre si un niño tiene o no un trastorno en su desarrollo cognitivo y cómo atenderlo”.
Para conocer las variables que podemos detectar en el desarrollo cognitivo de los menores, indicó, se realizó un estudio con 789 niños de cinco a 16 años de México y de Colombia, “y encontramos que hay determinadas habilidades que realizan mejor los mexicanos, a diferencia de otras habilidades en las que son más eficientes los menores colombianos”.
Esto nos llevó a determinar el impacto de la escolarización y alfabetización en los menores, y constatamos que el riesgo de no ir a la escuela y ser analfabeta tiene un impacto en el desarrollo cognitivo de los individuos de manera diferenciada, ya que hay “ciertas áreas que se afectan más que otras. Por ejemplo, encontramos que en los niños que no van a la escuela, por motivos sociales o económicos, hay una afectación, a diferencia de los niños que sí saben leer y escribir, de sus habilidades espaciales, la formación de conceptos, que va relacionado con el razonamiento verbal abstracto, la fluidez verbal y las habilidades intralingüísticas”.
Habilidades ejecutivas
Agregó que otro de los factores poco desarrollados en el entorno escolar son las llamadas habilidades ejecutivas, que son aquellas que establecen cómo hacemos las cosas, pero en la escuela, advirtió, “se preocupan más de lo que aprendemos: español, matemáticas, pero no de cómo lo hacemos. No enseñan estrategias para ser más eficientes en la realización de algo”.
Matute Villaseñor afirmó que en colaboración con un equipo de investigadoras “hemos detectado que se aprende para planear, es decir, tenemos que vigilar que lo que llevamos a cabo lo hacemos bien, lo más económicamente posible, y en el menor tiempo, para alcanzar una ejecución eficiente, y esto lo van a tener que aprender los niños”.
Destacó que en el caso de los mexicanos, a los nueve años aprenden a ser precisos, a buscar cómo hacer bien las cosas, “pero se tardan mucho tiempo, y este aspecto está muy descuidado en la escuela”. Agregó que la aplicación oportuna de la evaluación permitirá “detectar a tiempo algunos de los principales trastornos neurosicológicos en menores, y con ello facilitar una terapia oportuna”.