■ El ex director corporativo de la paraestatal admite que se “abandonó” a la empresa
Advierte Marcos Giacoman de riesgos en permitir la autonomía de gestión en Pemex
■ Con los Pidiregas se perdió la oportunidad de invertir eficientemente la bonanza, dice
Ernesto Marcos Giacoman, ex director corporativo de Petróleos Mexicanos (Pemex), advirtió que la autonomía de gestión –propuesta en la iniciativa del Ejecutivo federal– sin controles adecuados podría redundar en que se beneficien grupos de interés.
Durante la presentación del Informe sobre la crisis del petróleo en México, elaborado por la sección mexicana del Club de Roma, en la Universidad Iberoamericana (UIA), Marcos Giacoman consideró que los contratos de desempeño propuestos para permitir la inversión privada y social en refinación, ductos, transporte y almacenamiento no van a generar el efecto que se prevé.
Acerca de la comisión de transparencia, indicó que debería rendir cuentas al Congreso y no al Ejecutivo, como se incluye en la iniciativa de reforma de Pemex, y señaló que también se debe plantear un debate sobre la conveniencia de mantener la exportación en sus máximos niveles, cuando se dice que en menos de una década empezaremos a importar crudo.
Marcos Giacoman consideró que el reto es identificar los mecanismos más eficientes para captar la renta petrolera, porque el Estado debe controlar directamente, con un manejo responsable, las reservas de hidrocarburos mediante una visión de soberanía, en un Pemex autónomo y fortalecido en beneficio de todo el país.
El especialista manifestó que pese a que en el sexenio de Vicente Fox se obtuvieron más de un billón 700 mil millones de pesos en excedentes petroleros, “lo triste” es que estos ingresos sin precedente se utilizaron en gasto corriente.
Mientras las empresas petroleras internacionales, dijo, utilizaron la bonanza petrolera, en México ni siquiera se invirtió en infraestructura y se obligó a Pemex a endeudarse con los particulares a través de los llamados proyectos de inversión financiada con impacto diferido en el gasto (Pidiregas) por un monto de 43 mil millones de dólares.
La capacidad de refinación en México, agregó, no ha crecido en dos décadas. “Es un abandono lo que hemos hecho”. Con los Pidiregas hemos perdido la oportunidad de invertir eficientemente la bonanza de los elevados precios del crudo, afirmó.
La industria petroquímica está desintegrada, opera con altos costos y baja competitividad. Además, ya entregamos nuestro mercado interno a los refinadores extranjeros, al importar 40 por ciento de las gasolinas que se consumen en el país.
Aseveró que durante 2005- 2006 el monto de los subsidios a las gasolinas hubiera permitido construir un nuevo tren de refinación. Todos estos aspectos, añadió, ocasionaron que desde 2002 Pemex tenga un patrimonio negativo.
Dijo que se perdió el objetivo original de Pemex, que era ser la palanca de desarrollo del país, y ahora se ha convertido en el sostén del equilibrio de las finanzas públicas.
No obstante, Pemex es la segunda empresa más rentable del mundo sólo por debajo del gigante petrolero estadunidense Exxon Mobil, con ganancias antes de impuestos de 72 mil y 79 mil millones de dólares, respectivamente.
Por su parte, Mauricio de Maria y Campos, ex embajador de México en Sudáfrica, señaló que pese a que nuestro país ha tenido el lujo de poseer petróleo no ha logrado crecer como lo han hecho otras naciones. Puso de ejemplo a Corea, pues aunque no tiene hidrocarburos, cuenta con una industria petroquímica muy fuerte.
Opinó que la iniciativa no cubre muchos factores y que hay una ausencia de proyecto de política energética que permita el desarrollo consistente.
A su vez, Alberto Montoya Martín del Campo, académico de la dirección de investigación de la UIA, sugirió hacer un diagnóstico integral de Pemex, pues el gobierno no presentó en su propuesta las causas de la situación del sector energético y sus cadenas de valor, por lo que es necesario retomar una visión de Estado.