■ El clásico 200 fue para el Guadalajara, con lo cual ya aseguró el repechaje
Chivas se cansó de fallar y logró apenas una apretada victoria
■ Errores de los atacantes rojiblancos y acertadas intervenciones del portero Guillermo Ochoa impidieron un marcador más abultado
■ Omar Bravo se precipitó al tratar de anotar su gol 100
Ampliar la imagen Festejo del Rebaño Sagrado, que tuvo amplio dominio durante el partido en el estadio Jalisco Foto: Ap
Guadalajara, Jal., 13 de abril. Las Chivas fueron muy superiores, crearon múltiples oportunidades de anotar, pero entre las fallas de sus delanteros y las acertadas intervenciones del portero Guillermo Ochoa, apenas vencieron 3-2 al América, en la edición 200 del clásico nacional.
En la cancha sí se reflejó el nivel del líder general –que ya aseguró repechaje– sobre el ínfimo rendimiento del sotanero, pero en el marcador no fue así. El duelo se definió con dos anotaciones de Sergio Santana, más una de Sergio Ávila, mientras los amarillos hicieron decoroso el resultado con dos tantos del paraguayo Salvador Cabañas, después de que perdían 0-3. Omar Bravo tuvo unas tres oportunidades de anotar su gol 100, pero se precipitó en el remate final.
Ante marco esplendoroso en el estadio Jalisco, las Águilas posaron para la foto con titulares y suplentes, en una supuesta muestra de unidad. En el grupo destacó Edoardo Issella, quien realizó su debut en el torneo.
Chivas fue un vendaval desde los primeros minutos y al 6 tuvo su primera oportunidad, en un cabezazo de Héctor Reynoso que Guillermo Ochoa rechazó con problemas, pero de inmediato respondió Salvador Cabañas con un testarazo que Luis Michel alcanzó a desviar con las uñas. Fue la única ocasión de peligro que pudo crear la visita en ese lapso.
Al cuarto de hora de juego, Santana remató de palomita y Ochoa desvió a una mano. En el tiro de esquina se salvó el cuadro amarillo, en un cabezazo del mismo Santana que desvió el arquero y el balón pegó en el travesaño.
El amplio dominio se reflejó al 38. En un tiro libre por derecha al área, Santana ingresó por el centro, sin marca, y conectó con la cabeza para vencer a Ochoa, quien no salió a despejar.
Chivas aprovechó el momento y dos minutos después cayó el 2-0. En un balón que Bravo le robó a un confiado Cervantes, esperó la llegada de Santana y mandó centro retrasado para que Sergio punteara sin problemas.
El silbatazo del medio tiempo fue un alivio para los amarillos. Para el complemento, Omar Romano –quien llegó a 20 juegos al hilo sin ganar en la liga– trató de darle solidez a la media cancha, con el ingreso de Alejandro Argüello por Armando Sánchez.
Los primeros minutos fueron de llegadas en ambas metas. Santana falló su tercera anotación, al rematar desviado con la cabeza un centro medido del Venado Medina.
En la siguiente jugada, Michel salvó a su equipo, en una oportuna salida en tiro sin dirección de Esqueda. Después, el mismo Esqueda tuvo otra oportunidad, pero no pudo definir.
De inmediato, Bravo tuvo una doble falla. Llegó ante un solitario Ochoa, que le tapó su primer disparo y en el contrarremate el delantero disparó desviado.
Expulsión del Torito
La noche se vino encima al América al 60, por expulsión del Torito Silva al acumular dos amarillas.
El 3-0 llegó al 66, cuando Sergio Ávila llegó sin marca, al aprovechar que la zaga rival jugó al fuera de juego, evadió a Ochoa y mandó un disparo que Cervantes trató de desviar con una barrida, pero terminó por meterlo en su propia puerta.
Bravo falló otra vez al 72, al ingresar sin marca por el centro, pero tiró sin fuerza y Ochoa alcanzó a desviar.
Cabañas acortó al 76. El paraguayo mandó tiro al poste y en el rechace Maza Rodríguez barrió sobre Esqueda, pero el silbante decretó un dudoso penal. Cabañas anotó con tiro potente, a la derecha de Michel.
Tres minutos después, Cabañas despertó la ilusión amarilla. Controló con clase un largo servicio de Cervantes, aprovechó la caída de Reynoso y logró el 3-2 con tiro raso y cruzado.
Santana, el jugador del partido, destacó: “ya necesitábamos un triunfo así, pero al final se nos complicó, aunque teníamos un hombre de más”. Rechazó que hubieran perdonado a su rival.