En crisis, la gestión laboral en México, dice el Cereal
El Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal) presentó ayer el informe las violaciones a los derechos humanos laborales durante 2007, y destaca que en ese año el conflicto sindical más importante, y en el que más claramente se pudo observar la parcialidad de la autoridad, utilizando todo su capital para defender a un grupo empresarial, es el que protagonizaron el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana y las empresas Mexicana de Cobre y Minera México, de Grupo México.
El Cereal resalta que en materia laboral la industria maquiladora trasnacional es el segundo punto de interés del informe, ya que ese sector ha sido en el que más intensamente se han impuesto las nuevas maneras de gestión del mundo laboral, entre ellas la propuesta en la materia que cabildea el gobierno de Calderón (prácticas no exclusivas de la industria electrónica se han extendido a otras ramas como la automotriz: “casos Suages y preparaciones, que le trabajan a Lear Corporation de México, y ésta a su vez, a Ford, Daimler-Chrysler, Nissan y Volkswagen; tampoco exclusivas de una región del país”.
Asimismo, el informe señala que el año pasado se cumplió una década de la reforma de seguridad social, a partir de la cual se realizaron los cambios estructurales del sector en el país, y concluye: las modificaciones no cambiaron la situación financiera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pretexto por el cual se perdieron derechos de los trabajadores. Y no sólo eso: el instituto no revierte el deterioro ni aumenta la cobertura entre afiliados.
De igual forma, dicho informe se refiere a la reforma energética, de la cual señala es otra de las batallas que los gobiernos neoliberales priístas y panistas decidieron librar, modificando los ordenamientos legales y realizando contratos y licitaciones contrarias al espíritu de las leyes del país, ignorando la resistencia constante de grandes bloques de la población y de la sociedad que ha mostrado, técnicamente, la inviabilidad de los procesos de reforma que favorecen la privatización paulatina de las industrias petrolera, eléctrica y nuclear.
El Cereal destaca que en el gobierno de Felipe Calderón, el discurso de la privatización disfrazada no es, meramente, una posibilidad para la reforma legal: se ha ensayado su realización por medio de diferentes modelos de administración de la industria eléctrica y petrolera que han permitido una participación indiscriminada de las grandes trasnacionales de la energía.