Usted está aquí: lunes 14 de abril de 2008 Opinión Año de elecciones y de decir adiós

Jorge Carrillo Olea
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Año de elecciones y de decir adiós

El año 2008 empieza en Irak con un saldo de 90 mil 149 bajas civiles según Irak Body Count, pero de 655 mil de acuerdo con la Universidad John Hopkins, más 5 mil militares muertos como consigna el Departamento de Defensa. En casi cinco años de guerra el país ha quedado devastado. Su reconstrucción, si la hay algún día, tomará generaciones.

Uno esperaría que en estas vísperas la estrategia fuera enfriar el tema tanto como fuera posible. Todo lo contrario: Bush ha multiplicado sus visitas a Medio Oriente produciendo discursos incendiarios, justificativos del envío de más tropas a la zona y para jalarle los bigotes al tigre, promoviendo desde Bucarest la incorporación a la OTAN de países que fueron parte de la Unión Soviética: Albania y Croacia, con la lógica molestia de Putin, y sus consecuencias, simplemente recordando que dichas naciones están al alcance de sus cohetes.

Bush se encuentra en el fondo de su laberinto, en una situación que ni él ni sus asesores imaginaron nunca: enfrentar las campañas políticas y la elección del 4 de noviembre de 2008 en la peor de las condiciones; por esto mismo le urge dar golpes de timón que restauren de alguna manera su destruida imagen. Un ejemplo sería la inútil Cumbre de Annápolis, sus múltiples giras al Medio Oriente y así habremos de ver otros ejemplos.

Las elecciones primarias que se dieron estas semanas no apuntan claramente hacia un partido o candidato presuntamente ganador.

Habiendo sido los actuales precandidatos demócratas caballerosos el uno con el otro, han ido sacando sus espadas o enredándose con sus propias colas, haciéndose lógicamente cada día más complejos sus discursos finales. Barack en enredos teológicos con quien fue su mentor, además de con organizaciones de trabajadores blancos. La señora Clinton, prometiendo retirar una brigada mensualmente de territorio iraquí. Seguramente ella tiene quién le haga esos cálculos y juega un poco a las elecciones, pero lo que está diciendo es que retirará de 5 mil a 6 mil efectivos mensualmente sin considerar el brutal problema logístico que implica la retirada de armamentos y equipos: tanques, artillería autopropulsada, miles de camiones y su soporte logístico.

Hay un segundo factor negativo en la oferta de Clinton y es que se está suponiendo pasividad a las fuerzas iraquíes, afganas e iraníes. Cualquier estratega de café sabe lo difícil que es organizar una retirada sin convertirla en franca huida. Tal es el quest de Hillary Clinton.

El clima mundial que deja Bush como herencia matizará terriblemente las elecciones. En política exterior la gran cuestión pendiente: ¿cómo sacar a Estados Unidos de Irak? La salida del laberinto en que se encuentra no puede ser simplemente el abandono, como sucedió en Vietnam: tiene que comprometerse con la idea de la reconstrucción post conflicto; su política y planificación, con base sin duda en la experiencia derivada del Plan Marshall, como de la reconstrucción de Japón y Bosnia-Herzegovina, tomando en cuenta los antecedentes políticos y sociales y en busca de condiciones que propicien la cimentación de una nueva economía. En el interior una depresión económica de alcances incalculables. ¡Que no se vuelvan a equivocar los estadunidenses!

Ya en febrero de 2006 la mayoría de los efectivos en Irak, de acuerdo con una encuesta hecha por la prestigiosa firma Zogby International, pensaban que Estados Unidos debería salir del país dentro de un año (en ese entonces), esto es, febrero de 2007. Ahora se ve con un año más de gracia, 2009, que la salida es imposible, y lo será hasta que los candidatos, y posteriormente la nueva administración, presenten proyectos que deberán ser sumamente atractivos y creíbles para obtener un liderazgo entusiasta como el que se necesita.

En aquella encuesta siempre un porcentaje mayor a 80 por ciento de los soldados se inclinó por la salida inmediata, concentrándose sus opiniones en la frase: “permanecer en Irak no funcionará y no vale la pena. Es tiempo de volver a casa”.

2008 será crucial para Estados Unidos, con sus consecuencias en la vida interna del país y en la de los países que, como México, resienten tanto cualesquiera sacudidas de él. ¿Bush se despide echando más leña al fuego?

 
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