■ La CDI se encarga de funciones similares, según escueto informe
Eliminarán la coordinación para el diálogo en Chiapas “por innecesaria”
Ampliar la imagen Asamblea zapatista, en imagen de archivo Foto: Víctor Camacho
Desde hace varios días circula la versión, no confirmada oficialmente, de que el gobierno federal habría decidido “poner fin” a la Coordinación para el Diálogo y la Negociación en Chiapas (CDNCH), que bajo distintas modalidades y con siete sucesivos titulares ha existido durante 14 años. La propia coordinación reproduce en su página electrónica la noticia, sin ofrecer detalles.
La información aduce que este “recorte” obedecería a razones de austeridad. El “acuerdo” señala que debido a que existe la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), encabezada por el ex titular de la CDNCH, Luis H. Álvarez, “resulta innecesario sostener una instancia de coordinación encargada de funciones similares”.
Esto sí es nuevo. La CDI, despojo final de Instituto Nacional Indigenista, en primer lugar es nacional, y segundo, posee funciones muy diferentes, aún ahora que parece reinar la confusión. El actual encargado del despacho, Hugo García, quien durante el sexenio foxista fue asistente de Álvarez, ha sido poco menos que un fantasma en los términos de las pretendidas funciones de la coordinación.
Oficialmente, su “misión” es ser el órgano de la Secretaría de Gobernación para “propiciar el diálogo y la conciliación para alcanzar, a través de un acuerdo de concordia y pacificación, la solución justa, digna y duradera al conflicto armado iniciado el 1º de enero de 1994”.
Según la propia dependencia, su “visión” ha sido “atender las causas que originaron el conflicto y promover soluciones consensuadas a diversas demandas de carácter político, social, cultural y económico, dentro del estado de derecho, a través de las vías institucionales, a fin de alcanzar una paz justa, digna y duradera a través del diálogo y la negociación”.
Para ello, ha debido “promover el diálogo mediante la vinculación con los diversos sectores que inciden en el conflicto”, así como “promover el fortalecimiento de los grupos interinstitucionales mediante el análisis y seguimiento de las necesidades y demandas de la población”, además de “propiciar un clima de estabilidad y concordia, necesario para la efectiva ejecución de los programas sociales federales”.
Desafortunada medida: Cocopa
La noticia es tan confusa que la presidenta de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), la diputada federal panista Martha Cecilia Díaz Gordillo, declaró este viernes en Tuxtla Gutiérrez que no existe un señalamiento oficial de la posible disolución del “enlace” (sic) entre el Poder Ejecutivo Federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Entrevistada en la capital chiapaneca por la corresponsal Ángeles Mariscal, la legisladora y ex funcionaria federal dijo que, de ser cierta dicha medida, “sería desafortunada porque siguen vigentes las causas que dieron origen al levantamiento armado”. Díaz Gordillo señaló: “No se nos ha informado (a la Cocopa) absolutamente nada, estamos solicitando una audiencia con el secretario Juan Camilo Mouriño para convocar una reunión extraordinaria y marcar nuestra posición”.
La panista reconoció que si bien la CDNCH “no ha tenido el éxito que quisiéramos, es una puerta abierta, una muestra de que gobierno federal tiene disposición al diálogo”. Reiteró que los espacios para trato con el EZLN deben estar abiertos siempre, agotarlos hasta el último momento. Que mientras sigan vigentes “algunas” demandas que dieron origen al levantamiento del EZLN, “los espacios de diálogo no deberán ser cerrados”.
Larga historia
El primer comisionado para la paz del gobierno federal fue Manuel Camacho Solís, designado por Carlos Salinas de Gortari en la segunda semana de enero de 1994, tras el cese al fuego que desde entonces se mantiene. Durante la tregua han muerto centenares de indígenas zapatistas y no zapatistas, aunque el EZLN no ha roto el cese al fuego en ninguna ocasión, pese a que no han faltado ataques y operativos gubernamentales y paramilitares, sobre todo durante el sexenio de Ernesto Zedillo.
Camacho fue removido del cargo en marzo de 1994, tras el asesinato en Tijuana de su rival político, el candidato presidencial priísta Luis Donaldo Colosio, y ocupó el cargo el ex titular de la CNDH, Jorge Madrazo Cuéllar, de quien no se recuerda ninguna acción significativa. Su sucesor, Marco Antonio Bernal, representó al presidente Zedillo en los diálogos de San Andrés y firmó con la comandancia zapatista los acuerdos que nunca han sido cumplidos.
Tras él vino Pedro Joaquín Coldwell, quien dejó el cargo en 1998, luego de la masacre de Acteal. El 3 de septiembre de 1998 la CDNCH fue integrada a la estructura de la Secretaría de Gobernación. El quinto comisionado, Emilio Rabasa, llegó hasta 2000 sin haber visto nunca en persona a un solo indígena zapatista. El presidente Vicente Fox designó para el puesto a Luis H. Álvarez. Durante el actual gobierno la CDNCH ha sido un apéndice menor de la CDI, lo cual contradice los objetivos para los que fue creada.